La ausencia del presidente cubano Fidel Castro de la cumbre que se realizará este fin de semana en México deja clara su decisión de no ceder ante nada ni nadie cuando están en juego los principios.
Con su proverbial costumbre de decir siempre lo que estima debe decir, sin importar las reglas de la diplomacia, Castro envió la noche del miércoles un mensaje al pueblo mexicano explicando su decisión de no asistir a la III Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea.
Al parecer, la reunión que congregará este viernes y el sábado a representantes de 58 países en la central ciudad mexicana de Guadalajara sólo será una manera de perder el tiempo para el mandatario cubano, quien la considera carente de contenido y puramente ceremonial.
Se trata de una cita en la que la Unión Europea (UE) no se compromete absolutamente en nada, ni siquiera al respeto más elemental del principio de no intervención, afirmó el texto publicado este jueves por la prensa cubana, toda estatal.
Según el presidente cubano, todo ha sido organizado de forma que no pueda haber ningún verdadero debate libre, abierto y público sobre temas vitales que conciernen a los destinos de nuestro hemisferio y del mundo.
Tal vez en el banquete, entre exquisiteces culinarias, champán y vino, que nada tienen que ver con los miles de millones de personas que en el mundo sufren hambre y miseria, se pueda escuchar el eco de las voces de algún verdadero disidente, ironizó Castro.
La III Cumbre acogerá a delegados o jefes de Estado y de gobierno de 33 de los 35 países de América, es decir todos los latinoamericanos y caribeños, y a los ahora 25 de la UE. Los temas centrales a discutir serán la cohesión social y multilateralismo.
La posible ausencia de Castro había sido adelantada el domingo pasado por su canciller, Felipe Pérez Roque, quien consideró que el clima político era poco propicio para el viaje del mandatario a Guadalajara.
Cuba y México atraviesan el peor momento en sus relaciones bilaterales desde el establecimiento de las mismas en 1902, luego de que el gobierno de Vicente Fox retirara este mes a su embajadora en La Habana y expulsara al representante cubano en su país.
En tanto, la crisis con la UE comenzó en abril del año pasado, cuando el bloque europeo condenó el encarcelamiento en la nación caribeña de 75 disidentes políticos y la ejecución de tres secuestradores de una lancha de pasajeros.
Castro tiene todo el derecho de asistir, ha sido invitado y tomará la decisión en el momento apropiado. Más allá del clima político, si Fidel decide participar no habrá fuerza humana ni natural que le impida estar ahí, aclaró el ministro.
Para algunos analistas, el presidente cubano no perdería la oportunidad de decir sus verdades de frente a algunos homólogos europeos y latinoamericanos. Otros apelaban a condiciones de seguridad o salud para explicar una posible ausencia.
Como un argumento en contra del viaje de Castro a México se manejó también el pico del enfrentamiento de su gobierno con Estados Unidos, tras el lanzamiento por parte del presidente de ese país, George W. Bush, del por él llamado plan para la transición hacia una Cuba libre.
Además de la falta de contenido de la cita, el mensaje de Castro considera entre las razones de su decisión la complicidad de la Unión Europea con los crímenes y agresiones de Estados Unidos contra Cuba.
Como ejemplo de ello, el presidente cubano citó el entendimiento entre Washington y la UE sobre la aplicación de aquellos capítulos de la ley estadounidense Helms-Burton, de 1996, que podían afectar directamente los intereses económicos europeos.
También hizo referencia a la poca posibilidad de diálogo con algunos países de América Latina, críticos de la situación de los derechos humanos en la isla, y que, según La Habana, traicionaron a Cuba con su impúdico sometimiento a las órdenes de Estados Unidos.
Para Castro, no existen las más mínimas condiciones para que una visita suya al hermano y entrañable país, con motivo de la cumbre, aporte resultado constructivo alguno.
Por su parte, el canciller Pérez Roque dijo a su llegada a México que Cuba acude (a la cita) decepcionada y con pocas expectativas. La UE tiene una alianza estratégica con Estados Unidos y por tanto sus intereses prioritarios no tocan a América Latina, dijo el diplomático, según reportes de la prensa oficial cubana.
Pérez Roque añadió que entre la región latinoamericana, caribeña y el bloque europeo no hay intereses comunes porque este último se beneficia del actual orden económico internacional. Mientras Latinoamérica es deudor, el viejo continente es acreedor, afirmó.
Además, Cuba critica que durante la revisión de la declaración final de la III Cumbre se haya suprimido una condena específica a Estados Unidos por los actos de tortura cometidos por sus militares en las cárceles de la invadida Iraq.
Por otra parte, los debates sobre la inclusión o no de un rechazo explícito al carácter extraterritorial de la ley estadounidense que afecta a los cubanos, fueron recibidos por las autoridades de la isla como una muestra del interés europeo por no contrariar a Washington.
Europa no entiende nuestros problemas ni las causas de las dificultades de nuestros países, dijo Bruno Rodríguez, viceministro cubano de Relaciones Exteriores, quien lamentó la enorme falta de voluntad política de la UE para establecer una verdadera cooperación con la región.