Un plazo prudente – tres semanas a un mes, según fuentes oficiales- se dará Chile para medir si Argentina deja de considerar a Chile la variable de ajuste de su crisis energética. Para ello pondrá especial atención a los avances que consiga la Comisión de Trabajo Bilateral Ad Hoc que se conformó el viernes, para asegurar un monto mínimo de abastecimiento y proponer acciones de largo plazo. Por si no arrojara resultados y en resguardo de sus intereses, Santiago evalúa someter el tema a un arbitraje en la Asociación Latinoamericana de Integración. La posibilidad de un litigio arbitral la establece el propio protocolo energético firmado por ambas naciones en 1995, por lo cual la Dirección Jurídica de la Cancillería chilena estudia la viabilidad de este curso de acción. Sin embargo, más allá de que se consiga un resultado, esta fórmula no representa una solución inmediata al problema.
