TRABAJO-UE: Bienvenidos, pero no vengan

Los 15 Estados miembros de la Unión Europea (UE) estudian el establecimiento de restricciones a la movilidad de trabajadores, para evitar una avalancha desde ocho de los 10 países que ingresarán al bloque el 1 de mayo.

Eso significaría que recién después de 2011 hubiera libre circulación en el bloque de personas procedentes de Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y República Checa. Las restricciones no se aplicarían a los trabajadores chipriotas y malteses.

Gran Bretaña decidió a comienzos de febrero cerrar sus puertas a la mano de obra procedente de los futuros miembros de la UE, y resoluciones similares son estudiadas por los gobiernos de Alemania y Austria, países que son, por su ubicación geográfica, dos de los destinos más probables de esos trabajadores.

Dinamarca y Suecia planean permitir sólo el ingreso de personas que vayan a desempeñar determinadas ocupaciones, y limitar su acceso a beneficios del sistema de seguridad social.

Otros integrantes de la UE estudian la fijación de cuotas de migración desde sus futuros socios, y el gobierno holandés ya estableció una, de 22.000 trabajadores por año, que regirá hasta 2006.

Irlanda es el único Estado miembro de la UE que mantiene una política laboral abierta a los migrantes, y por eso se prevé que será el que más recibirá, en relación con su población actual. Pero es difícil prever con precisión los flujos migratorios después del 1 de mayo, según funcionarios de la Comisión Europea, organismo ejecutivo del bloque.

Los futuros socios también preparan normas restrictivas del ingreso de inmigrantes, para evitar transformarse en puertas de entrada irregular al bloque. Hungría ya anunció que aplicará medidas de seguridad más severas en sus 110 kilómetros de fronteras con Croacia, Rumania, Serbia y Ucrania, que no integran la UE.

Las autoridades húngaras alegan también que temen un flujo masivo de inmigrantes con orígenes en Eslovaquia y Polonia, dos países en los que el desempleo afecta a 18 por ciento de la población económicamente activa.

Los países que ingresarán tienen en promedio ingresos por habitante sustancialmente menores que la UE, y eso hace prever a funcionarios y expertos que la cantidad de personas en busca de empleo aumentará en los Estados que integran actualmente el bloque.

”No se debería criticar a los Estados (actualmente) miembros, si ejercen su derecho a imponer restricciones”, afirmó Jean Christophe Filori, portavoz del comisario de la UE para la ampliación del bloque, Guenther Verheugen.

La Comisión Europea estudia, con miras a evitar grandes flujos migratorios, medidas para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo en los futuros miembros, especialmente en el sector agrícola, que ha sido hasta hace poco la base de sus economías, aunque en los últimos tiempos el énfasis está en los servicios.

También se prevé que el costo relativamente bajo de la mano de obra en los 10 países que ingresarán puede estimular la instalación en ellos de industrias, con destino al mercado de la UE, y aumentar el empleo.

Por otra parte, expertos de la UE piensan que el temor a la discriminación puede disuadir a muchos trabajadores de migrar hacia los actuales Estados miembros, desde los que ingresarán el 1 de mayo.

De todos modos, es muy probable que numerosos trabajadores de Europa oriental estén dispuestos a correr riesgos para acceder a los grandes y ricos mercados de los actuales miembros de la UE, dijo la especialista Nannette Ripmeester, residente en la sudoccidental ciudad holandesa de Rotterdam, a la agencia de noticias Euractiv, con sede en Bruselas.

Pero los mercados de los próximos miembros también pueden atraer a trabajadores de Europa occidental, por su bajo costo de vida y sus numerosas oportunidades, de modo que el flujo en ambas direcciones puede conducir a un equilibrio sin necesidad de restricciones, opinó.

En las comunidades económicas y de negocios de los 15 actuales integrantes del bloque predominan altas expectativas de mejoría asociadas con la ampliación de la UE, según una encuesta realizada en enero por la Comisión Europea.

La percepción más extendida entre los entrevistados fue que los actuales miembros ganarán mano de obra calificada, capital, bienes y mercados, además de acervo cultural y social, mientras los nuevos socios se beneficiarán por el reconocimiento de sus ofertas de calidad y por la convergencia con los sistemas de seguridad social de Europa occidental. (

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