FEDERICO MAYOR ZARAGOZA: ”El mundo necesita una gran crisis para cambiar”

”Jamás viví una situación como la presente. Vemos una realidad internacional totalmente antidemocrática: los medios se usan sesgadamente, se argumentan sospechas, se realizan actuaciones bélicas preventivas. Esto es por completo un disparate”, dijo a IPS el español Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco.

Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz, es una de las figuras del Cuarto Foro Social Mundial (FSM) que se celebra hasta este miércoles en la occidental ciudad india de Mumbai, con la presencia de más de 150.000 participantes, la mayoría asiáticos.

Con la experiencia de haber conducido a la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) durante 12 años, llegó al FSM con duras críticas a Estados Unidos y a sus pretensiones hegemónicas de espaldas a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

-¿Cree que la ONU necesita una reforma?

-Es absolutamente imprescindible, sobre todo en este marco internacional. Una reforma podría evitar esta vergüenza que estamos viendo. La ONU debe ser una entidad supranacional adecuada para afrontar problemas como los que vimos en Iraq. Yo creo que todo se arreglaría con una ONU con más fuerza, que dispusiera de los necesarios recursos efectivos y humanos.
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-¿Esa reforma debe también prever la inclusión de algún país del Sur en desarrollo entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad?

-Por supuesto. Se han hecho ya muchos estudios de la posibilidad de que países como Brasil, India, Egipto y Nigeria integren el Consejo de Seguridad en forma permanente. También se podrían incluir representantes continentales, es decir, uno de Asia, otro de Africa, etcétera. El problema es que, como todos sabemos, los países ricos no quieren eso. Los más poderosos quieren trastocar las bases de la convivencia internacional. La Carta de la ONU dice: ”Nosotros, los pueblos…”. Pero ellos quieren decir: ”Nosotros, los prósperos”. Se inspiran en la cultura de la fuerza, que es tanto económica, mediática como militar.

-¿Cree que Estados Unidos es el principal obstáculo para la paz mundial?

-Así lo creo. Todos estuvimos del lado de Estados Unidos luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Todos nos pusimos a su lado para condenar la violencia, y comprendimos plenamente la herida del coloso, que fue atacado en los símbolos de su poder económico y político. Pero eso no quiere decir que avalamos ahora lo que está pasando. Es inadmisible lo que sucedió en Afganistán, la invasión a Iraq y lo que se está haciendo en Guantánamo (donde cientos de capturados en territorio afgano permanecen en un limbo jurídico y sin derecho al debido proceso), así como el rechazo de Washington al Tribunal Penal Internacional. Todo esto es inadmisible.

-¿Qué opina del regreso de Estados Unidos a la Unesco?

-Me parece muy bien, siempre que Estados Unidos se convenza de que en temas como la educación y la cultura no se actúa por la fuerza, sino a través del diálogo y la comunicación.

Pero el insistente rechazo estadounidense a la Convención sobre la Diversidad Cultural de la Unesco, por ejemplo, ¿no indica que la búsqueda de esa comunicación es infructuosa?

A mí sorprende que Estados Unidos tenga esa actitud tan inflexible. Ellos, que fueron los creadores del sistema de la ONU. Ellos, que fueron los principales impulsores de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Es que ahora quieren consolidar la Pax Americana. Pero hay que aclarar que esto está vinculado a un gobierno en particular: el de George W. Bush. No es el pueblo estadounidense, sino su gobierno. Hay que hablar claramente. Hay que decir al señor Bush que no estamos de acuerdo con la forma en que está controlando el mundo. Se gobierna con la mente, no con la fuerza.

-¿Cómo pueden lograr avances concretos los organismos internacionales cuando hay tal contraposición de visiones entre sus miembros?

-Creo que a veces, para que haya un avance, se necesita de una crisis. Para un gran cambio debe haber una gran crisis, y estamos viviendo una crisis como nunca. Jamás viví una situación como la presente. Vemos una realidad internacional totalmente antidemocrática: los medios se usan sesgadamente, se argumentan sospechas, se realizan actuaciones bélicas preventivas. Esto es por completo un disparate. Pero esto está produciendo una reacción muy grande, y el mundo se está movilizando. Hay un clamor que es cada vez mayor, y Mumbai es parte de ese clamor.

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