SERBIA: Treinta y seis hombres y una bala

Treinta y seis personas fueron conducidas este martes al banquillo por el asesinato del primer ministro de Serbia Zoran Djindjic, en lo que se considera el mayor juicio en la historia de este país.

Un francotirador mató el 12 de marzo a Djindjic de un solo tiro, cuando el jefe de gobierno se encontraba en la entrada de la casa de gobierno en Belgrado.

Zvezdan Jovanovic, el hombre acusado de haberle disparado a Djindjic, fue detenido pocos días después del crimen. Quien se supone fue el autor intelectual del asesinato, Milorad Lukovic ”Legija”, sigue prófugo y es juzgado en ausencia.

Lokovic, de 35 años, ex comandante de la Unidad de Operaciones Especiales (JSO) de la policía, habría huido en un avión el mismo día en que fue asesinado Djindjic. Jovanovic, de 38 años, era el subcomandante.

La JSO fue disuelta luego del asesinato.

Quince de los 36 detenidos están acusados de participación directa en el asesinato. El resto pertenecen a un grupo que tenía, al parece, un plan de derrocar al gobierno.

La lectura pública de los cargos marcó el inicio del más grande juicio en la historia de Serbia. La primera fase continuará hasta el 30 de este mes, y se espera que el juicio dure al menos un año.

El juicio comenzó oficialmente el lunes, pero fue suspendido 24 horas luego de que los abogados de la defensa arguyó que el jurado era parcial. La demanda fue rechazada pero el inicio del juicio se pospuso.

”Se trata de una cantidad sin precedentes de acusados en un caso también sin precedentes en la historia de Serbia. El juicio tiene implicaciones políticas, y se intentará probarse de que Djindjic fue asesinado para que retornara la dictadura de Slobodan Milosevic”, dijo a IPS una alta fuente judicial.

La acusación asegura que el Clan Zemun, conducido por Lukovic, ”asumió una campaña de poner en peligro el orden constitucional para ganar dinero y poder”. Zemun es un vecindario de Belgrado en el que vivían Lukovic y la mayoría de sus cómplices.

Los acusados escucharon este martes al fiscal afirmando que ellos pretendían ”crear una atmósfera de incertidumbre y disturbio, así como eliminar figuras clave de Serbia, comenzando por el primer ministro Zoran Djindjic”.

La intención final, según la acusación, era promover el retorno al poder de sus aliados del gobierno del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic.

El ex dictador afronta en La Haya un juicio por crímenes de guerra cometidos en Croacia y en Kosovo y por genocidio en Bosnia-Herzegovina. La JSO, la policía servia y cientos de unidades paramilitares tuvieron participación en esas atrocidades.

Djindjic había ordenado la entrega de Milosevic al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia instalado en La Haya. Esa decisión había enfurecido a los ultranacionalistas serbios, en especial los miembros de la JSO, que temían correr la misma suerte que su líder.

Pero aún restan por responder varias interrogantes en torno del asesinato de Djindjic.

El guardaespaldas del asesinado primer ministro, Milan Veruovic, quien resultó seriamente herido, dijo a la prensa serbia que dos francotiradores abrieron fuego desde dos posiciones enfrentadas.

Medios de comunicación nacionales sostuvieron también que los investigadores esconden evidencia según la cual las balas pudieron no haber sido disparadas desde una sola posición, como sugieren los informes oficiales.

Todos los informes contradictorios siembran dudas sobre el juicio.

”Muchos querían eliminar a Djindjic. No solo simpatizantes del viejo régimen, sino otros que se hicieron ricos en pocos años ”, dijo a IPS el analista Iván Torov.

”Toda la culpa podrá recaer sobre gente como Lukovic, quien está fuera de alcance, o sobre Jovanovic, quien tiró del gatillo. Pero nunca sabremos quién estuvo detrás de ellos”, sostuvo Torov.

Serbia se sumió en una crisis política luego de la muerte de Djindjic. Las reformas que lanzó el asesinado primer ministro tras la caída de Milosevic apenas echaron raíces.

Aún prevalecen profundas divisiones en torno de las guerras de secesión de Yugoslavia en los años 90, de los crímenes de guerra y actos de genocidio cometidos contra no serbios y sobre la integración a Europa.

Poco después de la muerte de Djindjic, los partidos nacionalistas atribuyeron el creciente empobrecimiento de la población al enfoque prooccidental del asesinado jefe de gobierno. (

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