La protección de las patentes farmacéuticas en el pacto comercial que negocian cinco países centroamericanos y Estados Unidos limitará el acceso a los medicamentos en una de las regiones de América Latina más afectadas por el VIH/sida, advirtieron activistas.
El Tratado de Libre Comercio entre América Central y Estados Unidos (CAFTA, por sus siglas en inglés) protegerá los derechos de propiedad intelectual sobre los fármacos y otros productos, además de eliminar aranceles y otras barreras al comercio de mercancías, productos agrícolas y servicios, y de facilitar las inversiones estadounidenses en esa región.
Alain Rias, un activista de la organización humanitaria francesa Médicos sin Fronteras que ayuda a víctimas del VIH/sida a tratar su mal, reintegrarse al trabajo y sustentar a sus familias, considera que el pacto amenaza su trabajo.
En los últimos 18 meses, Rias ha ofrecido terapia antirretroviral gratuita en Honduras a unos 300 pacientes infectados con el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) o enfermos de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), en su mayoría mujeres.
El acceso a los medicamentos cambió la vida de esas personas. Muchas de ellas son mujeres y su principal preocupación es seguir con vida para alimentar a sus hijos y verlos crecer, dijo Rias el lunes en una teleconferencia organizada por activistas y expertos de la salud en rechazo a las limitaciones del CAFTA al acceso a los fármacos.
Los pacientes se recuperan muy rápido. Pueden trabajar otra vez y ganar dinero para sustentar a sus familias. Muchas de las mujeres están solas, porque sus esposos se fueron a buscar trabajo al extranjero, por lo tanto sus condiciones económicas son muy difíciles, relató.
En Honduras, una persona muere de sida cada dos horas, según Médicos sin Fronteras. El gobierno adquirió medicamentos de marca para el tratamiento del VIH a un costo de 850 dólares por paciente y por año, pero la organización francesa compra fármacos genéricos (que contienen el mismo principio activo pero no llevan la marca que los encarece) por la mitad de ese precio.
La diferencia queda en manos de los grandes laboratorios de Estados Unidos, y según los activistas, Washington presiona a países pobres para que sigan comprando medicamentos de marca en lugar de los genéricos.
En la conversación que tuvimos, nos dimos cuenta de que el gobierno (de Honduras) está bajo presión para seguir comprando fármacos de marca, y que teme represalias de Estados Unidos, señaló Rias.
Paralelamente a la teleconferencia, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick negociaba en Washington con ministros de Comercio de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Se prevé que las reuniones terminarán el día 17.
Los activistas temen también que el acuerdo comercial negociado en Washington imponga severas restricciones a las licencias obligatorias, un procedimiento que permite a los gobiernos autorizar a un tercero o a sí mismo a usar un producto patentado, pagando una compensación razonable al propietario de la patente.
El acuerdo también exigiría a las empresas que fabriquen fármacos genéricos volver a realizar costosas pruebas para obtener la habilitación comercial. Esta medida está fuera del alcance de la gran mayoría de esas fábricas, relativamente pequeñas.
Las nuevas normas de propiedad intelectual que la administración de (George W.) Bush pretende incluir en el CAFTA obstruirán el acceso a los medicamentos, aumentando el precio de éstos y demorando o bloqueando la competencia de los genéricos, advirtió en la teleconferencia Asia Russell, de Health GAP, un grupo estadounidense que promueve el acceso universal a los medicamentos para el VIH/sida.
Grupos de la sociedad civil señalan también que Estados Unidos, en particular bajo la administración derechista de Bush, trata de modificar las normas internacionales de comercio para favorecer a sus empresas multinacionales, en detrimento de la capacidad de los países en desarrollo para proteger su ambiente y su salud pública.
La agresiva política comercial de Bush sufrió un revés el mes pasado cuando ministros de 34 países de América reunidos en Miami no se pusieron de acuerdo para formar un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) según el plan integral original de Washington, y en cambio acordaron un tratado marco.
En vista de la creciente sospecha de los países en desarrollo ante este tipo de tratados comerciales de amplio alcance, el gobierno de Bush se apresuró a concretar acuerdos bilaterales y regionales.
En Miami, Washington anunció negociaciones de libre comercio con Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia.
Estos acuerdos disminuirían la presión de agrupaciones de países en desarrollo sobre Washington, como el Grupo de los 20, encabezado por China, India y Brasil, que hizo una demostración de fuerza el pasado septiembre en la Quinta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), celebrada en Cancún, México.
Lamentablemente, Estados Unidos intenta trasladarse de la OMC a otros foros donde piensa que podrá limitar con más éxito el acceso de otros países a los fármacos genéricos e imponerles normas sobre patentes, dijo Robert Weissman, coeditor de Essential Action, un grupo que vigila la actividad de empresas multinacionales.
Washington intentó hacer eso mediante el ALCA, y ahora mediante acuerdos bilaterales y regionales, de los cuales el CAFTA es el más importante en la actualidad, señaló Weissman.
Una vez concluido el CAFTA, se prevé que Panamá y República Dominicana aceptarán condiciones similares sin negociar demasiado los detalles, una medida que podría privar a los pacientes de VIH/sida de medicamentos accesibles en ambos países latinoamericanos.