Las condiciones para ejercer el periodismo en América Latina se deterioraron en el último año, dada la violencia que sufren cada vez más profesionales y las amenazas legales que suelen presentárseles desde el poder.
El legislador estadounidense James Leech abrió un panel en Washington sobre libertad de prensa en América Latina y el Caribe este jueves diciendo que restringir la libertad de pensamiento hoy es más difícil que en ningún momento de la historia humana.
Pero, acotó, a veces la libertad es tan grande que revela lo peor de la naturaleza humana.
Más preguntas que respuestas se formularon en la conferencia, patrocinada por Diálogo Interamericano (IAD, por sus siglas en inglés), organización dedicada al análisis político, el intercambio de ideas y la difusión de asuntos del Hemisferio Occidental.
Todos los participantes coincidieron en que los medios de comunicación libres e independientes son absolutamente necesarios para el avance político y económico del hemisferio.
Los medios son una herramienta indispensable para favorecer el desarrollo económico, que ayuda a desarrollar la democracia, dijo el relator especial para la Libertad de Prensa de la Organización de Estados Americanos (OEA), Eduardo Bertoni.
Un ambiente de medios abiertos y libres resulta deseable para que esos objetivos se cumplan, pero los panelistas enumeraron varios obstáculos contra la libertad de prensa y analizaron la represión en cada país.
Las condiciones (de trabajo de la prensa) se deterioraron en el último año, dijo Joel Simon, del no gubernamental Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).
Según un estudio de IAD, en ese periodo 28 periodistas fueron encarcelados en Cuba y seis fueron asesinados en Colombia en los últimos seis meses. En Haití, 10 debieron abandonar el pais y varios sufrieron secuestro.
En otros varios países, incluidos Brasil, Chile, Jamaica y Panamá, funcionarios intentaron intimidar a periodistas a través de mecanismos burocráticos y militares.
El periodista guatemalteco Luis Alberto Pérez Barillas recibió esta semana en Canadá el Premio Internacional a la Libertad de Prensa por investigar el vínculo entre funcionarios del gobierno actual y la matanza de 200.000 ciudadanos, la mayoría indígenas, entre 1978 y 1984.
Desde julio, cuando abrieron fuego contra su casa, Pérez Barillas está escondido.
En toda América Latina, los gobiernos están intentando cada vez más esgrimir contra los periodistas acusaciones penales por difamación y libelo —delito que se castiga en Honduras, por ejemplo, con entre seis y nueve años de prisión—, o demandas civiles por elevadas indemnizaciones.
El peruano Gustavo Gorriti, hoy en el no gubernamental Instituto de Defensa Legal de su país, recordó en Washington que al llegar al aeropuerto de Panamá en un reciente viaje, recibió una orden judicial que le prohibía dejar el país.
Gorriti atribuyó la orden era una represalia por su anterior trabajo en un diario panameño que reveló casos de corrupción en el gobierno.
Según el periodista peruano, en Panamá hay un esfuerzo concertado para perseguir a los peridistas que tratan de investigar la corrupción. Como consecuencia, la corrupción alcanzó niveles escandalosos, aun para los estándares panameños, agregó.
Muchos panelistas mencionaron la caída en la credibilidad de la prensa como la tendencia más preocupante en América Latina y en el Caribe, y algunos afirmaron que parte de eso se debe al ascenso de los tabloides y del periodismo basura.
El último sondeo de LatinoBarómetro indica que en la mayoría de los países de la región cayó el porcentaje de encuestados que consideraba creíbles a los medios de prensa nacionales y locales. El mismo estudio indica una caída simultánea del porcentaje de entrevistados para los cuales la democracia es la mejor forma de gobierno.
Otra nación en que los medios pierden credibilidad es Perú, donde, según Gorriti, los medios reflejan el actual estado del país: caos, ausencia de eje, un viejo 'establishment' reciclándose en nuevos roles.
Pero el estado del periodismo en Cuba es aun mucho peor que en Perú y Panamá, según los panelistas en Washington.
Cuba ha sido el violador más sistemático de los derechos de los periodistas, dijo el editor de información internacional del diario The Washington Post, Phillip Bennett.
Gorriti recordó que en un reciente viaje a Cuba, con visa de turista, se reunió con familiares de 28 periodistas presos. Estos le dijeron que las esposas deben viajar con frecuencia hasta 1.000 kilómetros para visitar a sus maridos en prisión y suelen ser enviadas de nuevo a casa sin dejarlas que los vean.
Varios de los periodistas presos sufren enfermedades y carecen de atención médica y de medicamentos, afirmó.
A pesar de pintar tan oscuro panorama, los panelistas expresaron esperanza y optimismo de que es posible un cambio.
Mientras algunos estados dan un paso adelante y dos, tres, cuatro atrás, es evidente que la situación ahora es mucho mejor que durante las dictaduras, y por lo tanto no es sólo necesario, sino posible, alentar a los gobiernos a encaminarse en la dirección correcta, dijo Bertoni.