EEUU: Señales beligerantes hacia Arabia Saudita

Senadores proisraelíes de Estados Unidos propusieron en el Congreso castigar a Arabia Saudita por los supuestos vínculos del reino con terroristas islámicos, luego de haber apuntado sus baterías contra Palestina y Siria.

Pero analistas pronostican que el proyecto de ley no prosperará, dados los estratégicos vínculos económicos entre Washington y el reino saudita, principal exportador mundial de petróleo.

La Ley de Responsabilidad de Arabia Saudita fue impulsada la semana pasada por un grupo de ”halcones” (el ala más conservadora del gobernante Partido Republicano) encabezado por el senador Arlen Spector, miembro de la Comisión de Justicia.

El proyecto fue presentado en la Comisión de Relaciones Exteriores y Administración con el respaldo adicional de cuatro senadores del opositor Partido Demócrata.

Luego de la introducción del proyecto en el Senado, el representante demócrata Anthony Wiener, del estado de Nueva York, anunció que promoverá en la cámara baja una versión similar de la ley. Al menos 18 diputados apoyaron la idea.

Arabia Saudita es objeto de sospecha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, perpetrados por un grupo de terroristas la mayoría de los cuales procedían de ese país.

Los ataques con aviones comerciales secuestrados contra Nueva York y Washington, que dejaron 3.000 muertos, fueron organizados por la red Al Qaeda, liderada por el saudita Osama bin Laden.

El proyecto de ley se enmarca en una serie de iniciativas presentadas en los últimos meses por congresistas proisraelíes contra países árabes.

Una de ellas fue la Ley de Responsabilidad de Arafat, presentada a comienzos de este año, que obligaría a Estados Unidos a congelar las cuentas bancarias de la Autoridad Nacional Palestina para castigar al presidente palestino Yasser Arafat por su supuesto apoyo al terrorismo contra Israel.

Pero este proyecto de ley quedó en el olvido luego de que el gobierno de George W. Bush advirtiera que podría ser contraproducente para sus planes en Medio Oriente.

Luego se presentó la Ley de Responsabilidad de Siria, que fue aprobada hace dos semanas. La norma impone sanciones diplomáticas y económicas a Damasco por su supuesta colaboración con la resistencia iraquí contra la ocupación estadounidense.

El gobierno de Bush también acusa a Siria de apoyar a grupos palestinos que realizan ataques contra Israel.

La Ley de Responsabilidad de Arabia Saudita obligaría al presidente certificar todos los años que Riyad, por décadas estrecho aliado de Washington, cumplió con una rigurosa lista de tareas en la lucha internacional contra el terrorismo.

Washington podría imponer sanciones, como prohibir la exportación de cualquier artículo de defensa a Arabia Saudita, así como restringir el viaje de diplomáticos sauditas en Estados Unidos a un radio de 40 kilómetros en la ciudad donde residen.

”Salió a la luz evidencia de una gran financiación de Al Qaeda, Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) y otras organizaciones terroristas por parte de los sauditas”, dijo Specter.

Riyad niega cualquier vínculo con grupos terroristas, y señala que sólo ha sido objeto de ataques de parte de éstos, como el que dejó 17 muertos este mes en la capital.

El proyecto cita al Instituto de Investigación de Medios de Medio Oriente (MEMRI, por sus siglas en inglés), según el cual Arabia Saudita le dio cuatro millones de dólares a Hamas desde el inicio de la segunda intifada (insurrección popular palestina contra la ocupación israelí), en septiembre de 2000.

MEMRI es una organización fundada por ex funcionarios de la inteligencia israelí y miembros de la comunidad judía estadounidense.

La redacción del proyecto usa la típica retórica de los políticos israelíes de derecha contra los países árabes.

Pero el proyecto de ley no es la única iniciativa en marcha contra Araba Saudita.

La Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos recomendó al Congreso que autorice un estudio público para determinar si el gobierno saudita financia en forma directa o indirecta a grupos que promueven ”una ideología de odio, de intolerancia y de violaciones a los derechos humanos”.

Sin embargo, analistas advierten que estas iniciativas no han de prosperar por diversos motivos.

Bajo la superficie de Arabia Saudita yace un cuarto de las reservas de petróleo del mundo. Dieciocho por ciento del crudo que Estados Unidos compró el año pasado era saudita.

”Por esa razón, importantes actores estadounidenses se opondrán al proyecto”, dijo el politólogo Nathan Brown, profesor en la Universidad George Washington.

Otro obstáculo serán las estrechas relaciones entre los dos países en materia de defensa.

Un portavoz del Departamento de Estado (cancillería) dijo a IPS que el gobierno de Bush está ”complacido” con la cooperación de Arabia Saudita en materia de seguridad.

Brown sostuvo que incluso es poco probable que la ley sea puesta en práctica aun si el Congreso la aprobara.

”Parece claro que la intención de parte de los promotores de la ley es dar un paso simbólico”, afirmó.

La analista Tamara Cofeman Wittes, del Instituto de Paz de Estados Unidos, indicó que la intención del proyecto es dirigir una señal fuerte a Arabia Saudita, pero que ni siquiera será útil para eso.

La experta señaló otras preocupaciones respecto de Riyad a las que se pudo apelar, como la falta en el país de libertad religiosa y las violaciones de derechos humanos.

Por otro lado, analistas señalan que las relaciones entre Arabia Saudita y Estados Unidos son más valiosas para sus gobiernos que para sus pueblos.

Washington reconoce como positivas algunas iniciativas de Riyad, como la anunciada el año pasado para la paz entre israelíes y árabes, pero son rechazadas por el público de Estados Unidos.

”Arabia Saudita no es popular entre los estadounidenses, así como Estados Unidos no es popular entre los sauditas. Por primera vez, la opinión pública está afectando lo que ha sido una buena relación por medio siglo”, dijo el analista.

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