Operadores turísticos de Estados Unidos y Cuba analizarán desde este jueves en México, junto con funcionarios cubanos, las posibilidades de la isla como destino de viajes internacionales, pese a que Washington anunció que impondrá a los estadounidenses más trabas para visitarla.
En la bilateral Conferencia de Viajes, que se llevará a cabo hasta este sábado en el sudoriental balneario mexicano de Cancún, participará el ministro cubano de Turismo, Ibrahim Ferradaz, confirmaron a IPS este lunes fuentes del sector.
La reunión desafía las medidas anunciadas el viernes por el presidente estadounidense George W. Bush para reforzar las sanciones económicas a la isla, cuyo costo para ella durante más de 40 años ha sido más de 72.000 millones de dólares, según La Habana.
”Una amplia delegación viajará a Cancún para asistir a ese encuentro”, aseguró una fuente del Ministerio de Turismo cubano, al tiempo que un comunicado de la cancillería de Cuba acusó a Bush de imponer un ”mayor deterioro” a los ya difíciles vínculos bilaterales.
La reunión de Cancún fue organizada, entre otras compañías e instituciones estadounidenses, por la Asociación de Profesionales de la Industria Relacionada con los Viajes (ATRIP, por sus siglas en inglés), creada en junio con la intención principal de consolidar, unificar y canalizar los intereses de ese sector en relación con destinos prohibidos, entre ellos Cuba.
Las visitas de estadounidenses a la isla de régimen socialista están sujetas a una serie de regulaciones cuya infracción puede costar fuertes multas y hasta encarcelamiento.
Sin embargo, en 2000 visitaron territorio cubano unos 200.000 estadounidenses, la mayoría de ellos al amparo de permisos generales o específicos concedidos por las autoridades de Estados Unidos, según cálculos del Centro para Política Internacional, con sede en Washington.
Según la ATRIP, el cese de los impedimentos beneficiaría a la economía estadounidense con ingresos anuales adicionales de unos 1.600 millones de dólares y la creación de 23.000 nuevos empleos.
La Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba señala, por su parte, que en 2001 llegaron al país 78.789 visitantes procedentes de Estados Unidos, sin contar a numerosas personas que eluden las restricciones mediante viajes con escala en otras naciones.
Bush aseguró que se intensificará la vigilancia sobre quienes ”viajan a Cuba ilegalmente a través de terceros países y aquellos que navegan a Cuba en embarcaciones privadas en violación del embargo”.
En septiembre, el mandatario ya había advertido a congresistas que vetaría cualquier intento legislativo de cambiar las regulaciones y restricciones vigentes en la materia.
Sin embargo, la Cámara de Representantes aprobó, con 227 votos a favor y 188 en contra, un proyecto encaminado al levantamiento de esas restricciones, vigentes desde hace cuatro décadas.
Según fuentes cubanas, la cita de Cancún cuenta con apoyo de varios congresistas estadounidenses, entre ellos Jeff Flake, del gobernante Partido Republicano, y William Delahunt, del opositor Partido Demócrata, ambos partidarios de liberalizar la posibilidad de viajar a la isla.
La agenda del encuentro incluye conferencias, charlas y talleres sobre el producto turístico cubano, así como un recorrido por La Habana este domingo, por invitación del Ministerio de Turismo y la operadora turística Havanatur.
Esa invitación permitirá a los participantes de Estados Unidos eludir la prohibición de realizar gastos en la isla, que tiene en la capital su principal polo turístico, explicó a periodistas el vicedirector de Havanatur, Antonio Díaz.
Ferradaz tiene previsto viajar a Cancún acompañado de una veintena de directores de cadenas hoteleras y compañías turísticas cubanas y de capital mixto, así como funcionarios de la cancillería y del ministerio de Transporte, entre otros.
Bush no sólo anunció medidas para reforzar el embargo, sino también la creación de una Comisión de Ayuda a una Cuba Libre, encabezada por los secretarios de Estado, Colin Powell, y de Vivienda, Mel Martínez, un estadounidense de origen cubano.
Según dijo el mandatario, el objetivo de esa comisión será acelerar y planificar la transición democrática en Cuba.
Para el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores, esas ”medidas anticubanas” revelan ”el compromiso ilimitado del gobierno norteamericano con los sectores cubanoamericanos de extrema derecha” adversos al gobierno de Fidel Castro.
Esa comunidad, asentada básicamente en el sudoriental estado estadounidense de Florida, ”proseguirá su chantaje electoral reclamando otras acciones contra Cuba”, aseveró la cancillería.
”No nos extrañaría que nuevas agresiones se gesten contra nuestro país en la medida que nos acercamos a noviembre de 2004”, advirtió, en referencia a los próximos comicios presidenciales en Estados Unidos.
En ese contexto de confrontación, en las últimas cuatro semanas visitaron La Habana cuatro congresistas de Estados Unidos, algunos de los cuales se entrevistaron con Castro.
”El intercambio es la mejor vía para lograr los cambios positivos” en Cuba, opinó el senador demócrata Evan Bayh el 8 de este mes, poco antes de abandonar la capital cubana.
Por otra parte, continuaron las compras cubanas de alimentos a empresas estadounidenses, realizadas al amparo de una enmienda legal de 2000 que permite a éstas realizar ventas a la isla.
Según cálculos de especialistas, al finalizar 2003 esas importaciones habrán implicado pagos realizados por Cuba de 500 millones de dólares, al contado porque la isla no tiene acceso a crédito ni a facilidades en la materia.