SALUD-FRANCIA: Calor mató a 11.435 en 15 días

Una combinación de calor intenso, falta de médicos y enfermeros a causa de las vacaciones e imprevisión mató a 11.435 personas en Francia en la primera quincena de este mes, según admitió el propio gobierno.

Las autoridades habían negado durante dos semanas una mortandad de tal magnitud, pero este viernes divulgaron la última cifra, basada sobre un estudio del Instituto Nacional de Vigilancia de la Salud (INVS).

El organismo analizó todos los certificados de defunción emitidos durante el periodo, dijo a IPS el director del organismo, Gilles Bruecker. ”Hemos afrontado una verdadera catástrofe sanitaria”, afirmó Bruecker.

El director delegado de Pompas Fúnebres Generales en el departamento de Ile de France (que abarca París y su zona metropolitana), Hugues Fauconnet, había afirmado el 21 de agosto que la ola de calor había ocasionado 3.000 muertes más de lo habitual en la región desde comienzos de este mes.

”Para todo el país, el saldo de muertes podría alcanzar 13.600 para todo el mes”, dijo Fauconnet a IPS. Es una cifra 36 por ciento superior a la del mismo mes pero en años anteriores, y 70 por ciento en el caso de los alrededores de París, calculó.

El primer ministro Jean-Pierre Rafarin rechazó al principio esos cálculos. ”La cuenta final será menor que eso”, sostuvo entonces.

La mayoría de las víctimas son ancianos, y más de la mitad fallecieron en asilos para la tercera edad. Las causas de muerte más frecuentes fueron problemas cardiacos y respiratorios.

En algunas regiones, en especial en el sur, la temperatura de día alcanzó 42 grados. En París, la máxima fue de 38. Médicos advirtieron que temperaturas superiores a 23 grados de noche pueden provocar la muerte de quienes sufren enfermedades cardiacas y respiratorias crónicas y no están acostumbrados.

Las muertes en Francia fueron, por lejos, muchas más que en otros países europeos que sufren también los efectos de la ola de calor.

En Portugal se registraron 1.300 muertes por encima del promedio en la primera quincena de agosto. En Italia, murieron 553 personas a causa del calor en el mismo periodo.

En España fueron un centenar, según cálculos oficiales, si bien en los hospitales de solo 15 ciudades de la oriental región de Cataluña murieron 1.316 personas más este año que en el verano de 2002.

Expertos atribuyen la gravedad de la situación en Francia a una combinación de calor, falta de personal en los hospitales durante la temporada de vacaciones e imprevisión.

”El personal de hospitales y clínicas del sur de Francia tienen gran experiencia en cómo manejarse con el calor. Medidas aparentemente banales, como darle bebida o toallas húmedas a los ancianos, pueden salvar vidas”, dijo el director del Laboratorio de Salud Pública de la meridional ciudad de Marsella, Jean-Louis San Marco.

Pero la cantidad de muertes en París y en sus alrededores se atribuye, precisamente, a que los médicos y enfermeros carecen de esa experiencia.

El fenómeno originó una disputa entre el gobienro y los médicos, que acusan a las autoridades de ignorar los urgentes pedidos de ayuda y de reaccionar tardíamente.

El presidente Jacques Chirac advirtió que los parientes de las víctimas habían dejado de lado sus deberes familiares. ”Solidaridad familiar, respeto a los ancianos y buena vecindad son indispensables en la vida social”, dijo Chirac en cadena de televisión el día 20, al regresar de sus vacaciones en Canadá.

Pero expertos, a su vez, acusan a Chirac, cuyo gobierno ”redujo todo el presupuesto estatal para los ancianos y para el sistema de salud”, según el cientista social Philippe Bataille. ”En estas circunstancias, acusar a los familiares de las víctimas de falta de solidaridad es un insulto.”

La crisis había golpeado a París mucho antes de que Chirac reaccionara. El 8 de este mes, los hospitales de la capital ya estaban colmados de víctimas del calor. El Directorio de Asistencia Pública, agencia pública que dirige los hospitales parisinos, declaró entonces que la situación era ”extremadamente grave”.

El organismo exhortó al gobierno a implementar un plan de emergencia que incluía la contratación de personal temporario, eliminando trámites burocráticos en ese sentido.

”Las autoridades de la salud trabajan en oficinas con aire acondicionado y no se dan cuenta de la gravedad de la situación”, advirtió el presidente de la Asociación de Médicos de Emergencia de Francia, Patrick Pelloux.

Pero el ministro de Salud, Jean-François Mattei, aceptó el plan de los expertos una semana después de su formulación, el 14 de agosto. Entonces, Mattei estimó los muertos entre 1.500 y 3.000.

La crisis alcanzó tal dimensión que se retrasó la recolección de cadáveres. El cuerpo de un hombre muerto de un ataque al corazón a 15 kilómetros de París fue retirado de su hogar 10 días después. Con el calor, el cadáver se descompuso, lo que obligó a los vecinos a evacuar el edificio.

La temperatura obligó a las autoridades médicas a convertir los refrigeradores de los frigoríficos en morgues.

”El gobierno estaba de vacaciones”, dijo el secretario general del opositor Partido Socialista, François Hollande. ”Posiblemente hacía demasiado calor como para gobernar.” (

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