MUSICA-CUBA: Rap al ataque

El rap venció en Cuba la primera etapa de rechazo e incomprensiones por su decir contestatario y crítico y gana cada vez más espacio en la cultura nacional, al punto que ya transita por el noveno festival con artistas locales y del exterior.

”Le huye a la idea, pero la miseria tiene la cara fea,/aunque no se crea, entonces !lo que sea!:/ Se arregla como puede:/sale sonando los tacones,/Revisando mentalmente por si hay otras opciones,/pero no,/ tu cuerpo asume y entonces te llaman Puta”, narra la poesía cruda del grupo Obsesión desde el disco del nuevo sello lanzado en este festival.

El avance es tal que desde el año pasado es una entidad estatal, la Agencia Cubana de Rap (ACR), la encargada de promover dentro y fuera del país a los artistas del hip hop, la corriente musical que tiene en el rap a una de sus variantes.

A su vez, el sello Asere producciones asegura la realización discográfica y la revista Movimiento facilita el intercambio y la reflexión sobre esta corriente musical.

”Movimiento pretende mostrar y enriquecer cualquier propuesta artística o intelectual en el mundo del hip hop cubano (….) y fomentar el discurso crítico y autocrítico”, aclara la publicación en su primer número.

La revista y el primer disco, ”Asere1”, del nuevo sello fueron lanzados durante el IX Festival de Rap Habana Hip Hop 2003, que del 11 al 17 de este mes reúne en la capital cubana a raperos del país, de Estados Unidos y de otros países.

Esta fiesta anual, que incluye conciertos masivos y encuentros teóricos, se ha convertido en un importante catalizador en el crecimiento y evolución del rap y el hip hop como movimiento cultural en la isla, apuntaron observadores.

El objetivo fundamental de la entidad estatal es ”promover y comercializar” a los grupos que representa, explicó a IPS la directora de ACR, Susana García.

”Estamos comenzando, en la etapa de mercadeo. Hemos logrado muchas cosas positivas, sobre todo en materia de promoción, pero aún nos falta mucho camino”, subrayó.

Creada en septiembre de 2002, la agencia tiene bajo su alero a nueve agrupaciones y pronto aceptará a otras dos, cantidad aún muy pequeña para Cuba, donde suman unas 1.000 las bandas de uno o más cultivadores de hip hop.

”La idea es no crecer demasiado, a fin de dedicar todo el tiempo necesario a las que ya pertenecen a la agencia”, añadió García, quien descartó que el contenido crítico de los temas resulte limitante para ser aceptado.

”Consideramos que si esos mensajes llaman a la reflexión son importantes para la sociedad”, sostuvo.

La mayoría de los raperos cubanos optaron por esa línea temática, aunque unos sean menos ásperos que otros.

”Somos artistas y reflejamos nuestras realidad igual que lo hace un pintor, un novelista, pero siempre tratamos de ser constructivos, por fuerte que parezca el tema”, comentó Norlan Leygonier, del grupo Alto Voltaje.

Como todos, Leygonier no escapó a los problemas iniciales. ”Por prejuicios, era algo nuevo y no se sabía bien lo que era este género musical. Pero nunca hemos flaqueado. Llevamos el hip hop a nuestro barrio, donde ahora hay varios raperos”, cuenta.

El rap nació a mediados de los años 70 en los barrios negros e hispanos de Nueva York y fue adoptado luego por jóvenes contestatarios de otras ciudades estadounidenses, europeas, latinoamericanas y africanas.

Rap es hablar en rima al compás de un ritmo y es la parte fundamental de la corriente hip hop, que también involucra entre otras cosas a personas que se identifican con el breakdance, el DJ (mezclar música de manera espontánea en un tocadiscos) y el graffiti.

Este movimiento llegó a esta isla caribeña de régimen socialista a fines de los años 80, pero ya para la mitad de la década pasada sumaban varias decenas las agrupaciones, que en 1995 tuvieron su primer festival llamado ”Habana Hip Hop”.

A juicio de Ariel Fernández, director de la revista Movimiento, esa transculturación no es ”un fenómeno que cayó de la nada” y tiene que ver con la tradición del pueblo cubano de asimilar la música y cultura foráneas, no sólo de Estados Unidos.

De los cuatro elementos propios del hip hop, el de mayor desarrollo en Cuba es el rap, que cobró fuerza entre los jóvenes junto con la crisis económica que trajo a Cuba la desaparición a comienzos de los años 90 del campo socialista europeo y de la propia Unión Soviética.

La recesión de esa década y las reformas gubernamentales para enfrentarla trajeron problemas como la desigualdad social, la prostitución, el mercado en dólares bien abastecido al cual no todos pueden acceder y el aumento de la emigración.

”Los jóvenes quisieron comenzar a contar lo que estaba pasando y la expresión del momento era el rap, que ha sido una crónica social, una voz honesta que ha puesto sobre el tapete lo bueno y lo malo, pero de manera constructiva”, señaló Fernández a IPS.

Se trata de un fenómeno que no difiere mucho de que hicieron los jóvenes de la Nueva Trova en los años 60, en los albores del proceso revolucionario encabezado por Fidel Castro desde enero de 1959, opinó.

”Ellos (los trovadores) hicieron canciones polémicas, que finalmente se asumieron como un nuevo movimiento cultural en el país”, comentó Fernández, quien acepta que la crítica ”dura” del rap no siempre ha sido bien asimilada. (

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