La clave de una paz duradera en Liberia la tiene el Consejo de Seguridad de la ONU, que debe enviar urgentemente una fuerza multinacional con un mandato específico para terminar con 14 años de conflicto y proteger a los civiles, señalaron activistas.
Es necesario ”dar un claro mandato y los recursos necesarios para poner fin a este largo conflicto. El Consejo de Seguridad tiene el deber y la autoridad para asegurar el orden en Liberia”, señaló a IPS el activista George Kun, de la organización Refugiados Internacional.
El Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) aprobó esta semana el envío de una fuerza a Liberia, pero todavía debe resolver el número de efectivos y los detalles de la operación.
La ONU intervendrá sólo después de que las tropas nigerianas desplegadas esta semana como fuerza de avanzada de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (Ecowas) concreten su misión de garantizar una tregua acordada en junio entre el gobierno de Charles Taylor y los rebeldes Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD).
La Ecowas intentará convencer antes de octubre a LURD para que se comprometa a respetar el cese del fuego y permita el ingreso a la capital de la fuerza de paz que enviará la ONU. Monorvia está bajo control de los rebeldes.
Al hablar sobre un mandato claro y específico, activistas y funcionarios de la ONU se refieren a las potestades de las fuerzas de paz para repeler violaciones del cese del fuego.
Taylor, que asumió en 1997 tras ocho años de guerra civil, aseguró que presentará su renuncia escrita al parlamento el 11 de este mes, pero no aclaró cuándo dejará el país. El poder pasaría a manos del vicepresidente Moses Blah.
Un equipo de avanzada de la ONU llegará a Monrovia para analizar la situación una vez que esté confirmado el cese del fuego, informó el miércoles el representante especial en Liberia de la Secretaría General del foro, Jacques Klein.
El equipo estará integrado por unos 30 funcionarios del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que por tres semanas harán una evaluación de la situación para redactar un informe que luego presentarán al Consejo de Seguridad.
Mientras, buques militares estadounidenses están anclados frente a la costa liberiana con 2.000 infantes de marina a bordo. Pero Washington aclaró que su única colaboración con la misión de paz de la Ecowas será logística.
Klein estimó que ”entre 12.000 y 15.000 soldados” se necesitarán para mantener la paz en este occidental país africano de tres millones de habitantes.
”En esta oportunidad queremos hacerlo bien, porque hay que desmilitarizar la región, desmovilizar a los militares y a los paramilitares. La clave es la seguridad y la ayuda humanitaria”, señaló Klein.
Pero los activistas temen un fracaso de la operación y piden que el Consejo de Seguridad de la ONU dé a las fuerzas de paz un mandato específico para proteger a la población civil.
Kun recordó que, en el caso de la guerra civil en Sierra Leona (1992-2002) se cometieron graves crímenes contra la humanidad por falta de un mandato expreso para las fuerzas de paz de la ONU de que protegieran a la población.
”Los británicos enviaron sólo 800 soldados y tuvieron éxito al final. Esto se debió más a la voluntad de Londres de hacer lo que la ONU no pudo hacer”, afirmó.
Por su parte, la organización Amnistía Internacional (AI), con sede en Londres, señaló que el envío de una fuerza multinacional está obstaculizado por la propia resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que la creó.
”Saludamos la iniciativa porque en alguna manera contribuye a aliviar el sufrimiento del pueblo liberiano, pero esperábamos que se usara un lenguaje más fuerte y explícito sobre la protección de los civiles”, señaló AI en un comunicado.
La organización instó al Consejo de Seguridad a ”garantizar que la fuerza de paz de la ONU que colaborará con la de Ecowas sea provista de un mandato más contundente y específico sobre la protección de los civiles”.
Klein señaló que establecer el orden en Liberia significaría un gran logro para la comunidad internacional.
”Hay muchos buenos funcionarios liberianos dispuestos a formar parte de un gobierno interino, pero se necesita el mandato de la ONU”, señaló, y sugirió que se podrían realizar elecciones dentro de unos 18 meses.
Por su parte, Kun subrayó que es esencial ”no permitir que ningún líder (ni del LURD ni del gobierno de Taylor) ocupe algún puesto, ni la presidencia ni la vicepresidencia”.
”La última vez que tuvimos un líder de una de las partes en pugna en un gobierno de transición toda la ciudad se dividió y se cometieron asesinatos en las calles”, señaló.
”Refugiados Internacional propone que se siga el modelo de Timor Oriental: que haya un administrador de la ONU durante un año para preparar el camino hacia las elecciones libres. Yo creo que, de no seguir estas pautas, Liberia podría caer en otro desastre”, advirtió Kun.
Unas 450.000 personas fueron desplazadas por el conflicto en Liberia, y sobreviven en unos 90 asentamientos con grave escasez de alimentos, de agua, de medicamentos y de servicios básicos.
Fuera de los asentamientos, miles de civiles están a merced de los combatientes de las dos partes, que cometen violaciones, secuestros, asesinatos y realizan levas forzosas, incluso de niños.
El último tramo de la incesante guerra civil liberiana comenzó en 1999, cuando LURD acusó a Taylor de dictador y lanzó una rebelión en el norte del país. Once de los 15 distritos del país quedaron sumidos en la violencia.
El territorio que hoy es Liberia fue comprado en 1821 por la Sociedad Estadounidense de Colonización, con la finalidad de dar un espacio a los esclavos libertos que comenzaban a ser percibidos como un problema en Estados Unidos, en especial en el sur.
En 1847, el territorio se declaró país independiente. El nombre de su capital, Monrovia, honra al presidente estadounidense James Monroe (1817-1825).