ECONOMIA-ISRAEL: El doloroso abrazo del libre mercado

La transición de Israel de un Estado de bienestar al libre mercado está resultando dolorosa, y las madres solas que acamparon frente al Ministerio de Finanzas en Jerusalén en protesta por los recortes de subsidios son prueba viviente de eso.

La brecha entre ricos y pobres en Israel es la más grande entre los países industrializados y emergentes después de la de Estados Unidos, según un estudio del equipo de expertos Luxembourg Income Study.

Se trata de un dato sorprendente para un país que fue fundado en parte sobre ideales socialistas y donde la granja colectiva o ”kibbutz” era considerada el sistema ideal de producción.

”Bibi (el apodo del ministro de Finanzas y ex primer ministro Benjamin Netanyahu) vive en una casa de dos millones de dólares. ¿Por qué los ricos no pueden pagar un poco más para que nosotros y nuestros hijos no tengamos que sufrir?”, preguntó Abergil Ravit, una de las madres en protesta.

El programa de reforma de Netanyahu apunta a despojar a la economía de lo que considera ”los vestigios sofocantes del socialismo”.
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Además de recortar los beneficios sociales, también redujo el porcentaje máximo de impuesto a la renta (en beneficio de los más acaudalados), reformó el sistema de pensiones e intenta acelerar la privatización de bancos y empresas telefónicas y de electricidad.

El gobierno insiste en que estas políticas promoverán el crecimiento, atraerán inversiones y en definitiva ayudarán a los pobres.

Los expertos aseguran que Israel está cambiando su sistema de ”bienestar total”, basado en el modelo europeo de los años 70, a un sistema de ”bienestar mínimo”, más cercano al de Estados Unidos. Pero esto no significa que antes no existiera una brecha entre ricos y pobres.

”Siempre hubo tales diferencias”, afirmó Johnny Gal, de la Facultad de Trabajos Sociales de la Universidad Hebrea, de Jerusalén.

”Hasta hoy persisten antiguas brechas entre los inmigrantes de países árabes y los de Europa. El segmento más pobre siempre fue la población árabe, y eso no ha cambiado”, explicó.

En mayo y julio, el gobierno recortó unos 2.400 millones de dólares de sus gastos. La economía se contrajo el año pasado y la mayoría de los expertos prevén un crecimiento cero para este año, frente a 6,8 por ciento en 2000.

El desempleo ronda actualmente el 12 por ciento, pero en las zonas árabes trepa a más de 17 por ciento.

También es notoria la brecha entre los judíos ortodoxos y los occidentales, que ha crecido en los años 90.

Gal y un colega estudiaron las tendencias económicas y sociales de los últimos 30 años en Israel.

”Lo diferente ahora es que después de años de hablar sobre ello, ahora realmente empezaron a recortar la red de seguridad social”, como reclamaban muchos desde los años 80 y 90, dijo Gal.

La actual crisis económica se agrava por la violencia de los últimos tres años. Según el Ministerio de Finanzas, la lucha contra la ”intifada” (insurrección) palestina, que estalló en septiembre de 2000, insume tres por ciento del porcentaje de crecimiento anual. Sin ese gasto, Israel apenas evitaría la recesión.

La inversión en el sector de la tecnología en el segundo trimestre de este año representó menos de un cuarto de los 1.000 millones de dólares correspondientes al último trimestre de 2000.

Mientras, los fondos procedentes del extranjero aumentaron de 77 millones de dólares en el primer trimestre a 158 millones en el segundo, pero esto es insuficiente para salvar al país de su peor recesión desde su fundación, en 1948.

La tecnología, en particular las comunicaciones militares, ayudaron al crecimiento de la economía israelí en 2000. Tras el colapso de ese sector, el gobierno espera que las reducciones fiscales le den a la economía el impulso necesario, mientras los recortes a los beneficios sociales ayudan a equilibrar el presupuesto.

”Los planificadores económicos de los grandes partidos (el gobernante Likud y el opositor Partido Laborista) han sido muy influenciados por el modelo estadounidense”, dijo Gal, que atribuyó ese hecho a la creciente dependencia del respaldo político y militar de Washington.

”Pero algunos creen realmente que el modelo de Estados Unidos es mejor. Muchos fueron educados o trabajaron varios años en ese país”, explicó.

El académico señaló que el Partido Laborista también se está encaminando en esa dirección, aunque la población afectada por los recortes a los beneficios culpa al Likud, que encabeza el gobierno.

”Durante años apoyamos al Likud debido a su preocupación por la seguridad. No tuvimos en cuenta la economía al votar, pero estoy segura de que eso va a cambiar ahora, porque la seguridad no importa si no tienes suficiente para vivir”, declaró Eti Goari, una madre sola de 38 años de la ciudad costera de Nahariya, que se unió a las manifestantes en Jerusalén.

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