CUBA-EEUU: Doble juego

El parco mensaje que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dirigió el martes a la oposición cubana en el exilio pudo parecer una señal de distensión de Washington a La Habana.

Pero, mientras Bush eludía anunciar nuevas sanciones contra Cuba, un avión procedente de su país se acercaba a las costas de la isla para transmitir la señal de la televisora TV Martí, una acción catalogada por La Habana de ”provocación”.

Un artículo editorial del diario oficialista Granma aseguró que la nave voló el martes muy cerca de la costa norte del occidente cubano transmitiendo la señal del canal de televisión financiado por Washington.

”Como sorpresa especial de la administración Bush, guardada como gran secreto de guerra”, la señal televisiva interrumpió durante dos horas la programación de los canales de varias provincias de la isla, afirmó Granma el miércoles.

Además, la radioemisora Martí salió al aire con cuatro nuevas frecuencias.

La acción se produjo un año después que el presidente estadounidense prometiera a la comunidad cubana exiliada en Estados Unidos que radio Martí y TV Martí tendrían mayor potencia para llegar con sus transmisiones a Cuba.

Pero la medida coincidió con una nueva racha de apagones en la capital cubana y en varias provincias, atribuida por fuentes de la estatal Unión Eléctrica a roturas en dos importantes centrales generadoras.

Esos cortes del servicio eléctrico podían haber minimizado en gran medida el alcance de las transmisiones especiales.

Radio y TV Martí, creadas durante los años 80 para transmitir información contraria al gobierno cubano de Fidel Castro, son consideradas por La Habana como otra vía de agresión de Estados Unidos.

La celebración del 20 de mayo como Día de la Independencia, que observan opositores cubanos exiliados en Estados Unidos, también es rechazada por La Habana.

El 20 de mayo de 1902 fue declarada la República de Cuba luego de tres años de intervención militar estadounidense. Antes de su retirada, Estados Unidos impuso una enmienda en la Constitución cubana, que lo habilitaba a intervenir en el país toda vez que lo considerase necesario.

El enviado especial de la Casa Blanca para Asuntos Hemisféricos, Otto Reich, confirmó a la prensa que la transmisión de un programa de cuatro horas el martes respondió a una ”fase inicial de pruebas a la que seguirán otras”.

Con este gesto hacia el ala más radical del exilio cubano anticastrista, Bush limitó su intervención del 20 de mayo a un comunicado en que expresó su ”esperanza de que el pueblo cubano goce pronto de las mismas libertades y derechos” que los estadounidenses.

En cambio, el año pasado, el presidente estadounidense había presentado ante la comunidad cubana de la meridional ciudad de Miami lo que llamó su programa para ”una nueva Cuba”.

Entre las medidas que se esparaba Bush anunciara este 20 de mayo, y que fueron motivo de polémica dentro del gobierno estadounidense, se encontraban la suspensión del envío de remesas de los inmigrantes cubanos a sus familias en la isla, así como de los vuelos directos entre ambas naciones.

El congresista del gobernante Partido Republicano Lincoln Díaz- Balart aseguró que Washington no ha finalizado la revisión de su política hacia La Habana en respuesta al encarcelamiento de un grupo de 75 opositores cubanos.

Las tensiones entre Washington y La Habana aumentaron luego que el gobierno de Castro detuvo y aplicó en abril severas sanciones a disidentes que mantenían estrechos vínculos con la Oficina de Intereses de Estados Unidos en la capital cubana.

A ese hecho se sumó la ejecución el 11 de abril de tres secuestradores de una lancha de pasajeros que pretendían obtener combustible de las autoridades cubanas para emigrar ilegalmente a territorio estadounidense.

Poco después, el 13 de este mes, 14 diplomáticos cubanos fueron expulsados de Estados Unidos. Siete de ellos estaban acreditados ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Nueva York.

Según él diario Granma, Washington busca con las últimas provocaciones acelerar ”incidentes que sirvan de pretexto para agredir” a la isla, mientras fuentes oficiales estadounidenses afirman que se tiene ”contemplada” una invasión a Cuba.

A juicio del opositor cubano Manuel Cuesta Morúa, de la Corriente Socialista Democrática, la reacción oficial cubana es ”desproporcionada”, pero también son censurables las últimas acciones de Estados Unidos.

”Lo único que se logra con el aumento de los recursos para TV y radio Martí y con la expulsión de los 14 diplomáticos cubanos de Estados Unidos, es alimentar aún más las tensiones entre ambos países”, dijo a IPS.

En su opinión, Washington debería dar ”un giro dramático” en su política hacia la isla y ”admitir de una buena vez que sólo los cubanos sin necesidad de ningún protectorado podremos arreglar nuestras propias controversias políticas”. (FIN/IPS/da/dcl/ip/03)

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