Un ganado vacuno más resistente a enfermedades, sexualmente más precoz y con una carne más tierna es el propósito del proyecto Genoma Funcional del Buey, que pretende dar a Brasil sostén tecnológico para un futuro liderazgo en el mercado mundial de este alimento.
La disciplina genómica registró un gran avance en Brasil desde 1997, con el desciframiento del material genético de varias bacterias y plantas de interés agrícola, así como del origen genético de algunos tipos de cáncer humano.
Pero el proyecto inaugura una nueva estrategia pues procura identificar las funciones de genes importantes para la actividad ganadera, señaló a Tierramérica su coordinador, Luiz Lehmann Coutinho, profesor de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, de la Universidad de Sao Paulo.
En el plazo relativamente corto de 18 meses se pretende cumplir todas las fases necesarias para alcanzar un conocimiento genético que pueda ser patentado y utilizado en la actividad ganadera.
Cambia la dinámica y el foco de la investigación, buscando resultados prácticos y rápidos, explicó Coutinho.
Por tanto, los científicos no están detrás de descubrir los millones de secuencias de bases químicas del ADN (ácido desoxirribonucleico) del vacuno, que requeriría la secuenciación del genoma.
Apenas buscan limitarse a tres por ciento del genoma vacuno, eligiendo los tejidos asociados a la reproducción, al sistema inmunológico y a la calidad de la carne. Aunque tales tejidos son conocidos, no lo son los genes determinantes de las características pretendidas, aclaró el investigador.
Este logro permitirá mayor productividad y calidad de la carne, un rubro en el que el país tendría mejores condiciones para competir con los grandes productores ganaderos que en la lechería, acotó Coutinho.
La investigación se centrará exclusivamente en la raza nelore, originaria de India y adaptada a las condiciones climáticas tropicales, y que comprende 80 por ciento de los 170 millones de cabezas de ganado del país, en estado puro o mezclado.
El plan permitiría superar limitaciones del nelore y conquistar el liderazgo en el mercado mundial de carne, observó Jovelino Mineiro, dueño de la empresa Central Bela Vista Genética Bovina, que financia el proyecto por partes iguales con la Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de Sao Paulo (FAPESP), a un costo de un millón de dólares.
La carne del nelore no es tan tierna como la de las razas producidas en Argentina o en Europa. La primera parición ocurre entre los 2,5 y tres años de vida, una desventaja en relación a los dos años de las razas europeas, dijo Mineiro.
La meta es hacerlo tan precoz como sus competidores, dijo Coutinho.
En Brasil existen animales con capacidad genética, afectada sin embargo por distintas condiciones ambientales, de alimentación y de manejo.
El conocimiento genético hará más eficiente la selección, adelantando la reproducción, explicó.
Identificar genes de esa precocidad sexual interesa a Central Bela Vista, una de las mayores productoras de semen y embriones vacunos en Brasil.
Las investigaciones buscarán también conocer genes que ayudarán a seleccionar vacunos naturalmente más resistentes. Eso reducirá el uso de medicamentos y venenos contra parásitos, a favor de una carne más saludable, libre de los residuos químicos que enfrentan barreras sanitarias en el comercio internacional, observó Coutinho.
En relación a la calidad, se pretende una buena composición de grasa, que permita que la carne no se endurezca al enfriarse y tenga el sabor y la ternura adecuados.
Pero el desarrollo científico no incluirá procesos de transgénesis, es decir la introducción de genes de otras especies, aclaró Coutinho.
El científico destacó como un desafío interesante la iniciativa conjunta de una empresa, la institución estatal de fomento tecnológico y universidades a las que pertenecen 20 laboratorios encargados de las investigaciones.
*Publicado originalmente el 17 de mayo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (