La neumonía atípica podría ser más dañina para la salud mundial que cualquiera de las enfermedades surgidas en los últimos 20 años, excepto el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), advirtió la OMS.
El virus causante del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) sobrevive hasta 24 horas en superficies inanimadas, lo cual convierte cualquier objeto en posible fuente de contagio, explicó el director de la sección de enfermedades contagiosas de la OMS (Organización Mundial de la Salud), David Heymann.
Hasta el martes, la epidemia de SRAS había infectado a 3.947 personas y matado a 229 en 25 países. Cerca de 90 por ciento de los casos surgieron en China.
En todo el mundo hay miles de personas en cuarentena, y la cifra podría multiplicarse con la propagación de la enfermedad entre los 1.300 millones de habitantes de China.
La OMS recomendó este miércoles la suspensión de los viajes a Beijing y a la provincia de Shanxi, en China, y a la ciudad canadiense de Toronto, la más afectada por el SRAS fuera de Asia.
En 1918, la denominada gripe española mató a 20 millones de personas antes de desaparecer. Fue la peor epidemia humana de la que se tenga registro. El virus causante de esa enfermedad sólo fue mortal para entre tres y cinco por ciento de los infectados.
Se calcula que el SRAS mata a cuatro por ciento de los infectados. El virus de la fiebre hemorrágica de Ebola, mientras, mata a la mitad de sus víctimas, y casi todos los portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, mueren.
Gracias a la colaboración mundial, científicos concluyeron este mes que el SRAS es un tipo nuevo de coronavirus. Nos llevó tres años identificar el VIH. Llevó ocho días encontrar la causa del SRAS, dijo el portavoz de la OMS Dick Thompson.
Por otra parte, el SRAS surgió en un mundo mucho más interconectado que aquel que vio aparecer el VIH, destacó Heymann. El periodo de incubación es de dos a 10 días, por lo cual los infectados pueden viajar de un país a otro sin mostrar síntomas de la enfermedad.
El SRAS puede transmitirse por fluidos expulsados al estornudar o toser, y sus síntomas —tos seca, dolor de cabeza, fiebre superior a los 38 grados— son comunes y no específicos, agregó.
Se calcula que la enfermedad ya costó 30.000 millones de dólares en todo el mundo, explicó.
La familia de los coronavirus, así llamados por la corona que rodea la partícula viral, causa entre 20 y 30 por ciento de los resfríos comunes en humanos, y muchas enfermedades entre animales domésticos como cerdos, gatos, perros, ganado, pollos, pavos, ratas y ratones.
Un virus es un paquete de material genético que incluye algunas encimas rodeadas por una cobertura protectora de proteínas o grasas. Carece de capacidad autónoma de movimiento, crecimiento o reproducción.
Pero los virus colonizan las células vivas con las que entran en contacto para crear más virus. Elementos químicos en su cobertura proteica o grasa actúan como una llave que abre la cerradura protectora de la membrana celular.
Una vez en su interior, el virus se apodera de la célula para fabricar réplicas de sí mismo. Cuando tiene suficientes copias, los virus nuevos se filtran por la membrana celular o destruyen la célula. Así, se libera la progenie viral, que se desplaza para colonizar otras células.
Los virus intercambian información genética con otros virus o con las células anfitrionas. Ese cambio constante les permite saltar de una especie a otra. Se cree que el VIH, por ejemplo, fue transferido de animales salvajes africanos a seres humanos.
Los animales alojan muchos tipos de virus, la mayoría benignos, pero un solo cambio genético puede transformarlos en peligrosos para otros animales o para los seres humanos.
Muchos virus de la gripe se originan en el organismo de cerdos o pollos, donde sufren mutaciones, y desde allí infectan a los humanos. El virus del SRAS podría ser un ejemplo más.
Controlar un virus sumamente contagioso es mucho más difícil sin una prueba de diagnóstico. Pero la prueba que identifique al SRAS en la sangre o saliva humanas podría estar pronta en unas semanas, ahora que el Centro de Ciencias del Genoma Michael Smith, de la ciudad canadiense de Vancouver, detectó la secuencia genética del virus.
Las empresas farmacéuticas están probando frenéticamente todos los fármacos que funcionan contra el sida y la hepatitis C para ver si funcionan contra el coronavirus, explicó la experta Kathryn Holmes, del Centro de Ciencias Sanitarias de la estadounidense Universidad de Colorado.
Pero Heymann, de la OMS, advirtió que el interés de las empresas en desarrollar una vacuna dependerá de cuánto tiempo esté presente el SRAS, pues las firmas querrán recuperar sus costos de investigación y obtener ganancia.
¿Podemos impedir una pandemia mundial de SRAS?, preguntó la directora de los Centros de Estados Unidos para el Control de Enfermedades, Julie Gerberding, en la revista médica New England Journal of Medicine, el día 2.
Si tenemos suerte, descubriremos las pruebas de diagnóstico y el tratamiento para controlar la epidemia. Surgirá un patrón que permitirá a los científicos contener infecciones en ciertas regiones, y el número de casos descenderá.
Pero si el virus elude las estrategias de control de la salud pública, al mundo le espera una lucha larga y ardua, advirtió.
