IRAQ: Espionaje de EEUU no afectará decisión chilena en la ONU

El gobierno de Chile procederá con cautela ante el comprobado espionaje estadounidense a su embajada en la ONU, evitando condicionar su actuación en la crisis iraquí como miembro del Consejo de Seguridad del foro mundial.

El presidente Ricardo Lagos dijo este jueves que su gobierno ”hace lo que tiene que hacer por los canales diplomáticos” y respondió que ”tenemos tareas un poco más importantes”, cuando reporteros locales le preguntaron si presentaría una carta de protesta ante las autoridades estadounidenses.

La reacción de Lagos, considerada ambigua por medios de prensa, coincidió con el viaje a Nueva York de la canciller Soledad Alvear para participar este viernes en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) donde se divulgará un nuevo informe de las inspecciones de armas en Iraq.

Chile es uno de los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad y su embajada en la ONU fue espiada mediante intervención de teléfonos y correos electrónicos, según un artículo publicado el domingo por el periódico británico The Observer.

El espionaje, ordenado por la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), incluyó las embajadas ante la ONU de otros cinco miembros rotativos del Consejo de Seguridad: Angola, Camerún, México, Guinea y Pakistán.

De acuerdo a un memorando interno de la NSA reproducido por el semanario británico, la interceptación de comunicaciones de las sedes diplomáticas forma parte de los intentos del gobierno de George W. Bush de presionar en busca de respaldo del Consejo de Seguridad a sus planes de guerra contra Iraq.

La canciller Alvear ordenó el lunes una investigación sobre la denuncia británica y el embajador chileno en Londres, Mariano Fernández, confirmó la autenticidad del documento reproducido por The Observer, indicó el miércoles el vicecanciller Cristián Barros.

El senador socialista chileno Carlos Ominami dijo este jueves que Chile, al igual que los otros países pequeños del Consejo de Seguridad, son objeto de todo tipo de presiones para aprobar el proyecto de resolución contra el régimen iraquí de Saddam Hussein, promovido por Estados Unidos, Gran Bretaña y España.

Fuentes de la cancillería chilena dijeron este jueves a IPS que el gobierno de Lagos mantiene un firme rechazo a ese proyecto de resolución y promueve con México un acuerdo en el Consejo de Seguridad que establezca un plazo perentorio hasta el 28 de marzo para que Iraq desmantele sus supuestos arsenales.

En la promoción de ese proyecto, respaldado por Canadá, el presidente chileno no desea dar mayor despliegue a situaciones que creen tensión con el gobierno de Bush y de ahí su decisión de ”bajar el perfil” al conflicto desatado por el espionaje, agregaron las fuentes.

”Lo más importante es ver cómo somos capaces de avanzar hacia la paz. No nos perdamos en lo que estamos trabajando”, anticipó el mandatario el miércoles cuando fue interrogado por la prensa acerca de las hasta entonces sospechas de espionaje.

El ex canciller y senador democristiano Gabriel Valdés, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de su cámara, estimó que el gobierno debía presentar una protesta formal ante la ONU por el espionaje estadounidense.

”Yo estuve 10 años en Naciones Unidas, fui subsecretario (general) y continuamente había reclamos de países porque el gobierno estadounidense controlaba los teléfonos”, dijo el senador, padre del socialista Juan Gabriel Valdés, actual embajador de Chile en la ONU y directo afectado por el espionaje.

Los senadores Sergio Romero, del Partido Renovación Nacional, y Carlos Bombal, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), ambos de la oposición derechista, se declararon igualmente a favor de una protesta.

En tanto, el senador José Antonio Viera-Gallo, del cogobernante Partido Socialista, dijo que ”Estados Unidos debiera pedir disculpas (a Chile) formalmente”.

Estas reacciones tuvieron lugar el miércoles, luego que la canciller Alvear compareciera ante ambas cámaras legislativas en el puerto de Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago, para informar sobre la posición del gobierno en la crisis en torno a Iraq.

Diputados y senadores aprobaron sendos proyectos de declaración en los que respaldaron los esfuerzos del gobierno de Lagos por una solución pacífica al conflicto, sin el uso de la fuerza, y en el marco del sistema multilateral de la ONU.

Estos pronunciamientos legislativos son un triunfo para el gobierno, que debió convencer a los parlamentarios socialistas de dar marcha atrás en su propósito de demandar al gobierno un alineamiento en el Consejo de Seguridad con el llamado ”eje de la paz”, integrado por Francia y Rusia (dos de las cinco potencias con poder de veto) y Alemania.

Del mismo modo, la canciller logró imponer la postura oficial pese a que algunos legisladores de la oposición derechista propusieron el apoyo chileno al proyecto de resolución de Estados Unidos, Gran Bretaña y España.

En su comparecencia en el parlamento, Alvear insistió en que la ratificación del tratado de libre comercio suscrito a fines de 2002 con Estados Unidos, por parte del Congreso legislativo de ese país no está condicionada por la actitud de Chile en el Consejo de Seguridad.

Según la jefa de la diplomacia chilena, este tema jamás ha sido mencionado en las conversaciones sobre Iraq mantenidas con su par estadounidense, el secretario de Estado Colin Powell.

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