ESTADOS UNIDOS: Hambre en el país de la opulencia

Mientras Estados Unidos protagoniza una costosa guerra contra Iraq, 30 millones de estadounidenses sufren hambre, entre ellos 12 millones de niños, dijo a Tierramérica Anuradha Mittal, codirectora del Instituto de Políticas sobre Alimentación y Desarrollo, con sede en California.

Casi 33 millones de habitantes de Estados Unidos viven debajo de la línea de pobreza, según el último informe de la gubernamental Oficina de Censos, que identificó a niños y niñas, madres solteras y ancianos como los sectores con mayor riesgo de sufrir hambre.

De acuerdo con esos datos oficiales, la proporción de pobres aumentó de 11,3 en 2000 a 11,7 de los 281 millones de habitantes en 2001. Ese porcentaje casi se duplica en las comunidades negra e hispana.

El gobierno de George W. Bush pretende asignar este año unos 400 mil millones de dólares al presupuesto de defensa, mientras destina sólo 16.000 millones a la asistencia social, advirtió Mittal, cuyo instituto promueve el desarrollo sustentable y la justicia alimentaria mundial.

Tras iniciar la guerra contra Iraq el 20 de este mes, Bush estimó que ésta tendría un costo aproximado de 75.000 millones de dólares.

La invasión dirigida por Bush ”no es solamente una guerra contra Iraq”, sino ”una guerra contra la gente pobre de Estados Unidos”, señaló. ”Quieren financiar la guerra con recortes en los gastos de salud y educación de los niños”, añadió.

”El derecho a la alimentación, la vestimenta, la vivienda, la educación, la salud y el empleo son fundamentales para la supervivencia. La pobreza, las enfermedades y el analfabetismo menoscaban la dignidad humana con tanta eficacia como las dictaduras militares”, apuntó Mittal, experta en el sistema mundial de distribución de alimentos.

La activista recordó que el Senado de Estados Unidos aún no ratificó el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales aprobado en el marco de la Organización de las Naciones Unidas en 1966 y firmado por este país durante el gobierno de Jimmy Carter (1977-1981).

Hispanos y negros, las minorías étnicas más numerosas con 37 y 36 millones de personas, respectivamente, sufren dificultades económicas a causa de problemas educativos, según el Instituto de Políticas Públicas, organización no gubernamental radicada en California.

”El lento progreso económico de los estadounidenses de origen mexicano es un problema muy serio de política pública”, dijo el investigador del Instituto Jeffrey Grogger, profesor de la Universidad de California.

Encontrar mecanismos para cerrar la brecha entre los mexicano- estadounidenses y la población blanca será un largo proceso, según Grogger.

La Oficina de Censos calculó que 37 por ciento de los hogares encabezados por mujeres hispanas – – la mayoría mexicanas – – vive en la pobreza.

Entre 1991 y 1998, más de siete millones de inmigrantes ingresaron en Estados Unidos. Tres millones procedían de América Latina, la mayoría de México. La desigualdad económica también afecta a los inmigrantes originarios de todos los países latinoamericanos.

”He estado limpiando casas en los últimos 15 años”, dice Isabel, nacida hace más de 50 años en República Dominicana y madre de dos hijos. ”Quiero regresar a mi país, pero no puedo. Necesito más dinero. El dinero está aquí”.

Isabel y sus hijos carecen de seguro médico, al igual que casi 40 millones de habitantes no blancos de Estados Unidos, que obtienen un salario mínimo en diferentes sectores de actividad y oficios.

En una ciudad como Nueva York, donde residen muchos inmigrantes, Isabel no es la única con problemas económicos. Allí hay decenas de miles de desempleados, muchos viviendo en las calles sin siquiera figurar en las estadísticas de la Oficina de Censos.

El alcalde neoyorquino Michael Bloomberg, un millonario perteneciente como Bush al Partido Republicano, desea que la ciudad ”haga más con menos”, y redujo los empleos públicos ofrecidos en el verano a jóvenes de clase obrera de 36.000 en 2002 a 5.600 este año.

”El hambre lleva a nuestra nación a perder conocimientos, inteligencia y productividad (…). No sólo afecta a los niños pobres y a sus familias, sino al futuro de Estados Unidos”, sostuvo el no gubernamental Instituto para la Política Alimentaria.

*Publicado originalmente el 22 de marzo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (

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