CUBA-UNION EUROPEA: Comienza nueva etapa de diálogo

La visita a Cuba esta semana del comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (UE), Poul Nielson, apunta a reactivar las relaciones de la isla con el bloque europeo, escasas desde hace años por divergencias sobre democracia y derechos humanos.

Cuba es el único país de América Latina y el Caribe sin acuerdos con la UE como tal, aunque mantiene fluidos vínculos con cada uno de los Estados miembros de ese bloque.

Nielson llegó al país este lunes, y su agenda para cinco días de estancia en La Habana incluye entrevistas con funcionarios de gobierno y con sectores disidentes no reconocidos pero tolerados por el gobierno.

Pero el objetivo principal de su viaje es dejar instalada en la capital una oficina permanente de la Comisión Europea (CE), órgano ejecutivo de la UE, con rango diplomático y encargada de abrir una nueva etapa en las relaciones bilaterales.

El nuevo impulso de la UE a esas relaciones coincidió con el semestre en que Bélgica ocupó la presidencia rotativa del bloque, de julio a diciembre de 2001, según analistas cubanos de política internacional.

La representación de la UE en La Habana dependerá de la delegación de ese bloque en República Dominicana, y estará a cargo del alemán Sven Kühnvon Burgsdorff, hasta ahora responsable de las relaciones con Cuba en la dirección de Relaciones Exteriores de la CE.

Según fuentes comunitarias, la delegación coordinará los proyectos europeos de cooperación en Cuba y canalizará el diálogo político entre el gobierno cubano y las autoridades de la UE.

Hasta ahora han sido muy escasas la presencia política y la capacidad de influencia de la UE como tal en el escenario interno cubano, que probablemente aumentarán con la instalación de la oficina.

Las discrepancias entre La Habana y Bruselas se expresan en la ”posición común” sobre Cuba que la UE aprobó en 1996, a propuesta de España, y que ha renovado desde entonces en forma semestral, para mantener al país alejado de los beneficios de un acuerdo marco con el bloque.

Esa ”posición común” establece que ”la plena cooperación” de la UE con Cuba dependerá de los ”progresos en derechos humanos y libertad política” en el país.

Sin embargo, España es uno de los países europeos que mantiene más intensos vínculos con Cuba.

Tal traba llevó a la Habana a retirar, en abril de 2000, una solicitud de incorporación al Acuerdo de Cotonou, firmado ese año en la ciudad de Cotonou, al sur de Benin. Se trata de un convenio de cooperación multilateral de la UE con las 77 ex colonias europeas que integran el Grupo de Estados de Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP).

Cuba es observador en ese grupo.

El periodo de presidencia belga del Consejo de la UE creó un contexto favorable a la reanudación del diálogo político con Cuba, y abrió la puerta para que La Habana pidiera nuevamente su ingreso al Acuerdo de Cotonou en enero de este año.

La UE ha acogido con beneplácito esa solicitud, dijo Nielson al inicio de sus conversaciones con el canciller cubano Felipe Pérez Roque.

En opinión del comisario europeo, una vez que Cuba pase a integrar ese pacto, la UE tendrá una base para el diálogo.

Sin embargo, algunos miembros del bloque europeo insisten en que Cuba debe emitir señales positivas en materia de derechos humanos y democracia, antes de acceder a beneficios de la cooperación de la UE con el grupo ACP.

Expertos en asuntos europeos han destacado que la UE debe decidir la cuestión por unanimidad, y que bastaría un solo voto en contra para bloquear el ingreso de La Habana al Acuerdo de Cotonou.

Pero ”el costo político de una acción de ese tipo puede no valer la pena”, además de que Cuba seguiría siendo miembro del Grupo ACP, entre cuyos miembros cuenta con apoyo mayoritario, comentaron esas fuentes.

Disidentes cubanos coincidieron con las posiciones más adversas al gobierno de la isla dentro de la UE, y manifestaron su desacuerdo con el probable ingreso de la isla al Acuerdo de Cotonou ”en las actuales circunstancias”.

Ese ingreso no debería servir para ”reforzar política y económicamente al modelo totalitario de gobierno”, dijo a IPS el activista opositor Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.

Es imprescindible un diálogo amplio y profundo entre Cuba y la UE en materia de libertades fundamentales y democracia, arguyó.

La Comisión Europea evalúa en la actualidad si Cuba cumple con los requisitos socioeconómicos para integrar el Acuerdo de Cotonou, y entregará su informe sobre esa cuestión a mediados de este año.

Poco antes de emprender su viaje a La Habana, Nielson aclaró que la admisión a Cotonou no se decide ”según el grado de democracia”, y que el avance democrático es estimulado ”a través de un diálogo, una vez que un país está dentro del acuerdo”.

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