CUBA: Gobierno llama al diálogo a emigrados

El nuevo encuentro con emigrados convocado por el gobierno de Cuba para abril permitirá a representantes de la diáspora discutir in situ su aspiración de mayores facilidades para entrar y salir del país.

”La mayoría quiere cambios en la política migratoria, aunque hay que reconocer que las normas son hoy más flexibles que hace 10 años”, comentó a IPS un experto que prefirió no ser identificado.

La tercera conferencia ”La nación y la emigración” dará continuidad a dos reuniones similares efectuados en 1994 y 1995, según el texto de la convocatoria publicada este martes en el diario gubernamental Granma.

Las dos conferencias anteriores, efectuadas en medio de lo peor de la crisis económica que trajo a la isla la desaparición de la Unión Soviética y del campo socialista de Europa oriental, determinaron reformas en materia migratoria.

Desde entonces, los ciudadanos cubanos residentes en Estados Unidos que abandonaron legalmente de Cuba pueden optar por la llamada ”vigencia de viaje” para entrar en el país sin necesidad de visa ni de ningún otro permiso de las autoridades.

Ese documento tiene validez por dos años, prorrogables, y su portador puede entrar o salir de Cuba cuantas veces lo desee durante el tiempo señalado.

”El pasado año viajaron al país tres veces más cubanos residentes en el exterior que en 1994 (…) y desde esa (última) fecha se han registrado en Cuba más de 600.000 visitas de emigrados”, informó el gobierno en su convocatoria a la conferencia de abril.

En Estados Unidos residen 1,2 millones de personas de origen cubano, de las cuales cerca de un millón nacieron en la isla, de acuerdo con fuentes oficiales estadounidenses.

Otros 130.000 emigrados cubanos viven en América Latina, unos 37.000 en Europa y más de 1.000 ”en el resto del mundo”, según los cálculos del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales, adscripto a la Universidad de La Habana.

Aparte de Estados Unidos, los principales asentamientos de cubanos son España, Venezuela, Puerto Rico y México. También hay colonias importantes en otros países de América Central y del Sur, así como en naciones del desaparecido campo socialista europeo, fundamentalmente en Rusia.

La conferencia estará abierta a la participación de emigrados procedentes de cualquier país del mundo, aunque el gobierno cubano convocó ”de modo particular” a quienes residen en Estados Unidos.

Ellos son víctimas también de ”la política hostil (de Estados Unidos), que durante décadas ha impedido los vínculos normales de esa comunidad con sus familias” en Cuba”, según el texto publicado en Granma.

En la cita de 1994 participaron más de 200 emigrados, y 330 en la del año siguiente. ”Nosotros esperamos que esta conferencia supere esa asistencia”, dijo la portavoz de la cancillería, Aymée Hernández.

Las invitaciones serán hechas por la comisión organizadora del encuentro, que hará su selección entre las solicitudes que los interesados pueden hacer a través del consulado cubano más cercano a su residencia.

Hernández señaló que ahora se trabaja en un llamado ”proceso de consultas” con emigrados cubanos para determinar el programa de la conferencia, sobre el cual evitó brindar detalles.

Al respecto, en la convocatoria sólo se anuncia que la conferencia será ”una oportunidad para propiciar el intercambio amplio y directo entre la emigración y las autoridades cubanas”.

También se podrá ”identificar nuevos pasos en la búsqueda de relaciones cada vez más normales y fluidas de los emigrados con el país”, se agregó.

El gobierno de Fidel Castro asegura que el embargo que Washington impone a Cuba hace más de cuatro decenios obstaculiza el derecho de los cubanos residentes en Estados Unidos a tener relaciones con su país de origen.

También acusa a sectores radicales del exilio cubano de clamar ”por más bloqueo e incluso por la agresión armada”.

De acuerdo con medios especializados, el gobierno de Castro parece confiar en que el estrechamiento de sus relaciones con grupos no hostiles de la emigración contribuya al aislamiento de quienes son favorables al embargo.

”Nuestra posición de futuro es considerar que es un derecho de los cubanos que viven en otros lugares tener relaciones con su país, con su familia”, dijo en septiembre a una emisora estadounidense el canciller Felipe Pérez Roque.

El canciller previó ”incluso nuevas medidas de flexibilización” de las regulaciones migratorias, que fueron impuestas ”por la necesidad de enfrentar las agresiones contra Cuba”.

”Creemos que hay en nuestro país un espacio importante de contacto, de diálogo y participación de los cubanos con Cuba, donde quiera que estén en el mundo”, dijo Pérez Roque.

Viajar al exterior por motivos personales es un vía crucis para el ciudadano cubano, debido a la cantidad y costo de los trámites que debe hacer, y quien decide vivir en otro país encuentra dificultades para visitar la isla. (FIN/IPS/pg/ff/ip/02

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