Los principales negociadores del gobierno de Sri Lanka y los rebeldes tamiles de ese país tuvieron este lunes un tono conciliador en la apertura de las conversaciones de paz, en esta ciudad de Tailandia.
En sus discursos inaugurales, los negociadores hablaron de un cambio de enfoque para resolver el conflicto separatista de 19 años de antigüedad, concentrándose más en el diálogo y menos en el uso de la fuerza.
Renunciamos a la guerra y abrazamos el diálogo como instrumento para construir el futuro de nuestra isla, declaró Gamini Lkshman Peiris, jefe de la delegación de cuatro miembros de Colombo, en la ceremonia de apertura.
La ceremonia se realizó en la localidad de Jomtien, vecina a Sattahip, y contó con la presencia de diplomáticos establecidos en Tailandia.
Anton Balasingham, jefe de los negociadores de los separatistas Tigres de Liberación de la Patria Tamil, también manifestó su compromiso con el diálogo.
En lo que a los Tigres concierne, puedo asegurarles que estamos seria y sinceramente comprometidos con la paz, y que haremos lo máximo posible para asegurar el éxito de estas negociaciones, afirmó Balasingham.
Inmediatamente después de la ceremonia de apertura, empezaron las conversaciones a todo vapor en una base naval de Sattahip, al sureste de la capital tailandesa, Bangkok.
Se trata de las primeras negociaciones de paz en siete años y la quinta ronda desde que el conflicto tamil se transformó en una guerra sangrienta, en 1983.
Los Tigres de Tamil luchan desde ese año por la autonomía del norte y este de Sri Lanka, donde reside la mayoría de la minoritaria etnia tamil, en una guerra que ya costó la vida a cerca de 64.000 personas y desplazó a dos millones.
Peiris destacó en su discurso preparado que no se trata de que el ganador se lleve todo.
Es claro que en este conflicto fratricida no hay ganadores ni perdedores, agregó el jefe de los negociadores del gobierno.
Los Tigres, por su parte, correspondieron a esta actitud conciliatoria omitiendo cualquier referencia a la formación de la Tamil Eelam (Patria Tamil), el objetivo declarado de los insurgentes.
Balasingham se limitó a hablar del papel esencial de su grupo en la administración y en el desarrollo económico del noreste de Sri Lanka, una isla del océano Indico de población mayoritariamente cingalesa.
Pero un funcionario del gobierno de Noruega, que actúa de mediador entre las partes desde 1998, advirtió que el camino a recorrer es más que pedregoso, dadas las características sangrientas que ha tenido el conflicto.
Puede haber reveses, sorpresas y retiradas en las negociaciones, pero no deben interpretarse como una señal de fracaso, sino como vicisitudes del diálogo, previno Vidar Helgesen, viceministro de Asuntos Exteriores de Noruega.
El equipo de Colombo está integrado, además de Peiris, por Milinda Moragoda, ministro de Reforma Económica; Rauff Hakeem, ministro de Transporte y Desarrollo Portuario y a la vez líder del mayor partido político musulmán de Sri Lanka, y Bernard Goonetilleke, director general de la Secretaría para la Paz.
Del lado de los rebeldes, además de Balasingham, los negociadores son Visuvanathan Rudrakumaran, asesor legal de los Tigres, Jay Maheswaran, experto en desarrollo y rehabilitación, y Adele Balasingham, secretaria de la delegación.
Las conversaciones de paz en Tailandia, que se extenderán hasta el miércoles por la mañana, incluirán desde problemas cotidianos de los civiles en las áreas afectadas por la guerra hasta asuntos más amplios como la reconstrucción, la rehabilitación y los refugiados.
Los negociadores también deberán determinar la frecuencia y los temas de las futuras rondas de conversaciones.
Se prevé que los asuntos más contenciosos, en especial la distribución de poderes y el grado de autonomía de las provincias tamiles, quedarán para etapas posteriores de las negociaciones. (FIN/IPS/tra-en/mmm/js/mlm/ip/02
