ALEMANIA-EEUU: Schroeder se dispone a reparar el daño

La fría respuesta de Estados Unidos a la victoria electoral del canciller (jefe de gobierno) de Alemania, Gerhard Schroeder, convirtió la política exterior en prioridad del nuevo gobierno de coalición del Partido Socialdemócrata y de los Verdes.

El presidente estadounidense George W. Bush ni siquiera llamó a Schroeder para felicitarlo, dado que el líder alemán logró su reelección el domingo gracias a una campaña basada en críticas a Estados Unidos por sus amenaza de ataque a Iraq.

Mientras países europeos celebraban la ”continuidad” en Alemania, Washington apenas disimuló su decepción por la derrota de Edmund Stoiber, de la alianza conservadora Unión Demócrata Cristiana/Unión Social Cristiana, quien respaldó en su campaña electoral la política estadounidense hacia Iraq.

El secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, afirmó que la campaña de Schroeder ”envenenó las relaciones” entre Berlín y Washington, mientras funcionarios de la Casa Blanca señalaron la necesidad de reparar los ”excesos electorales”.

Como primera medida conciliatoria, el canciller anunció la renuncia de su ministra de Justicia, Herta Daubler-Gmelin, quien había dicho que ”Bush quiere desviar la atención de sus problemas domésticos” mediante la campaña contra Iraq, ”como hacía Hitler”.

Mientras, diplomáticos estadounidenses expresaron temor a que la oposición de Alemania a la guerra contra Iraq encuentre eco en otros países europeos.

Por eso, pese a lo acuciante de los problemas económicos y al daño causado por las inundaciones en el sur y el este alemán, Schroeder viajó a Londres este martes para hablar sobre Iraq con el primer ministro británico Tony Blair, en su primera gran reunión política.

Los diplomáticos estadounidenses quieren que Blair, quien respalda absolutamente a Bush en sus esfuerzos para derrocar al presidente iraquí Saddam Hussein, actúe de mediador para reparar las relaciones entre Estados Unidos y Alemania.

Schroeder dijo en su campaña electoral que se opondría a una guerra contra Iraq aún si el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la aprobara, y así conquistó al electorado alemán de origen kurdo.

Francia también se opone a la acción militar en Iraq y advierte sobre las repercusiones que tendría en todo Medio Oriente, pero el presidente francés Jacques Chirac ha sido mucho menos estridente que Schroeder, quien condenó lo que calificó de ”aventurismo” estadounidense en esa región.

Aunque Alemania aportó fuerzas para intervenciones en la provincia serbia de Kosovo, Macedonia y Afganistán, revirtiendo su política de posguerra de no enviar tropas al exterior, Schroeder dejó claro que no participaría de una guerra contra Iraq.

El fortalecimiento en los últimos comicios de los Verdes, socios de coalición del Partido Socialdemócrata de Schroeder, hace improbable un cambio de esa posición. Los Verdes son pacifistas y se oponen férreamente a la participación alemana en una guerra contra Iraq.

Encabezado por el popular ministro de Relaciones Exteriores Joschka Fischer, los Verdes aumentaron su porcentaje de votos de 6,7 por ciento hace cuatro años a 8,7 por ciento el pasado domingo, lo cual aumenta su influencia dentro del nuevo gobierno.

Fischer tiene prevista una visita a Washington a fin de mes, en un intento por reparar las relaciones y ”explicar la posición de Alemania”, anunciaron funcionarios.

El ministro destacó el lunes que Estados Unidos es el aliado más importante de Alemania en la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Schroeder, por su parte, recordó a diplomáticos estadounidenses el lunes que puso su propia carrera política en juego para enviar tropas alemanas a Afganistán luego de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.

El jefe de gobierno había advertido al parlamento que un voto contra el envío de tropas a Afganistán sería un voto contra él mismo, y que renunciaría si no le daban la aprobación. Su posición ganó por escaso margen.

En cuanto al caso de Iraq, aseguró que no cambiará de posición, una decisión que le valió más votos que ningún otro asunto.

”Creo que esta diferencia de opinión (con Estados Unidos) persistirá”, pero ”de una manera abierta y honesta, sin poner en peligro de forma alguna la base de nuestras relaciones”, declaró Schroeder.

Por otra parte, el opositor Stoiber vaticinó que ”este gobierno gobernará por muy poco tiempo”, en vista de la reducción de la mayoría parlamentaria de Schroeder de 21 escaños a nueve.

”Lo que condeno sobre todas las cosas es que (Schroeder) abrió las compuertas del sentimiento antiestadounidense”, declaró.

Stoiber anunció que visitaría Estados Unidos en breve para dejar claro que la posición de Schroeder no es la de todos los alemanes, pero desde la elección, también comenzó a oponerse a la participación de Alemania en una guerra contra Iraq. (FIN/IPS/tra- en/ys/ss/mlm/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe