La incertidumbre económica que ha vivido Cuba en los últimos meses puede atenuarse desde el 1 de agosto, cuando se reanudará la importación de petróleo venezolano, suspendida desde abril por falta de pago.
El convenio bilateral para la compra a crédito de 53.000 barriles diarios de petróleo será restablecido en agosto, indicó el lunes el embajador cubano en Caracas, Germán Sánchez Otero, tras la tercera reunión de la Comisión Mixta de Colaboración Cuba- Venezuela, que había comenzado el jueves en La Habana. Cada barril contiene 159 litros de petróleo.
El anuncio de Sánchez Otero fue reproducido sin más detalles el martes por el diario Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba.
Este país ha vivido pendiente de si el barquito de petróleo entra o no a puerto. El petróleo venezolano no solucionará los problemas económicos, pero traerá tranquilidad al país, dijo a IPS un funcionario gubernamental que no quiso ser identificado.
En las últimas semanas, se llegó al extremo de que las autoridades cubanas debieran tomar decisiones diarias sobre actividades dependientes del combustible, como el servicio de transporte público, aseguró.
La gasolina escaseó en los establecimientos que abastecen a automóviles de organismos estatales, y según transcendidos el expendio en dólares se mantuvo a costa de la reserva de combustible para casos de urgencia.
El gobierno transmitió orientaciones precisas a las empresas estatales para que disminuyeran en forma sustancial su consumo de electricidad, para evitar un aumento de los cortes de energía que afectara a toda la población.
Algunas fábricas eliminaron turnos de producción, un número importante de oficinas redujeron sus horarios laborales, y se acotó el uso de acondicionadores de aire en centros comerciales y de servicios.
Desde mediados del año pasado se registran problemas económicos que se acentuaron con el impacto adverso sobre el turismo y las remesas familiares de los atentados en Nueva York y Washington del 11 de septiembre.
Expertos consultados por IPS aseguraron que la llegada de turistas y el envío de dinero desde el exterior, las dos principales fuentes de ingreso del país junto con las exportaciones de azúcar, no se han recuperado con el ritmo pronosticado a comienzos de este año.
La difícil situación financiera del país fue reconocida en mayo por el Ministerio de Economía y Planificación, al anunciar un alza masiva de precios de productos que sólo se pueden comprar con dólares, y que en importante número son de primera necesidad.
El ministro de Turismo, Ibrahim Ferradaz, admitió esta semana que el arribo de turistas de enero a marzo, el tradicional periodo de temporada alta, descendió 14 por ciento en comparación con los mismos meses de 2001.
Al fin, un respiro, comentó el taxista por cuenta propia Tomás González, al enterarse de que se reanudará la importación de petróleo venezolano.
Aquí siempre se ha dicho que sin azúcar no hay país, pues sin petróleo tampoco, comentó a IPS González, quien asegura que sus ingresos disminuyeron desde fines del año pasado.
La peor crisis económica desde la revolución de 1959 se precipitó a comienzos de los años 90, cuando el país dejó de recibir 13 millones de toneladas de petróleo que le llegaban cada año de la Unión Soviética.
La economía se ajustó para recibir del exterior sólo nueve millones de toneladas anuales, y desde fines de 2000 hasta abril, un tercio de ellas comenzaron a llegar desde Venezuela.
El acuerdo bilateral en la materia, firmado el 30 de octubre de 2000, establece que 80 por ciento del crudo venezolano sea pagado por Cuba a precios de mercado, en los 90 días posteriores a la entrega.
El plazo de pago para el 20 por ciento restante es 15 años, con dos de gracia y con intereses de dos por ciento anual, términos considerados muy blandos.
Los suministros desde Venezuela fueron cortados en abril, en ocasión del fallido golpe de Estado contra el presidente de ese país, Hugo Chávez, y permanecían interrumpidos en espera de que La Habana realizara pagos atrasados de más de 100 millones de dólares.
En esa situación, y con serios problemas de liquidez en las arcas estatales, el gobierno tuvo que comprar petróleo a intermediarios, sin esquemas de financiamiento y a precios 15 por ciento más altos que los acordados con Caracas.
Cuba se propone producir este año unos 3,3 millones de toneladas de petróleo, y espera tener éxito en la búsqueda de nuevos yacimientos para disminuir el gasto en importaciones, que fue el año pasado 1.000 millones de dólares sólo por combustible consumido en centrales termoeléctricas.
De diciembre de 2000 a abril de este año, el país recibió 25.589.000 barriles de Venezuela, por valor de 675 millones de dólares, y pagó en efectivo 439,7 millones de dólares, según un comunicado oficial fechado el 30 de mayo.
El ministro venezolano de Producción y Comercio, Ramón Rosales, anunció el lunes que las negociaciones entre la empresa petrolera cubana Cupet y la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) concluyeron la semana pasada en Caracas.
Rosales aseguró que fueron superadas todas las dificultades, pero evadió dar detalles sobre el acuerdo.
La deuda cubana con Venezuela, que asciende en la actualidad a unos 142 millones de dólares, será pagada en un periodo de siete meses y, según pudo saber IPS, las partes buscan un mecanismo para que no vuelva a acumularse atraso de pagos.
Fuentes de PDVSA aseguran que la suspensión de envíos de petróleo se debió sólo a razones económicas, pero funcionarios admitieron en Cuba que la vigencia del acuerdo dependerá de la estabilidad política del gobierno de Chávez.
Aquella suspensión fue una de las primeras medidas de quienes asumieron la conducción de PVSA mientras Chávez fue alejado del poder, del 12 al 14 de abril, y se anunció como una buena noticia.
Seguiremos viviendo, aunque sea más difícil, si surge algún obstáculo en el suministro de petróleo, dijo la ministra cubana de Inversión Extranjera, Martha Lomas, al confirmar el éxito de las negociaciones bilaterales. (FIN/IPS/da/mp/if/02
