DESARROLLO: Fracaso mundial de la lucha contra el hambre

La comunidad internacional no avanza hacia la meta de reducción del hambre fijada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mientras la inseguridad alimentaria se agrava en gran parte del mundo en desarrollo, según expertos.

En 1996, delegados de gobiernos a la Cumbre Mundial de la Alimentación convocada en Roma por la ONU se comprometieron a lograr que el porcentaje de la población mundial afectada por el hambre sea en 2015 la mitad que en 1990.

Esa meta fue un retroceso en relación con la de eliminar el hambre en 10 años, asumida en 1974, pero de todos modos no se registran avances que permitan prever su cumplimiento.

La ONU mide el impacto del hambre en función de la cantidad de personas cuyo consumo diario de calorías está por debajo del mínimo considerado necesario, y de menores de cinco años de edad cuyo peso es inferior al mínimo considerado normal.

Representantes de 180 naciones revisarán en Roma del 10 al 13 de junio el resultado de las medidas adoptadas para alcanzar el objetivo de 1996, y discutirán qué hacer para avanzar hacia él con más rapidez.

El promedio anual de reducción del número de personas mal nutridas en el mundo es seis millones, y debería aumentar a 22 millones para que se cumpla el compromiso asumido hace seis años, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).

Además, el promedio mundial es engañoso, porque se debe en su mayor parte a los avances de China en la lucha contra el hambre, indicó el especialista Per Pinstrup-Andersen, director general del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias, con sede en Washington.

En los años 90, el número de personas afectadas por el hambre en China disminuyó unos 76 millones, casi dos tercios del total mundial de 116 millones en el mismo periodo, debido a la combinación en ese país de rápido aumento del producto interno bruto y fomento del desarrollo en áreas rurales, explicó.

Mientras China avanzaba de ese modo, el número de hambrientos aumentó en casi la mitad de los países en desarrollo, y ”la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación nunca será alcanzada, si se mantienen las actuales tendencias”, señaló.

Entre las naciones con aumento de la cantidad de personas mal nutridas durante los años 90 están Afganistán, Bangladesh, Congo, Corea del Norte, India, Iraq, Kenia, Tanzania, Uganda y Venezuela.

Los países en desarrollo que registraron disminución del hambre en ese periodo son sólo un tercio del total, y entre ellos están, además de China, Brasil, Ghana, Indonesia, Nigeria, Perú, Tailandia y Vietnam.

”En el mundo en desarrollo menos China, la cantidad de personas afectadas por inseguridad alimentaria o desnutrición crónica aumentó 40 millones durante los años 90”, y en Africa subsahariana, ”la mayor parte de los países están peor que hace 10 años”, concluyó Pinstrup-Andersen.

La principal causa de ese fenómeno es que muchos gobiernos no asignan recursos suficientes a las áreas rurales, en las cuales vive casi 70 por ciento de la población mundial afectada por desnutrición crónica, según el director general de la FAO, Jacques Diouf, y otros especialistas.

”La persistencia del hambre se debe ante todo a la falta de voluntad política de combatirla, que determina la insuficiencia de los recursos movilizados con ese fin”, aseveró Diouf.

La inversión para el desarollo de áreas rurales debe incluir investigación orientada a beneficiar a los pequeños agricultores, creación de infraestructura que les ayude a llegar a los mercados, y extensión de servicios básicos de salud y educación, apuntó Pinstrup-Andersen.

Además, gobiernos de países en desarrollo deben avanzar en la implementación de muy postergadas reformas agrarias, sostuvo Peter Rosset, uno de los directores del Instituto de Políticas de Alimentación y Desarrollo, con sede en el sudoccidental estado estadounidense de California.

Muchos gobiernos se oponen a los esfuerzos realizados para impulsar esas reformas, en beneficio de los campesinos pobres, por organizaciones de la sociedad civil como el brasileño Movimiento de los Sin Tierra, afirmó.

Mientras tanto, aplican políticas comerciales, macroeconómicas y sectoriales que amenazan la supervivencia de los agricultores pobres y en pequeña escala, opinó.

Esas políticas incluyen reducción de precios de referencia y subsidios a productores de alimentos, liberalización del comercio, privatización del crédito y la asistencia técnica, excesiva promoción de exportaciones y apoyo prioritario a investigación agrícola que sólo beneficia a grandes productores, explicó.

”Las dificultades para erradicar la pobreza, reducir el hambre y promover un desarrollo más inclusivo persistirán, en el mejor de los casos, si no se asegura el acceso adecuado a la tierra, el más básico de los recursos productivos”, aseguró.

El Banco Mundial recomienda, y en algunos casos financia, reformas agrarias en países en desarrollo, pero tiende a concebir los proyectos en la materia con herramientas propias de la economía de mercado, como los préstamos a quienes no poseen tierra, y eso implica muchos riesgos, comentó.

Cientos de organizaciones por el derecho a la tierra y contra el hambre llevarán a cabo una conferencia paralela en Roma del 8 al 13 de junio, llamada Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria, que comenzará con una marcha para pedir la liberación de activistas por reforma agraria presos en varios países.

Expertos en seguridad alimentaria también destacan que la disminución general de la asistencia al desarrollo por parte de los países industrializados es de especial gravedad en el caso de los fondos para áreas rurales del mundo en desarrollo.

La asistencia al desarrollo agrícola brindada por Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a países industrializados, disminuyó 49 por ciento en términos reales de 1990 a 1999, destacó Diouf.

Por el contrario, ”el porcentaje de la asistencia al desarrollo destinado a áreas rurales debería aumentar para que se cumpla la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación”, afirmó Pinstrup- Andersen. (FIN/IPS/tra-eng/dk/aa/mp/dv/02

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