PAKISTAN: Partidos islámicos se agrupan en frente electoral

Los partidos musulmanes de Pakistán prometieron defender la causa del Islam en el terreno político, concurriendo a las elecciones generales de octubre, mientras prosigue la represión del gobierno militar contra el extremismo religioso.

Agrupados en la recién creada alianza Mutahidda Majlis-e-Amal (Frente de Acción Unida), los partidos confesionales rechazaron las medidas contra el extremismo dispuestas por el presidente militar Pervez Musharraf este mes para forjar un estado secular.

Los grupos políticos también se oponen a las reformas electorales del gobierno, a las que consideran «inconstitucionales e ilegítimas».

Musharraf proscribió el 12 de este mes a varios partidos religiosos y grupos «jihadistas» (partidarios de la jihad, o guerra santa), y decidió regular el funcionamiento de las escuelas islámicas, o madrasas.

El mandatario anunció sus decisiones en medio de un clima casi bélico con la vecina India, que acusa a Pakistán de respaldar a grupos terroristas islámicos en la disputada región de Cachemira, a los que atribuyó el atentado suicida contra el parlamento indio, el 13 de diciembre.

Musharraf defendió en reiteradas oportunidades sus medidas contra el extremismo como una política nacional, no dictada por India ni por Occidente.

Pero los sectores de extrema derecha señalan que Islamabad se ha convertido en títere de las potencias occidentales que quieren «debilitar al Islam», atacándolo y difamando a sus seguidores.

«El momento de esas medidas despierta sospechas en la población. La mayoría cree que se han tomado por la presión de Estados Unidos», sostuvo Maulana Abdul Aziz, clérigo principal de la mezquita central de Islamabad.

«Este gobierno está abonando el terreno para una revolución islámica, al poner en dificultades a los partidos musulmanes. Estamos viendo la situación en silencio, pero el silencio no durará mucho», agregó.

«Musharraf expuso su convicción personal sobre el futuro del país. En las próximas elecciones el pueblo expresará si quiere hacer de Pakistán un estado islámico o un país secular sirviente de las potencias occidentales», sostuvo el presidente del Frente de Acción Unida, Maulana Shah Ahmed Noorani.

El Frente agrupa a los principales partidos islámicos —el Jamaat-e-Islami Pakistán, el Jamiat Ulema-e-Pakistán, de Noorani, dos facciones del Jamiat Ulema Islam, el Tehrik-e-Nafaz-e-Fiqa Jafria, y el Jamiat Ahl-e-Hadith— todos opuestos a la cooperación con Estados Unidos en su guerra contra Afganistán.

Estos grupos organizaron violentas protestas en todo el país cuando se iniciaron, el 7 de octubre, los bombardeos de Estados Unidos y Gran Bretaña contra objetivos del derrocado movimiento afgano Talibán y la red Al Qaeda, acusada por Washington de los atentados del 11 de septiembre.

«La alianza se presentará a las elecciones como una fuerza política y ya ha comenzado a preparase para ese propósito. Estamos en contacto con otros partidos para ampliar aún más nuestra base», dijo Noorani a IPS.

Sin embargo, el Frente religioso adoptará una postura más moderada en la campaña electoral, luego de los desastrosos resultados de sus manifestaciones de los últimos meses, en las que murieron varias personas y la mayoría de sus líderes fueron detenidos o puestos bajo arresto domiciliario.

Por otra parte, la repentina caída del régimen Talibán en noviembre, desmoralizó a muchos militantes.

Casi 2.000 dirigentes y activistas de partidos religiosos y grupos jihadistas son acosados por las autoridades desde el discurso de Musharraf.

«Creemos en la no violencia. Denunciamos el terrorismo en todas sus formas. Creemos en la lucha política. Nos opondremos a la política de Musharraf por medios políticos», aseguró Noorani.

El Frente anunció una serie de actos públicos en todo el país para respaldar su campaña a favor de la imposición de la ley islámica.

Por otra parte, el Frente también intenta tender puentes con los gobernantes militares, a los que les aseguró pleno respaldo en caso de una agresión por parte de India.

«Unimos a toda la nación contra los agresivos designios indios. India es el enemigo irreconciliable de Pakistán, y lucharemos hombro con hombro con nuestros soldados si somos atacados», sostuvo un comunicado del Frente de Acción Unida.

Por primera vez, los partidos religiosos incluirán una agenda social y económica en su campaña electoral, áreas tradicionalmente ignoradas por los grupos islámicos.

«Si bien nuestro manifiesto electoral se centrará en la protección de la identidad islámica, también anunciaremos un programa de reformas sociales y económicas, acorde con los principios que dieron origen al país hace 54 años», sostuvo Hafiz Hussain Ahmed, líder del Jamiat Ulema Islam.

Según analistas políticos, el Frente jugará un papel importante en las próximas elecciones, las que permitirán conocer claramente el respaldo político a la derecha religiosa.

Esta será la primera vez que los principales grupos religiosos concurren unidos a una elección desde 1985, cuando el entonces dictador militar Zia ul Haq restauró la democracia, quebrada por el golpe de estado de Musharraf, en 1999.

En elecciones anteriores los partidos religiosos se aliaron a partidos laicos. En 1990, el Jamaat-e-Islami obtuvo 3 por ciento de los votos. En 1997, el Jamiat Ulema Islam logró siete de los 40 escaños del parlamento de la provincia de Balochistán, convirtiéntose en el segundo partido político local.

«La situación creada procura poner a los partidos religiosos fuera del proceso electoral y del poder», estimó Syed Munawwar Hasan, líder del Jamaat-e-Islami.

El presidente de Jamaat, Qazi Hussain Ahmed, permanece detenido por las autoridades, que lo acusan de dirigir discursos provocadores contra el régimen en las protestas posteriores al 11 de septiembre.

Mientras algunos observadores opinan que las elecciones se convertirán en una batalla entre la teocracia y la modernidad, otros señalan que varias estructuras constitucionales alientan la existencia de un estado teocrático.

«Somos una semi teocracia. Nuestras leyes están sujetas a la revisión del Tribunal Federal de la Shariah (ley islámica), un cuerpo sobreimpuesto al parlamento, que puede desechar una ley que considere no islámica», explicó el analista Mir Jamiur Rehman.

«Tenemos un Consejo de Ideología Islámica que adopta decisiones ridículas y antipatrióticas. Y además, está el Ministerio de Asuntos Religiosos, que es la manifestación de la mezcla de religión con política», puntualizó.

«Esta formidable estructura está esencialmente comprometida con la promoción del estado teocrático. A menos que sea desmantelada, jamás tendremos éxito en eliminar la teocracia», opinó Rehman. (FIN/IPS/tra-eng/mr/js/dc/ip/02

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