/Perspectivas 2002/ DROGAS: Un negocio en transformación

Los proveedores de droga a Estados Unidos, en especial los mexicanos y colombianos, fueron severamente golpeados este año por las fuerzas de seguridad y el mayor control fronterizo tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

No obstante, los narcotraficantes asimilan los golpes y se mantienen activos, animados por la demanda.

Los traficantes colombianos rompieron con varios de sus socios de México y ahora intentan vender cocaína de forma directa en Estados Unidos, aunque con muchas dificultades a causa de los férreos controles en la frontera dispuestos por Washington, según expertos.

Mientras, las organizaciones criminales mexicanas comenzaron a limitar el comercio de cocaína y prefirieron apuntar sus baterías hacia la producción y venta de drogas sintéticas y de heroína, de la cual Afganistán era líder en producción y comercio.

Los carteles de la droga de Colombia y de México son los más poderosos de América Latina y los principales abastecedores de la región a Estados Unidos, líder mundial en consumo.

«Los gobiernos de Colombia y de México mejoraron en 2001 su lucha contra los grupos de narcotraficantes, pero lo realmente duro para las mafias vino con los atentados de septiembre» en Nueva York y Washington, dijo a IPS Jorge Chabat, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económica de México.

Sin embargo, esos grupos están asimilando los golpes, para responder a la demanda en Estados Unidos, apuntó.

Luego de los ataques terroristas contra Estados Unidos, cuya responsabilidad es atribuida a la red Al Qaeda que operaba en Afganistán, Washington redobló los controles en las líneas aéreas y en la frontera con México, por donde ingresa gran parte de la droga.

La jefatura de policía del aeropuerto internacional El Dorado, de Bogotá, uno de los principales puntos de embarque de drogas de Colombia a Estados Unidos, reportó que entre el 11 y el 18 de agosto fueron decomisados 122 kilogramos de cocaína, mientras que del 11 al 18 de septiembre sólo se incautaron 17 kilogramos.

En tanto, el Servicio Federal de Aduanas de Estados Unidos indicó que los decomisos de droga en la frontera con México disminuyeron más de 50 por ciento entre el 11 y el 25 de septiembre de 2000, respecto de igual lapso de este año.

Pero la caída de las ventas es sólo coyuntural, pues no hay motivos para pensar que la demanda de drogas bajará, sostuvo Jorge Fernández, experto mexicano y autor de varios libros sobre cuestiones de narcotráfico.

«La experiencia indica que durante cada uno de los conflictos en el que ha participado Estados Unidos, desde la segunda guerra mundial, siempre se ha incrementado el consumo de drogas entre su población», señaló.

Fernández explicó que eso «sucedió durante la guerra de Corea, con el consumo de heroína y de opiáceos, en la de Vietnam, con la marihuana y los alucinógenos, y en la guerra del Golfo, cuando hubo una verdadera explosión en la demanda de cocaína».

Chabat coincidió con Fernández al asegurar que la demanda vencerá siempre cualquier control o guerra que emprendan los gobiernos contra los narcotraficantes.

Advirtió que los atentados de septiembre obligaron a Washington a privilegiar la lucha contra el terrorismo en detrimento del narcotráfico, lo cual podría beneficiar a las mafias, aunque eso también será temporal.

Por su parte, Cass Ballenger, presidente del subcomité para el Hemisferio Occidental del Congreso de Estados Unidos, apuntó que «el terrorismo y las drogas no se pueden manejar como dos cosas separadas».

«Las ganancias de la droga se usan para financiar actividades terroristas y para proteger a los narcotraficantes. Van de la mano y así deben ser combatidos», declaró.

Con esa lógica, el gobierno y los congresistas estadounidenses preparan un plan para los países andinos de América del Sur, que permita combatir por igual a las guerrillas izquierdistas y a los narcotraficantes, como complemento del Plan Colombia, puesto en marcha en 2000 por Bogotá con ayuda especial de Washington.

«No creo que el narcotráfico esté en riesgo, aunque han sido golpeados y lo serán más, pero su actividad seguirá mientras haya demanda», insistió Chabat.

Las autoridades antidrogas de Colombia y México estrecharon su colaboración este año y detuvieron a varios mandos medios del narcotráfico, lo cual quebró las redes que habían establecido en Estados Unidos.

Operaciones realizadas en varios países, como las denominadas Milenio y Marquis, golpearon severamente a los expendedores de drogas. Fernández y Chabat sostuvieron que esas actuaciones obligaron a los carteles de la droga a acelerar su transformación.

Agregaron que esas organizaciones criminales tienden ahora a ser cada vez más pequeñas, más operativas y más difíciles de combatir con estrategias centralizadas.

El modelo de combate al narcotráfico que aplican los gobiernos, con el apoyo de Estados Unidos, quizá también cambie el año próximo, pero los carteles se adaptarán y el consumo seguirá, sentenció Chabat. (FIN/IPS/dc/dm/ip/01

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