Las temperaturas en el planeta volvieron a elevarse este año, el segundo más caliente desde el comienzo de las mediciones, con una tendencia que persistirá en los próximos años, dijeron expertos meteorológicos.
El registro de 2001 supera en 0,42 grados al promedio de las temperaturas del periodo entre 1961 y 1990, precisó la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su informe anual sobre el estado del clima.
Desde 1860, el año más caliente ha sido 1998, de acuerdo con los registros de la OMM.
Las altas marcas térmicas de este año coinciden con el fin del periodo de La Niña, el fenómeno que durante 1999 y 2000 enfrió las aguas cálidas del océano Pacífico ecuatorial.
Para los próximos años se prevé que las temperaturas promedio seguirán elevándose de manera continua y gradual, dijo el director del Programa de Clima Mundial de la OMM, Ken Davidson.
En un periodo inmediato, se registrará la reaparición dentro de tres a seis meses del fenómeno de El Niño, aunque esta vez más débil que en 1997 y 1998, cuando originó lluvias y sequías extremas en distintas regiones del mundo.
Los registros de temperatura de 2001 confirman la tendencia continua del recalentamiento planetario, que ha causado una elevación de más de 0,6 grados en los últimos 100 años, observó Michel Jarraud, director adjunto de la OMM.
Las condiciones climáticas de este año se caracterizaron por fenómenos extremos, como las temperaturas de octubre en el centro de Inglaterra, que superaron todas las marcas de los últimos 343 años, cuando se establecieron los registros.
En cambio, las temperaturas invernales fueron muy bajas en Mongolia y en Rusia. Cerca de 60 grados bajo cero de mínima se registraron en Siberia central y del sur durante un periodo de dos semanas a comienzos de enero pasado.
Durante la prolongada estación invernal murieron de hipotermia más de 100 personas en la región de Moscú. También el norte de India soportó fríos agudos en enero, que causaron la muerte de más de 130 personas.
Bolivia fue alcanzada por temperaturas muy bajas y por nevadas a fines de junio. El fenómeno causó numerosas muertes en las ciudades de La Paz, El Alto y Tarija.
Los huracanes y las tormentas tropicales del Atlántico norte fueron en 2001 superiores en número al promedio. Se registraron 15 tormentas, cinco más del promedio y el mismo número que en 2000.
A comienzos de noviembre, el huracán Michelle dañó severamente la cosecha de café de Jamaica antes de seguir rumbo a Cuba, donde causó cinco muertes y se convirtió en el más potente registrado desde 1952.
Más de 200 muertos, cosechas destrozadas y centenares de personas sin techo dejaron las lluvias desusadas que cayeron en Mozambique y Zambia a comienzos de 2001.
En contraste, la sequía que se abatió en 1998 sobre Asia del sur y central perduró hasta 2001, afectando a una amplia zona que alcanzó a Irán, Afganistán y Pakistán.
Desde 1998, en el periodo de lluvias, de noviembre a abril, esa región registró precipitaciones 55 por ciento inferiores al promedio. En Pakistán, a comienzos de mayo, hubo numerosos casos de decesos a causa de la temperatura, que se elevó hasta cerca de 50 grados.
Brasil sufrió condiciones de sequía severa durante el verano austral que se extendieron hasta el otoño. Aunque se registró una mejoría en noviembre, las centrales de energía hidroeléctrica que abastecen a las regiones más pobladas de Brasil resultaron afectadas por el bajo nivel de las aguas.
Los expertos de la OMM recordaron que los científicos internacionales han recogido pruebas suficientes para demostrar que el recalentamiento planetario se relaciona con la acción humana.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, integrado por esos científicos, ha alertado que las emisiones de gases invernadero, en especial del dióxido de carbono, causan el recalentamiento del planeta.
La mayoría del gas invernadero es liberado en la atmósfera por la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas, leña y derivados) en la actividad industrial o en el transporte.
Jarraud admitió que en el pasado hubo también episodios de recalentamiento, aunque la precisión con que se los conoce es limitada porque los datos se basan únicamente sobre observaciones del crecimiento de los árboles o de muestras de glaciares.
Pero la primera conclusión del periodo actual es que el crecimiento de la temperatura es muy rápido, comparado con la calculada para 4.000 o 5.000 años atrás y también probablemente para un periodo de un millón de años atrás, dijo el funcionario de la OMM.
El recalentamiento de la atmósfera elevará la temperatura de los océanos, que se dilatarán, lo que contribuirá a aumentar el nivel de las aguas, recordó el experto.
También se fundirá parte de los hielos que se encuentran sobre los continentes, lo que contribuirá a incrementar más aún el nivel de los mares.
En el siglo XXI debería registrarse un aumento medio del nivel de los océanos que oscilará entre 15 y 90 centímetros. Pero esa previsión tiene un margen de incertidumbre, porque está determinado en parte por el desconocimiento del futuro de la emisión de gases invernadero.
No se sabe si el hombre continuará en 2005 arrojando el dióxido de carbono en la atmósfera, dijo Jarraud.
Muchas de las grandes ciudades ubicadas en zonas costeras, en especial en los países en desarrollo, serán las áreas más sujetas a olas de tempestades y a grandes mareas, pronosticó el experto.
También existe riesgo de la erosión, provocada por el aumento del nivel de las aguas, y de ingreso del agua salada en las napas freáticas.
Otra agencia de la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió a comienzos de diciembre sobre las consecuencias del clima en el estado sanitario de la población mundial.
De las alrededor de 80.000 muertes registradas cada año en el mundo a causa de desastres naturales, 95 por ciento ocurren en países en desarrollo, dijo la OMS. (FIN/IPS/pc/mj/en/01
