Con moderado optimismo se puso en marcha este martes en Alemania la conferencia de 30 representantes de cuatro facciones de Afganistán que, con el auspicio de la ONU, deberán acordar la conformación de un gobierno provisorio.
Las conversaciones, en la localidad de Petersberg, próxima a la occidental ciudad de Bonn, también se concentran en la creación de una fuerza internacional para mantener la seguridad interna. Los delegados representan a cuatro facciones afganas.
Se trata de la Alianza del Norte, que ha avanzado hacia el oeste y el sur, para controlar buena parte de Afganistán, el Grupo de Roma, del ex rey Zahir Sha, depuesto en 1973, el Grupo de Chipre, de intelectuales exiliados respaldados por Irán, y al Frente Nacional Islámico, fundado en la ciudad pakistaní de Peshawar por el líder pashtun Pir Sayed Gailani.
La conferencia fue inaugurada por el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, y los delegados, reunidos a puertas cerradas aceptaron el contenido de la agenda propuesta.
También dijeron que esperan lograr acuerdo en tres o cinco días, según informó a la prensa Ahmad Fawzi, portavoz del representante especial de la ONU (Organización de Naciones Unidas) para Afganistán, Lakhdar Brahimi.
La agenda comprende la conformación de un gobierno interino y de un consejo provisorio por un plazo de tres a seis meses, que tendrán el cometido de organizar una loya jirga (gran asamblea tradicional) para la próxima primavera boreal.
A su vez, la asamblea deberá aprobar la creación de un gobierno de transición y de un tribunal supremo, que estarían en funciones por un plazo máximo de dos años.
Este proceso debería concluir con la redacción de un texto constitucional, que será refrendado por una loya jirga final.
«La historia recordará este día como el inicio de una nueva era para Afganistán», señaló el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, en un mensaje leído por Brahimi.
Annan instó a los delegados a «demostrar liderazgo y un valor sin precedentes» y a «poner en primer lugar los intereses de vuestro pueblo, sobre cualquier otra consideración. Sólo así este proceso, este intento de quebrar el círculo de miseria, abandono, conflicto y violencia, tendrá posibilidad de éxito».
La comunidad internacional está lista para asistir a Afganistán en la monumental tarea de recuperación y reconstrucción. «Para lograrlo, es esencial que un gobierno afgano guíe este proceso para beneficio del pueblo», agregó el secretario general, que utilizó un lenguaje directo.
La responsabilidad esencial del nuevo gobierno será respetar y asegurar los derechos humanos de todos los ciudadanos, hombres, mujeres, niños y niñas, sostuvo Annan.
Por lo tanto, será necesario asegurar la plena participación de grupos antes excluidos, en especial las mujeres, señaló, en respuesta a presiones de organizaciones de mujeres dentro y fuera de Afganistán.
La ministra de Cooperación Económica de Alemania, Heidemarie Wieczored-Zeul, y sus pares de Gran Bretaña, Holanda y Noruega, se sumaron la semana pasada a la exhortación a la ONU para asegurar la participación femenina en un futuro gobierno afgano.
El movimiento fundamentalista Talibán, a punto de caer ante el avance de la Alianza del Norte y de grupos tribales levantados en armas y del continuo bombardeo estadounidense, prohibió la participación de las mujeres en todas las áreas de la vida pública desde su llegada al poder en 1996.
La única mujer que integra la representación de 12 miembros de la Alianza del Norte en las conversaciones auspiciadas por la ONU es Amena Afzali, del grupo étnico tayiko y exiliada en Irán.
El delegado jefe de la Alianza del Norte, el ministro del Interior Yunus Qanooni, aseguró a los participantes en la conferencia de Bonn que su coalición no pretende imponer su hegemonía, aunque esté ganando la guerra contra los Talibán con el respaldo de las fuerzas conducidas por Estados Unidos.
El Grupo de Roma cuenta con nueve representantes del ex rey Zahir, que vive en Italia desde 1973. Dos son mujeres.
El Grupo Peshawar está integrado por tres delegados de la etnia patán (pashtún), mayoritaria en Afganistán. Toma el nombre de la ciudad paquistaní donde se reunió en octubre.
Los integrantes del Grupo de Chipre también son tres, y presentan el punto de vista de académicos y profesores afganos en el exilio.
El ministro del Interior Qanooni coincidió con las propuestas de Annan y el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Fischer.
Al comienzo de la reunión, Fischer urgió a los participantes «a forjar un verdadero compromiso histórico que presente un mejor futuro para su devastado país y su pueblo». «La responsbilidad es suya. Nadie puede quitárosla y nadie quiere hacerlo», acotó.
Estados Unidos, Rusia y países vecinos de Afganistán como Pakistán e Irán no integran la mesa de negociaciones. Pero ejercen presión desde los pasillos.
Fischer prometió ayuda para reconstruir el país. Afganistán, está cubierto de escombros, asolado por la guerra, el desorden, la pobreza y la sequía y sembrado de minas antipersona y antitanques. Según estadísticas, cada segundo muere en el país un niño menor de cinco años.
Alemania destinó unos 80 millones de dólares para la reconstrucción de Afganistán, y organiza una reunión a celebrarse el 5 y 6 de diciembre en Berlín, en la que países donantes discutirán la mejor forma de aumentar la asistencia humanitaria.
Una segunda conferencia para la reconstrucción de Afganistán se realizará en enero en Tokio. (FIN/IPS/tra-en/raj/sm/dc-lp/ip/01