España y Marruecos se acusaron hoy mutuamente de no combatir con decisión las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de inmigrantes.
«Que hay mafias en Marruecos que viven de la emigración clandestina y del tráfico de drogas, es verdad. Pero en España también hay mafias y son más ricas que en Marruecos», dijo el rey marroquí Mohamed VI en una entrevista publicada este martes por el diario francés Le Figaro.
La cancillería española había comunicado el miércoles a la Embajada de Marruecos que consideraba insostenible e inaceptable la llegada masiva a España de inmigrantes clandestinos desde costas marroquíes, a bordo de frágiles embarcaciones.
El presidente de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha y dirigente del opositor Partido Socialista Obrero Español, José Bono, respaldó a la cancillería y afirmó que Marruecos, a cuyo gobierno calificó de «dictadura encubierta», «está dominado por mafias que envían aquí a personas que son estafadas».
Por su parte, Mohamed VI aseguró que «los barcos que trasladan a los (inmigrantes) clandestinos vienen (a Marruecos) de España». «Son muy caros y están equipados con motores superpotentes» que «los hacen mucho más rápidos que las fragatas de la marina marroquí», sostuvo.
El monarca afirmó que «los problemas de Marruecos sólo encontrarán una solución si hay una verdadera implicación de la Europa de los Quince (la Unión Europea) en el desarrollo de mi país».
El embajador de Marruecos en España, Abdeslam Baraka, subrayó este martes que «hay embarcaciones muy modernas, muy bien equipadas, de gran envergadura, que se preparan específicamente para estas operaciones y que no se fabrican ni se venden en Marruecos».
Después de la rueda de prensa ofrecida por Baraka, el secretario español de Asuntos Exteriores, Miquel Nadal, afirmó que la inmigración clandestina se origina en las playas de Marruecos y que «es allí donde hay que actuar».
Además, afirmó, si Marruecos «tiene constancia de que hay mafias actuando desde España, que nos lo diga porque actuaremos con la máxima firmeza».
Mientras se registran estos entredichos, crece día a día el flujo de inmigrantes marroquíes que logran ingresar a España, son apresados en el intento o mueren en el cruce del mar Mediterráneo.
Este martes fueron detenidos 57 inmigrantes sin visa en la ciudad española de Algeciras, sobre el mar Mediterráneo, procedentes de Ceuta, enclave español en la costa marroquí, ambas ciudades cercanas al estrecho de Gibraltar.
Miles de africanos aguardan en las costas marroquíes para trasladarse a España sin contar con la visa requerida en frágiles embarcaciones.
El presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes en España (ATIME), Abdel Hamid Beyuki, dio la razón a Mohamed VI y aseguró que las potentes lanchas utilizadas para el cruce del mar Mediterráneo desde Marruecos «son importadas de España».
Pero «lo que no puede hacer el gobierno marroquí es encasillarse y decir que, porque no hay medios, no hay nada que hacer. Eso es una actitud pasiva», sostuvo Beyuqui.
Las difíciles condiciones de vida en Marruecos y en el resto de Africa son el origen de la emigración. Quienes aspiran a residir en Europa afrontan grandes barreras, empezando por las legales.
«Ponemos fronteras a personas de países en vías de desarrollo. Ponemos fronteras a sus productos con nuestros aranceles. Ponemos dificultades para aprovechar sus materias primas», lamentó Manuel Pimentel, quien fue ministro de Trabajo en el primer gobierno de José María Aznar (1996-2000).
«Con esto estamos consiguiendo una dinámica con la cual los ricos son más ricos y los pobres, más pobres. (…) Eso no es justo, no es sostenible a largo plazo y no es inteligente», agregó Pimentel.
Baraka sostuvo que la pobreza en Marruecos «no se esconde», y advirtió que, aunque hubiera empleos suficientes en su país, los trabajadores siempre recibirán mejor salario en el mundo industrializado.
Así mismo, se lamentó de que empresas extranjeras arrebaten a Marruecos técnicos en informática e ingeniería, cuya formación tuvo un gran costo para su país. (FIN/IPS/td/mj/hd pr/01