SALUD-SUDAFRICA: Resistencia del gobierno a terapias antisida

El gobierno de Sudáfrica no responde de modo adecuado a la epidemia del sida, pues se niega a conceder tratamiento de avanzada a los casi cinco millones de portadores del VIH, afirmó la mayor central sindical del país.

El Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU), que tiene 1,8 millones de afiliados, manifestó su decepción por la «continua tergiversación» en que incurriría la ministra de Salud, Manto Tshabalala-Msimang, en su intento por evitar el aumento de las costosas terapias antirretrovirales.

Tshabalala cuestionó la eficacia de esas terapias contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en su discurso ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que del lunes hasta el miércoles dedicó una sesión especial a la pandemia en Nueva York.

Esos tratamientos consisten en suministrar a los portadores del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) y a personas que ya desarrollaron la enfermedad diferentes drogas que, combinadas, retardan sus efectos y mejoran la calidad de vida de los enfermos.

Entre 10 y 12 por ciento de los 42 millones de habitantes de Sudáfrica son portadores de VIH, de los cuales la mayor parte son mujeres de 20 a 24 años, según los últimos estudios.

El costo de la terapia antirretroviral, la más avanzada contra el sida y ampliamente utilizada en el mundo industrializado, supera los 1.000 dólares mensuales por paciente.

La ministra Tshabalala sostuvo que Sudáfrica puso en funcionamiento nueve planes piloto para probar el resultado de las terapias antirretrovirales en mujeres embarazadas, pero manifestó reparos para implementar una programa nacional como el de la vecina Botswana.

«Hemos entendido que ese programa implica mucho más que la simple administración de medicamentos. En los tratamientos piloto se deberá examinar la posible aparición de virus resistentes a los medicamentos», dijo.

Según COSATU, no hay tiempo para pruebas. La terapia antirretroviral redujo 80 por ciento la mortalidad por sida en los países industrializados y en Brasil, país similar a Sudáfrica, la redujo a la mitad.

El gobierno brasileño permitió la producción nacional de drogas utilizadas en la terapia antirretroviral, con la oposición de las transnacionales farmacéuticas que poseen las patentes, para reducir el costo del tratamiento.

«Como Sudáfrica, Brasil tiene un sistema de salud relativamente débil y grandes desigualdades sociales», comparó el portavoz de COSATU, Pat Craven.

Pero «por mucho que sepamos hoy, existen diversos aspectos del VIH y del sida que necesitan mayor investigación», dijo la ministra Tshabalala ante la sesión especial de la Asamblea General de la ONU.

Sus palabras fueron interpretadas como una nueva dilación para iniciar el tratamiento contra el sida en el país en que la epidemia crece con mayor rapidez en el mundo.

En abril, 39 compañías farmacéuticas internacionales retiraron una demanda judicial para impedir al gobierno sudafricano la importación o fabricación de medicinas genéricas, medicamentos que siguen la misma fórmula que los patentados por los laboratorios pero mucho más baratos.

La victoria fue celebrada por las organizaciones que luchan contra el sida, que esperaban una rápida adopción de estos tratamientos para detener lo que muchos califican de catástrofe inminente.

Pero «las dilaciones de la ministra de Salud equivalen a arrebatarnos la presa de la boca, sobre todo después de la victoria ante las compañías farmacéuticas», sostuvo COSATU en un comunicado.

Craven recordó que Sudáfrica había realizado campañas contra la tuberculosis, la diabetes y la hipertensión arterial, con sistemas de tratamiento y control.

«Del mismo modo, el desafío de (los tratamientos) antirretrovirales es crear un sistema de control basado en las redes existentes en policlínicas y comunidades», dijo.

A pesar de encontrarse en Estados Unidos, el presidente Thabo Mbeki no asistió a la sesión especial de la ONU, que contó con la presencia de la mayoría de los gobernantes africanos.

Mbeki es incluido en un grupo de figuras públicas, entre ellos científicos que difieren con la mayoría, que dudan del vínculo entre el VIH y el sida, pues convocó a un grupo técnico para estudiar la relación entre el virus y la enfermedad.

No obstante, algunos analistas africanos coinciden con Mbeki en la vinculación que traza el gobernante entre sida y pobreza.

Pero deducir de ese argumento que el sida carece de solución farmacéutica es un error, replicó COSATU.

«La tuberculosis y el cólera también se asocian con la pobreza, pero a nadie se le ocurriría negar el tratamiento a los enfermos hasta que se erradique la pobreza o hasta que todos los sudafricanos tengan agua potable», sostuvo la central sindical. (FIN/IPS/tra-en/fk/mn/dc/mj/he/01

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