PALESTINA: Ayuda internacional en revisión a causa de intifada

El apoyo económico y técnico de países donantes a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha caído desde el comienzo en septiembre de la insurrección o intifada palestina contra Israel, y el organismo afronta graves problemas cotidianos.

Uno de los servicios afectados es la Policía Nacional Palestina, un factor crucial para el futuro del proceso de paz con Israel, cuyo caso presenta una complicación adicional, porque algunas naciones donantes se quejan de que esa fuerza de seguridad participan en la intifada.

Las fuerzas especiales de la policía palestina de la ciudad de Nablus, en la región septentrional de Cisjordania, fueron entrenadas con el objetivo principal de controlar disturbios, con entusiasta apoyo de la comunidad internacional.

El cuartel de esas fuerzas está en ruinas desde que un avión de combate israelí lo bombardeó hace dos semanas, en represalia por un atentado suicida con bombas en la ciudad israelí de Netanya, unos 50 kilómetros al norte de Tel Aviv.

Una semana antes de ese bombardeo, el cuartel había sido visitado por representantes de un instituto holandés de entrenamiento policial, para discutir la viabilidad de reanudar un programa de apoyo interrumpido desde el comienzo de la intifada, al igual que otras formas de asistencia.

El comandante de las fuerzas especiales de Nablus, Castro Salameh, recibió a IPS en las ruinas del cuartel, sentado en una silla de plástico, y recordó haber discutido con aquellos visitantes la posibilidad de enviar policías palestinos a entrenarse en Holanda.

La ciudad está rodeada por el ejército israelí y es muy difícil el acceso de visitantes del extranjero.

«¿Por qué nos atacaron los israelíes, a quienes hemos ayudado?», preguntó Salameh. Detrás de él había flores y velas encendidas en honor de los diez policías que murieron debido al bombardeo.

Los donantes reestudian sus prioridades de asistencia a la ANP, y consideran la posibilidad destinar más fondos a necesidades humanitarias urgentes, en perjuicio de proyectos de infraestructura para provisión de agua, saneamiento y desarrollo institucional sanitario, educativo, judicial y policial.

La cuestión es crucial para la ANP, que depende de la asistencia internacional desde su creación en 1993, y aun más desde el estallido de la intifada.

La actual prioridad de la ANP es obtener fondos de donantes para cubrir su presupuesto, incluyendo el pago de salarios y deudas.

Desde el comienzo de la intifada, los ingresos mensuales del limitado autogobierno palestino han caído de 90 a 25 millones de dólares, aseguró Mohammed Samhouri, asesor económico del Ministerio de Planeamiento y Cooperación Internacional de la ANP.

Países árabes y la Unión Europea (UE) se han comprometido a cubrir parte del déficit, pero la UE ha planteado condiciones, porque su experiencia anterior de apoyo directo a las necesidades presupuestarias de la ANP incluyó sospechas de desvío de fondos y corrupción.

«La negociación no ha terminado, pero hemos dicho (a la UE) que éste no es el momento adecuado para imponernos condiciones», comentó Samhouri.

La ANP ha pedido autorización a algunos de sus principales donantes, entre ellos Noruega y Holanda, para emplear fondos destinados a proyectos de infraestructura en la cobertura de necesidades presupuestarias.

La asistencia anual de países donantes a la ANP era antes de septiembre unos 400 millones de dólares, pero ha disminuido mucho desde el comienzo de la intifada, debido a problemas prácticos y no a «decisiones políticas», aseguró Samhouri.

«La situación es muy delicada, ya que se puede crear con facilidad la impresión equivocada de que los palestinos son castigados por haber lanzado la intifada», dijo un funcionario de la comunidad de donantes que no quiso ser identificado.

El problema tiene especial complejidad en lo vinculado con las fuerzas de seguridad palestinas, que recibieron equipo y entrenamiento de la comunidad internacional e incluso de israel, porque se las consideraba vitales para evitar incidentes que obstaculizaran el proceso de paz.

En la actualidad, Israel y algunas naciones donantes se quejan de que los policías que ayudaron a equipar y entrenar participan en forma activa en la intifada.

Funcionarios de países donantes lamentan que la cuestión de las fuerzas de seguridad palestinas sea discutida con «simplismo», y aseguran que la mayor parte de esas fuerzas, incluyendo a la unidad comandada por Salameh, no luchan contra Israel.

Es mejor para los intereses de los países donantes que algunas unidades participen en la intifada y mantengan cierta influencia sobre la comunidad palestina, en vez de perder todo lo construido en los últimos ocho años, dijo a IPS el asesor especial de la UE para las fuerzas de seguridad palestinas, Nils Ericson.

Ericson coordina con las fuerzas palestinas actividades de un programa internacional antiterrorista llamado COTER.

Algunos donantes, entre ellos Holanda y Suecia, han expresado dudas sobre la conveniencia de continuar en las actuales circunstancias las actividades del COTER, indicó.

Esa posición se debe a presiones de parlamentarios de naciones donantes, pero quienes trabajan en Palestina desean seguir adelante con el programa, ya que «cuando termine la intifada habrá que llevarlo a cabo de todos modos», afirmó. (FIN/IPS/tra- eng/fb/mn/mp/ip/01

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