COMERCIO-ASIA: Japón se enfrenta con China y sus vecinos

Japón se prepara para una guerra comercial contra sus vecinos de Asia oriental y sudoriental, con el fin de proteger su agricultura del creciente ingreso de alimentos, en especial desde China.

Tokio procura un diálogo con Beijing para establecer los aranceles que entrarán en vigencia en noviembre para limitar el ingreso de hongos, puerro y juncos «tatami» de China, usados en Japón para construir las populares esteras orientales.

Las conversaciones, anunciadas a fines de mayo, se concentrarán en los aranceles de más de 266 por ciento previstos en el nuevo sistema, aprobado por el gobierno japonés en abril.

Tokio ya aplica aranceles aun mayores para algunas importaciones de tatami desde China.

«Las importaciones masivas de verduras provocaron una drástica caída de precios, y los productores japoneses están perdiendo ímpetu», dijo en abril el entonces ministro de Agricultura, Forestación y Pesca, Yoshio Yastu, al defender el nuevo sistema.

Productores afirmaron que la importación de hongos chinos aumentó 33 por ciento en 2000 respecto de 1999, al sumar 42.000 toneladas, con un precio 10 veces menor al del hongo japonés debido a su bajo costo de producción.

«No existe forma de competir contra esos precios», dijo Toshiro Hashinuchi, productor de hongos de Iwate, en el norte de Japón.

Los cultivadores de cebolla se quejan de que sus ingresos cayeron 14 por ciento entre 1997 y 2000, como consecuencia del constante ingreso del producto desde China, mucho más barato.

Tokio ya definió los 14 productos que serán beneficiados con medidas de salvaguardia.

La importación de productos agrícolas frescos, la mayoría asiáticos, cubrió 20 por ciento del mercado japonés, y sumaron 4.800 millones de dólares, informó el gobierno.

La Organización de Comercio Exterior de Japón indicó que las importaciones de alimentos crecieron 3,9 por ciento en 2000 respecto de 1999, al sumar 46.050 millones de dólares, segundo año consecutivo al alza.

Los productos del mar encabezaron la lista, seguidos por los vegetales. Estados Unidos fue el principal vendedor, con 12.000 millones de dólares, seguido por China, con 6.000 millones de dólares, 600 millones más que en 1999.

Las importaciones procedentes de China se triplicaron entre 1997 y 2000. Analistas atribuyen el repunte al desarrollo tecnológico chino, estimulado por las propias inversiones japonesas en ese país.

El Ministerio de Comercio Internacional e Industrial divulgó un estudio según el cual comenzó una «era de gran competencia» en Asia oriental. Según este informe, los días del desarrollo económico regional liderado por Japón acabaron.

La fuerza impulsora de esta competencia comercial en Asia es el creciente poder económico de China, acelerado por una masiva inversión extranjera, agrega el estudio.

Una autoridad ministerial explicó que en los viejos tiempos Japón lideraba el camino con productos de alta tecnología, seguido por los países de Asia oriental y sudoriental, que producían artículos de bajos y medianos precios.

«Pero esta ya no es la situación. Japón perdió su capacidad de modernizarse y, por el contrario, se ata a sus existosas experiencias del pasado», dijo una autoridad japonesa que no quiso identificarse.

El estudio además recomienda a los países asiáticos crear redes de seguridad social para poder afrontar un eventual aumento del desmepleo, a causa de la competencia comercial.

Kenei Shu, un experto en relaciones chino-japonesas de la Universidad Toyo Galuen, indicó que las importaciones de China representan 25 por ciento de todas las compras de Japón.

El notable aumento de las compras del exterior dejó el año pasado a Japón con un déficit comercial sin precedentes de 24.900 millones de dólares, 27 por ciento mayor que el de 1999.

«China está remplazando poco a poco a Estados Unidos como principal socio comercial de Japón», explicó Shu, quien destacó la necesidad de que Tokio fortalezca sus vínculos con su vecino e histórico rival por el dominio de la región.

Las estadísticas revelan que la dieta básica de los japoneses depende en gran medida de Corea del Sur y China. Por ejemplo, 80 por ciento de algas marinas consumidas en Japón proceden de esos países. Casi la mitad del «ume», o damasco japonés, servido como «umeboshi» en los platos típicos, es procesado en China.

La creciente dependencia japonesa de los alimentos chinos obliga al gobierno a afrontar con mucho cuidado las próximas negociaciones comerciales con Beijing, sostuvo Shu. Japón debe evitar que el problema origine una disputa regional. (FIN/IPS/sk/js/id/rp/mj/if ip/01

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