AMBIENTE-ASIA: Peligran las tortugas de agua dulce

Conservacionistas reclaman medidas internacionales para detener el comercio de carne y otros productos derivados de tortugas asiáticas de agua dulce, pues la mayoría de las especies corren peligro de desaparecer, según científicos.

Bajo severa explotación en Asia, donde se las usa con fines gastronómicos y para elaborar medicinas tradicionales, las especies de tortuga de agua dulce en peligro crítico se duplicaron en solo cuatro años, según Joshua Ginsberg, director de programas para Asia de la Wildlife Conservation Society (WCS).

«Las tortugas han estado protegidas durante milenios por sus duras caparazones, pero estos son tiempos difíciles porque estos animales no son inmunes al cuchillo del carnicero», dijo Ginsberg.

De las 90 especies de tortugas asiáticas de agua dulce, 74 están amenazadas, según un informe publicado por el WCS, con sede en Nueva York, el Fondo de Protección de la Naturaleza (WWF) y la organización TRAFFIC.

Más de la mitad de las especies de tortugas asiáticas de agua dulce, que no despertaban preocupación algunos años atrás, peligran y 18 son consideradas «en peligro crítico» o al borde de la extinción, dijo el informe.

Las nueve especies de tortuga caja, que se encuentran desde Bangladesh hasta Japón, fueron incluidas por la Lista Roja de Especies Amenazadas difundida a comienzos de este mes por la Unión Conservacionista Mundial (IUCN), con sede en Suiza.

Ahora, ocho de las nueve especies están consideradas en riesgo y seis, en peligro crítico. Y es probable que la tortuga caja de Tynnan, declarada oficialmente extinguida, haya desaparecido hace 10 años, según el WWF.

Los grupos conservacionistas consideraron perturbador el ritmo de declinación de la población de tortugas. Cuando el IUCN incluyó por primera vez a las tortugas en su Lista Roja hace cuatro años, solo 10 especies de quelonios en todo el mundo fueron consideradas en peligro crítico.

Ahora, 24 especies han sido señaladas al borde de la extinción. Eso se debe sobre todo a la creciente demanda de tortugas en Asia, aseguraron los activistas.

La situación se deteriora con rapidez, pues la cantidad de especies en peligro crítico se duplicó en apenas cuatro años, dijo Craig Hoover, de TRAFFIC, un grupo que vigila el comercio de animales exóticos.

Si bien la pérdida de sus habitát por la explotación de tierras húmedas y áreas silvestres afecta a la mayoría de las especies de tortuga, la principal causa de la declinación se debe a su lucrativo comercio.

El consumo de carne de tortuga de agua dulce se incrementó por la demanda del mercado asiático para gastronomía y productos medicinales, en especial en China.

Las tortugas son un lujo gastronómico, no una fuente de proteínas para la gente pobre, explicó Hoover. Algunas son consumidas por comunidades locales como medio de subsistencia o para abastecer a los restaurantes, pero la mayor parte es objeto de comercio internacional, señaló TRAFFIC.

Según Hoover, tortugas de caparazón blanda son muy apreciadas como plato de lujo, y cuestan seis veces más que una porción de cordero o pollo.

La caparazón tambien es comerciada para satisfacer la demanda de la medicina tradicional china, que usa una jalea hecha con la costra como tónico y para curar el cáncer.

El comercio de tortugas se intensificó desde 1989, cuando la moneda china se hizo convertible y posibilitó al país importar animales silvestres desde naciones vecinas, según el informe «Comercio de la Tortuga Asiática».

Una nueva ruta comercial de ejemplares exóticos se desarrolló para exportar gran cantidad de tortugas desde Birmania, Camboya, Indonesia y Malasia, dice el informe de 164 páginas.

Al menos 13.000 toneladas de tortugas vivas son exportadas cada año desde el sur y el sudeste de Asia hacia el oriente del continente. Al menos 5.000 toneladas de tortugas silvestres son exportadas anualmente desde Indonesia, y otras 1.500 toneladas desde Bangladesh.

Unas 4.000 toneladas de tortugas de criadero con caparazón blanda se exportan desde Tailandia mientras otras 2.500 toneladas de quelonios, tanto de criadero como silvestres, son vendidas por Malasia. Semejante explotación es demasiado elevada para asegurar la sustentabilidad de las especies, apuntó Hoover.

El informe de los conservacionistas está basado en un seminario realizado el año pasado en Phnom Penh y que atrajo a 40 expertos regionales de 16 países.

«Estos hallazgos demuestran que no se ha hecho lo suficiente para evitar que la tortuga asiática de agua dulce sea devorada hasta su extinción», dijo Ginsberg.

Algunas especies están protegidas legalmente, pero la legislación en algunos países no es aplicada de manera eficiente, advirtieron conservacionistas.

«A medida que las poblaciones de agua dulce desaparecen en el sudeste asiático, hay señales perturbadoras de que la explotación se extiende cada vez más al subcontinente indio, a América y a Africa», apuntó una declaración del IUCN.

Los conservacionistas urgen a los gobiernos que ayuden a proteger las tortugas asiáticas y apliquen la Convención sobre Comercio Internacional de Especies en Peligro (CITES).

En respuesta a los llamados para restringir el comercio de tortugas, las naciones signatarias de la convención aceptaron en abril regular el tráfico de las nueve especies de tortuga caja mediante un sistema de permisos.

Sin embargo, los conservacionistas dijeron que se debe hacer más para proteger esos animales, y exigen que todas las especies de tortuga nativas de Asia se incluyan en el Apéndice II del tratado, y así su comercio requeriría permisos especiales, que ahora son exclusivos de las tortugas caja.

Los científicos tambien demandaron que las tortugas de agua dulce en peligro crítico sean ubicadas en el Apéndice I del tratado, que podría prohibir todo el comercio internacional de especímenes. (FIN/IPS/trad-eng/dk/da/ego/mj/en/00

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