En un informe encomendado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se señaló que ha llegado la hora de establecer obligaciones en materia de derechos humanos para quienes impulsan el proceso de mundialización.
Esas obligaciones deben incluirse en los regímenes multilaterales de comercio, inversión y finanzas, y regir para las instituciones que los regulan, incluyendo al Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC), se indicó en el estudio.
El informe examina la cuestión de la mundialización y sus consecuencias para el pleno ejercicio de los derechos humanos, y fue encargado a relatores especiales por la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos de la ONU, un organismo integrado por expertos independientes.
Sus autores son J. Oloka-Onyango y Deepika Udagama.
Los redactors consideraron apremiante la necesidad de que los derechos humanos sean introducidos de modo directo en el debate de quienes dirigen las instituciones que están a la vanguardia del movimiento hacia una mayor mundialización de la sociedad, y establecen las políticas que orientan ese proceso.
Una de las instituciones criticadas fue la OMC, cuyas políticas son "una verdadera pesadilla" para parte de la humanidad, en especial en los países en desarrollo, afirmaron los autores del informe.
Los supuestos en los que se basan las normas de la OMC son en extremo injustos e incluso tendenciosos, y esas normas reflejan un programa que sólo beneficia a los intereses empresariales que dominan el comercio internacional, aseguraron.
Las actividades de la OMC relacionadas en forma estricta con el comercio tienen graves repercusiones sobre los derechos humanos, con el agravante de que los documentos constitutivos de esa organización apenas mencionan de modo indirecto principios humanitarios, enfatizaron.
Y eso sin considerar que la OMC también se ha arrogado competencia en nuevas áreas como las de servicios, propiedad intelectual, compras públicas e inversiones, apuntaron.
Respecto del FMI y el Banco Mundial, el informe sostiene que su influencia sobre muchos países en desarrollo ha tenido graves repercusiones en cuestiones esenciales de derechos humanos.
Esas cuestiones incluyen el derecho a la libre determinación y la observancia de los derechos civiles y políticos, así como la capacidad de los países en desarrollo de ejercer en forma progresiva derechos económicos, sociales y culturales, en especial en las áreas de salud, educación y bienestar básico.
De las dos instituciones, el banco ha avanzado más en el intento de atender críticas que se le dirigen, en especial en lo relativo a su adicción a los proyectos grandiosos, su falta de sensibilidad ante el ambiente, la cuestión de género, los pueblos indígenas y otras minorías, indicaron los autores del informe.
Sin embargo, esa institución financiera insiste en mantener el marco de condicionalidad de sus créditos y la recomendación de reformas para establecer el libre mercado, acotaron.
En cuanto al FMI, persiste en prácticas de total secreto, centralización del poder y negación de su responsabilidad, incluso ante crisis debidas a políticas que un país ha sido obligado a adoptar por la condicionalidad de los créditos del Fondo, subrayaron en referencia a Tailandia.
El cuestionamiento principal a las instituciones multilaterales se relaciona con su falta de transparencia y responsabilidad.
Deben aplicarse a esas organizaciones principios básicos de los derechos humanos que en lenguaje común se pueden expresar como transparencia, responsabilidad y participación, se destaca en el informe, sin ahorrar reproches a algunas agencias de la propia ONU.
No todos los organismos de la ONU han participado con la misma profundidad en las actividades sobre la mundialización y sus repercusiones sobre los derechos humanos, advirtieron los autores del estudio, mencionando en forma explícita a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y a la Organización Mundial de la Salud.
En el estudio se reclama a esos organismos que se ocupen de manera profunda y amplia de los asuntos humanitarias, en aparente alusión a los cuestiones vinculadas con los intentos de patentar la riqueza biológica y los medicamentos.
En contraste, se elogia a la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) por haber criticado de forma sistemática e incisiva las políticas de liberalización económica aplicadas por el FMI y el Banco Mundial.
Por otra parte, los métodos elegidos por la Secretaría de las Naciones Unidas y por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo a fin de establecer conexiones con grandes empresas e instituciones multilaterales "suscitan mucha inquietud", advirtieron los autores del informe.
Existe el peligro de que esos grupos privados y multilaterales exploten tales conexiones sin ponerse en forma auténtica al servicio de los ideales y principios de la ONU, alertaron.
El estudio, que tiene carácter preliminar, fue presentado a la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, que concluye esta semana en Ginebra su período anual de sesiones.
Oloka-Onyango y Udagama propusieron profundizar el examen de las relaciones entre derechos humanos y mundialización para preparar un informe final, que sería presentado a la Subcomisión y a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en sus próximos períodos de sesiones. (FIN/IPS/pc/mp/hd ip if/00