El representante en Colombia de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Anders Kompas, expresó preocupación por las amenazas que sufren los periodistas en el país y su impacto en la libertad de prensa.
Kompas afirmó el miércles, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que Colombia es reconocida por la comunidad internacional como "un país esencialmente democrático", pero algunos sectores demuestran "tendencias" contrarias a algunos "espacios democráticos" como la libertad de expresión.
El funcionario exhortó a la sociedad a "unir esfuerzos y crear conciencia de que uno de los principios fundamentales de una democracia es la libertad de expresión", que en Colombia está seriamente amenazada.
La falta de garantías para ejercer el periodismo y poder expresar "lo que pensamos y sentimos" causa consternación, porque "una democracia no puede vivir sin libertad de expresión".
Kompass habló durante un foro convocado por la Asociación de Diarios Colombiano (Andiarios), que reúne a los directores de cerca de 30 periódicos, y por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLP) y la Corporación de medios para la Paz, con el auspicio de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Ignacio Gómez, director de la FLP, afirmó que el ejercicio del periodismo en Colombia fue afectado en los dos últimos años por los actores del conflicto armado (guerrilla, paramilitares y ejército regular), "para los que la prensa es un escenario propicio para sus operaciones psicológicas".
Según la FLP, entre 1998 y 1999 fueron asesinados 16 periodistas colombianos y más de 30 se exiliaron para proteger su vida, amenazados por la guerrilla de izquierda, los paramilitares de derecha, por organizaciones criminales o por el poder político.
Las fuerzas que intervienen en el conflicto armado "no logran entender que la libre expresión es un derecho fundamental", dijo Gómez a IPS. Consideran al periodista como portavoz de uno u otro bando y lo atacan por no obedecer a sus intereses.
"Si miramos las listas de periodistas asesinados encontramos que en la mayoría de los casos uno u otro actor (del conflicto) calificó a su víctima de portavoz del bando contrario", señaló Gómez.
Los periodistas afirman que la mayoría de los amenazados, que son más de 200, no denuncian su situación a las autoridades, pues esas presiones se han vuelto práctica cotidiana. Las agresiones y amenazas se orientan con mayor intensidad a los periodistas de provincia.
Otros factores que afectan la libertad de prensa, según la FLP, son la intimidación ejercida por grupos de poder político, algunas medidas administrativas como la supresión de la tarjeta profesional, y las presiones de grupos económicos.
Cincuenta y dos de los 200 periodistas asesinados en los últimos 10 años en América Latina se desempeñaban en Colombia, que está considerado el país más peligroso del hemisferio occidental para ejercer la profesión, según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Una unidad especial creada en octubre por la Fiscalía para investigar el asesinato de periodistas informó en enero que las amenazas son más frecuentes en provincias y que 80 por ciento de los homicidios estuvieron directamente ligados con el ejercicio de la profesión.
Esa oficina de la Fiscalía investiga 16 casos de asesinato ocurridos entre 1993 y 1999. Hay ocho detenidos, entre los que se cuentan sicarios, un alcalde y miembros de una unidad de inteligencia de las Fuerzas Armadas. (FIN/IPS/yf/ff/hd cr/00
