Organizaciones indígenas de Filipinas, Indonesia y Perú advirtieron en Estados Unidos a los accionistas de una de las mayores compañías mineras del mundo que esta daña el ambiente y viola los derechos humanos.
Durante la asamblea anual de la Newmont Mining Corporation en Denver esta semana, algunos activistas protestaron con carteles fuera de la sede mientras otros que habían adquirido acciones intentaban convencer con sus críticas a los demás accionistas dentro del edificio.
Catalino Corpuz, del Centro de Desarrollo de Comunidades Mineras, de Filipinas, dijo que pretende impedir que Newmont contamine el ambiente en su país así como lo hizo en Indonesia y Perú.
"Permitir la minería es permitir la muerte de nuestra gente, como hemos visto en lugares donde Newmont tiene grandes minas que trabajan con cianuro", comentó.
Danny Kennedy, director de la organización Project Underground, dijo que muchos de los problemas ambientales surgen del método de la compañía de extraer oro con cianuro.
No obstante, el portavoz de Newmont, Doug Hock, aseguró que la compañía cumple con las normas ambientales en todos los países en que trabaja, y que hizo mucho para mitigar el posible impacto adverso.
Pero campesinos de Perú contaron una versión distinta a los accionistas en Denver. Segunda Castrejón Vallejo, de la aldea de Cajamarco, en el norte del país, dijo que la mina de oro de Yanacocha, la mayor de América Latina, contaminó el agua y dañó la fauna y la flora.
La mina pertenece a Minera Yanacocha, una empresa mixta de la cual 51 por ciento es propiedad de Newmont, 43,6 por ciento de Condesa, una subsidiaria de la compañía peruana Minas Buenaventura, y cinco por ciento de la Corporación Internacional de Finanzas, el brazo de préstamos privados del Grupo del Banco Mundial.
Según un informe de Project Underground, la contaminación de los ríos y arroyos junto a la mina supera la permitida por las normas de la Organización Mundial de la Salud. Muchos campesinos prestaron sus terrenos a Minera Yanacocha a cambio de dinero con la idea de que en unos pocos años podrían volver a la zona.
Pero ahora la zona, donde vivieron durante generaciones, es un enorme hoyo en la tierra. "A medida que las familias son desplazadas por la mina y obligadas a mudarse a la ciudad de Cajamarca, se ven obligadas a pagar alquiler y no tienen forma de conseguir trabajo", agregó el informe.
La organización asegura que ni la compañía ni la Corporación Internacional de Finanzas discutieron estos impactos con los agricultores, lo cual violó la política del Banco Mundial sobre consultas con las comunidades afectadas.
"La Yanacocha sólo aumentó la pobreza, la destrucción ambiental y la erosión de culturas y valores tradicionales", agregó. Los agricultores peruanos se oponen a los planes de expansión de la mina, explicó Kennedy.
Así mismo, Chalid Muhammed, director de la Red de Defensa Minera de Indonesia, aseguró que la práctica de la compañía en su país también perjudicó el ambiente y a los seres humanos.
Newmont arroja miles de toneladas de desechos tóxicos a ríos y aguas costeras desde la mina de oro Minahasa Raya ubicada en Sulawesi septentrional, informó.
Esta práctica está prohibida en Estados Unidos, explicó Muhammed, pero el portavoz de Newmont dijo que está permitida por el gobierno indonesio.
Muhammed asegura que en la cercana bahía de Buyat se midieron altas concentraciones de mercurio, plomo, arsénico, cobre, cadmio y otros compuestos tóxicos.
"Las reservas de peces disminuyeron drásticamente y este es un gran problema para los pescadores cuyo ingreso va en descenso", dijo.
Los aldeanos que utilizan el agua para beber, bañarse o lavar ropa contrajeron problemas de la piel, sostuvo. Su organización está estudiando la posibilidad de tomar medidas legales contra Newmont.
Debido a la actitud de Muhammed contra la compañía minera, Kennedy dijo que la Embajada de Estados Unidos en Indonesia detuvo la entrega de 75.000 dólares en apoyo financiero a la firma de parte de la Agencia para el Desarrollo Internacional. (FIN/IPS/tra- en/dk/da/aq/en/00
