México apuntó sus baterías hacia la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), con la que comenzará en mayo a discutir un posible tratado para aumentar sus lazos comerciales con el exterior.
Con el mismo esquema del Tratado de Libre Comercio México-Unión Europea (UE), que entrará en vigor en julio, negociadores mexicanos se reunirán el martes en Ginebra con representantes de los cuatro países asociados en la EFTA.
Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein, con un ingreso anual por persona de 34.000 dólares, frente a 4.682 en México, integran en la EFTA una zona de gran desarrollo industrial.
La iniciativa de abordar un posible acuerdo comercial con ese bloque responde al declarado compromiso del presidente mexicano Ernesto Zedillo con la liberalización económica.
En el último tramo de su gestión, que finalizará en diciembre, Zedillo logró tratados con la UE y con Israel, y otro acuerdo, con Honduras, Guatemala y El Salvador, estaría en la antesala de la firma.
En su afán de abrir nuevos destinos a las exportaciones del país, dirigidas ahora de manera preponderante hacia América del Norte, México acordó ya ocho tratados con 24 naciones que representan en conjunto 870 millones de consumidores potenciales.
México es el décimo país del mundo en materia de comercio exterior. Sus exportaciones e importaciones sumaron 220.000 millones de dólares en 1997 y 242.000 al año siguiente, según datos del gobierno, que atribuye ese avance a los tratados comerciales.
El primer gran acuerdo de firmado por México fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), que entró en vigor en enero de 1994.
Las ventas de México a Estados Unidos crecieron 137 por ciento entre 1993 y 1998, mientras que las compras a ese país pasaron en el mismo periodo de 6,8 por ciento a 10,4 por ciento del total de las importaciones mexicanas.
Uno de cada 10 dólares que Estados Unidos gasta en importaciones se destina a la compra de mercancías mexicanas, de acuerdo con datos oficiales.
Además, los acuerdos comerciales permitieron la diversificación de las exportaciones mexicanas, tradicionalmente dominadas por el petróleo, que en 1982 representaba 80 por ciento del total y en 1999, sólo 7,3 por ciento.
Con un crecimiento de 20 por ciento de su comercio internacional en el último bienio, México se colocó a la cabeza en América Latina en cuanto a la expansión de las exportaciones, de acuerdo con un informe divulgado la semana pasada por la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La OMC señaló que el avance obedeció a que cerca de 90 por ciento de las exportaciones mexicanas tiene como destino el mercado de Estados Unidos.
Analistas locales e internacionales, como la consultora estadounidense Standard and Poor's, han advertido que la dependencia del sector externo mexicano de Estados Unidos entraña riesgos.
En efecto, un eventual desajuste bursátil y una ligera recesión en Estados Unidos desencadenarían presiones sobre la economía de México.
Para atenuar la dependencia de Estados Unidos, las autoridades mexicanas buscan abrir nuevos horizontes en mercados fuertes, como el alcanzado con la UE y el que se pretende ahora con la EFTA.
Los representantes mexicanos que negociarán con la EFTA pretenden utilizar la experiencia adquirida en la negociación con la UE.
Entre los cuatro países que integran la EFTA, Suiza posee las empresas más importantes, como Roche, en el área de productos farmacéuticos, Nestlé, en alimentos, y el Credit Suisse, en el sector bancario.
En Noruega, con un sistema que combina el libre mercado con la participación del Estado en áreas estratégica como el petróleo, la agricultura y la pesca se desarrollan con subsidio oficial.
Liechtenstein, de apenas 160 kilómetros cuadrados, posee una industrializada economía que se caracteriz por bajos impuestos a las transacciones comerciales, mientras que Islandia obtiene de la pesca 75 por ciento de sus ingresos por exportaciones. (FIN/IPS/pf/00