El gobierno de Gran Bretaña pretende reducir la brecha de calidad entre las escuelas públicas, caracterizadas por la falta de fondos y la superpoblación, y las privadas, que a pesar de ser minoritarias forman a la mitad de los alumnos de las prestigiosas universidades de Oxford y Cambridge.
En 1998, el secretario de Educación y Empleo, David Blunkett, anunció que el gobierno destinaría 19.000 millones de libras esterlinas (30.000 millones de dólares) al sector entre 1999 y 2002 "para dar a todos en nuestra sociedad (la posibilidad) de realizar su potencial".
"La educación será la primera prioridad" del gobierno laborista, aseguró.
Los recursos están destinados a mejorar la calidad de la enseñanza, el alfabetismo y el manejo de números de los menores de 11 años, acabar con tercera parte del ausentismo y la exclusión y dar acceso a más de medio millón de personas a una mejor educación.
Las escuelas con mal desempeño, donde al menos 15 por ciento del alumnado no obtuvo calificaciones mínimas para el Certificado General de Educación Secundaria (GCSE) en los últimos tres años, serán clausuradas, dijo el ministro.
A fines del año pasado, 424 escuelas estaban destinadas a la clausura, según la nueva política de Blunkett, y en el contexto de rigurosas medidas adoptadas para mejorar la calidad de la educación.
Esa política pretende reabrir las escuelas con un nuevo nombre, administración y personal, excluyendo a los maestros que resultaron ineptos para el cargo.
Sin embargo, Chris Waterman, secretario general de la Sociedad de Funcionarios de Educación, señaló que se requiere "una motivación positiva para mejorar las escuelas. El reproche y la humillación sólo desalentará a las escuelas y desmoralizará al personal docente".
Según un estudio realizado por el Departamento de Educación, las escuelas con los peores resultados se encuentran en los suburbios y también en barrios céntricos, y no necesariamente en zonas pobres o con mayoría de inmigrantes.
De todas maneras, funcionarios de la Asociación de Gobierno Local (LGA) y la Autoridad Local de Educación (LEA) piensan que el ejecutivo subestima el vínculo entre pobreza y bajo rendimiento escolar.
Para los laboristas en el gobierno, las escuelas privadas resultan un ejemplo de eficacia que las públicas deben imitar.
Con el objetivo de brindar a los estudiantes del sistema público las ventajas de la educación privada, el gobierno les concedió el derecho de recibir un mínimo de tres horas adicionales de trabajo y actividades semanales, fuera del horario normal de clases.
Hay alrededor de 550.000 niños y niñas en las escuelas privadas, apenas siete por ciento de la población escolar de Gran Bretaña. No obstante, 20 por ciento de los estudiantes universitarios, y cerca de 50 por ciento de los que ingresan a las prestigiosas Oxford y Cambridge, estudiaron en ellas.
Una encuesta del diario Financial Times reveló el año pasado que 87 de las mejores 100 escuelas del país son privadas. Mientras 80 por ciento de sus alumnos logran altas calificaciones, en las públicas sólo 43 por ciento alcanza el mismo nivel.
A algunas de las escuelas que fracasaron concurren sólo niños blancos de una segunda y tercera generación de padres desempleados, y no de inmigrantes con empuje que pretenden el éxito de sus hijos.
Así mismo, la calidad educativa se resiente en las escuelas públicas por la gran cantidad de alumnos en cada clase.
"No se debe a que usamos técnicas diferentes o nos basamos en teorías distintas. Nosotros, los maestros del sector público, hemos sido formados en los mismos colegios y con la misma ideología que nuestros colegas privados", opinó un maestro de primer año de la escuela de Roxbourne, al noroeste de Londres.
El informe anual del Jefe de Inspectores Escolares de Su Majestad declaró que el desempeño de los grupos étnicos minoritarios, en general, está mejorando, aunque con algunos resultados malos.
Si bien los alumnos de Bangladesh y Pakistán progresan una vez que dominan el inglés, el resultado promedio al finalizar el Segundo Nivel Básico (un examen tomado a nivel de escuela primaria) sigue siendo más bajo que el promedio nacional.
Alumnos caribeños negros aprenden según el promedio nacional, pero generalmente no están bien representados en el Primer y Segundo Nivel Básico (anbos exámenes a nivel de escuela primaria).
El informe agrego que "el rendimiento de los niños en Literatura sigue siendo preocupante, si bien la brecha entre chicos y chicas que leen se redujo. La única zona del programa didáctico en que los niños se desempeñan mejor es en cálculo aritmético mental".
El jefe de inspectores escolares, Chris Woodhead, declaró que si "la calidad ha de subir en las escuelas primarias, entonces los maestros deben poder acceder a una formación de alta calidad destinada a profundizar sus conocimientos".
"Debemos elevar las bases literarias y aritméticas en la primaria para mejorar la transición a la secundaria, mejorar el Tercer Nivel Básico y encarar opciones de formación vocacional y laboral en el Cuarto Nivel Básico", propuso.
Para promover la diversificación educativa, el gobierno invitó a empresarios, iglesias y entidades de caridad a crear una red de academias especializadas urbanas, un nuevo tipo de escuelas secundarias fuera del control de las autoridades locales.
El plan es similar a los colegios tecnológicos de ciudad, una iniciativa del Partido Conservador lanzada en 1988 en un intento de introducir métodos de negocios en zonas desventajadas. (FIN/IPS/tra-en/nb/sm/ego/aq/ed/00