/BOLETIN-DD HH/ ARGENTINA-CHILE: Gobiernos defienden acuerdo en voto contra Cuba

La canciller de Chile, Soledad Alvear, destacó la forma concertada en que su gobierno y el de Argentina decidieron votar en la Organización de Naciones Unidas (ONU) a favor de la resolución que condenó a Cuba por su situación de derechos humanos.

Miembros de la coalición que gobierna Chile criticaron el voto en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, el martes, que consideraron un alineamiento de la administración de Ricardo Lagos con la posición beligerante de Estados Unidos frente a Cuba.

Idéntica reacción tuvieron en Argentina numerosos ministros del presidente Fernando de la Rúa.

Alvear, quien inició el martes en Argentina su primer viaje al exterior como canciller chilena, señaló que los gobiernos de los dos países limítrofes están interesados en alcanzar una creciente coordinación en materia de política internacional e integración económica.

Argentina, Chile, El Salvador y Guatemala fueron los únicos países latinoamericanos que apoyaron la moción de condena a Cuba presentada en Ginebra por la República Checa y Polonia y respaldada por Estados Unidos, que triunfó el martes, por 21 votos a favor, 18 en contra y 14 abstenciones.

Brasil, socio de Argentina en el Mercado Común del Sur (Mercosur) se abstuvo, al igual que México y Colombia, en tanto los votos latinoamericanos en contra de la moción correspondieron a Venezuela y Perú.

Al mismo tiempo, las representaciones argentina y chilena en Ginebra contribuyeron a que la comisión aceptara un "voto de no acción" planteado por China, con lo cual se impidió que la ONU se pronunciara sobre las violaciones de derechos humanos de que se acusa a Beijing.

Lagos y De la Rúa sostuvieron contactos hasta último minuto sobre la postura común que adoptarían en Ginebra y finalmente optaron por apoyar la condena al gobierno de Fidel Castro, aunque habrían preferido una resolución que simultáneamente impugnara el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba.

En ese sentido se sumaron a la presentación que realizó Portugal en nombre de la Unión Europea, bloque con el cual se sienten cercanos tanto el mandatario argentino como el chileno a través de sus vínculos con la Internacional Socialista.

Lagos, un socialista moderado, gobierna desde el 11 de marzo en Chile como líder de una coalición con demócrata cristianos y socialdemócratas, en tanto De la Rúa, de la centrista Unión Cívica Radical (UCR), accedió al poder en diciembre de 1999 en alianza con el centroizquierdista Frente País Solidario (Frepaso).

El canciller argentino Adalberto Rodríguez Giavarini, anfitrión de Alvear en Buenos Aires, destacó la coincidencia con la Internacional Socialista, pero reconoció que será necesaria en el futuro una política coordinada del Mercosur ante el caso cubano.

La desvinculación de Argentina del Mercosur en este caso, la negativa a condenar los abusos represivos en China, el alineamiento con Washington y el continuismo de la política que frente a Cuba mantuvo el anterior gobierno justicialista de Carlos Menem motivaron críticas de varios ministros a la cancillería.

Rodríguez Giavarini soportó el martes, en un consejo de ministros, un virtual emplazamiento del jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, y de los titulares de Infraestructura, Nicolás Gallo, Interior, Federico Storani, Desarrollo Social, Graciela Fernández, y Justicia, Ricardo Gil.

La UCR, partido al que pertenece De la Rúa, se opuso a la condena a Cuba en Ginebra entre 1983 y 1989, cuando gobernaba su líder Raúl Alfonsín, quien se manifestó en desacuerdo con el voto de este martes. "Yo sostengo la abstención", dijo el ex mandatario.

En Chile, también Lagos debió hacerse cargo del malestar de los partidos Socialista (PS) y Por la Democracia (PPD), que lo reconocen como líder natural y lo llevaron a la Presidencia tras derrotar en comicios internos de la coalición gobernante en 1999 a sus aliados democristianos.

El anterior gobierno, encabezado por el demócrata cristiano Eduardo Frei, apoyó en 1999 la condena a Cuba en la ONU, tras abstenerse en 1998, lo cual le reportó en su momento críticas del PS y el PPD.

El senador socialista Jaime Gazmuri dijo que espera en el futuro una posición "más equilibrada" de Chile sobre Cuba, en tanto el senador Sergio Bitar, presidente del PPD, destacó que el voto chileno fue coincidente con el de gobiernos afiliados a la IS, como los de Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania y Suecia.

El opositor Partido Comunista reaccionó airadamente y calificó la condena chilena a Cuba de "sometimiento del gobierno de Lagos a las presiones norteamericanas".

El presidente anticipó que la próxima semana, Chile votará a favor en Ginebra la propuesta de condena del bloqueo económico estadounidense que presentará Cuba.

Lagos y De la Rúa planean impulsar un nuevo tratamiento internacional del caso de Cuba, ya que a su juicio, la isla concita la atención internacional cada vez que se realizan estas votaciones en Ginebra y el resto del tiempo la comunidad mundial se desentiende del país caribeño.

Para el socialista Lagos, ésta fue la primera gran prueba de su política exterior, en un contexto en que pesan tanto factores históricos como situaciones de la contingencia interna.

Resultaba difícil para el gobierno chileno respaldar a Castro, en un momento en que la derecha insiste en desenterrar viejas acusaciones contra la supuesta intervención del líder cubano en Chile bajo el gobierno de Salvador Allende (1970-1973).

Según las Fuerzas Armadas, ese antecedente contribuyó al derrocamiento del gobierno de Allende, el 11 de septiembre de 1973. Agregan que, tras el golpe de Estado, Castro apoyó y financió intentos de levantamiento contra el régimen militar.

La reactualización de ese debate resulta particularmente sensible a una semana del inicio en Chile del juicio sobre la inmunidad legislativa del ex dictador y actual senador vitalicio Augusto Pinochet, acusado de violaciones a los derechos humanos.

Frente al riesgo de desatar una polémica interna con las figuras de Castro y Pinochet como protagonistas, Lagos optó por votar contra Cuba en la ONU y adelantarse así a un posible debate, aunque la posición más coherente con su política exterior habría sido la de abstenerse en Ginebra. (FIN/IPS/ggr/ip hd/00

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