COSTA DE MARFIL: Golpe militar plantea dilema a donantes

Los pedidos del nuevo gobierno militar de Costa de Marfil plantearon un dilema a los donantes internacionales, que no saben si otorgar los créditos que la junta necesita para dirigir al país o cortar los fondos a una potencia regional.

Por un lado, la comunidad internacional tiene una obligación consagrada de denunciar los golpes militares y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los países occidentales así lo hicieron esta semana, especialmente porque se trata del primer golpe en el país africano desde que se independizó de Francia en 1960.

Por otro lado, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya le habían dado la espalda al gobierno del presidente Henri Konan Bedie, que fue derrocado la víspera de Navidad, y la nueva junta militar prometió reconocer que la ayuda económica recibida por Costa de Marfil fue "derrochada".

Costa de Marfil, cuya población es de 19 millones de habitantes, es un gigante económico en la región y representa alrededor de 40 por ciento de la producción económica del bloque de ocho naciones conocido como la Comunidad Financiera Africana de la Zona del Franco.

Es también la segunda economía más grande, después de Nigeria, de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS).

El brigadier general Robert Guei, que se presenta como el "líder a desgana" de lo que comenzó como una revuelta militar contra las malas condiciones de trabajo y los bajos salarios, no ha perdido el tiempo en responder a las preocupaciones de los donantes.

"El dinero que sus países nos dieron ha sido derrochado", dijo abruptamente en Abidján, la capital comercial del país.

"Haremos una auditoría de todas las instituciones de la república", dijo, y pidió a los donantes que le proporcionaran "el archivo, la prueba de lo que nos dieron".

Guei prometió un retorno "ordenado" a la democracia, "cuanto más pronto mejor", pero no dijo si las elecciones presidenciales fijadas para octubre se realizarán.

"Las elecciones son buenas, sí, pero primero ayúdennos a permitir que los habitantes de Costa de Marfil puedan vivir, a asegurar que todos los empleados públicos reciban su salario a fin de mes, a que la deuda externa que contrajimos sea pagada, a que no siempre tengamos que pedir a nuestros amigos europeos que reprogramen nuestros pagos", pidió Guei.

Un funcionario de una agencia de ayuda con sede en Washington dijo que Costa de Marfil "es un caso importante y, como (el nuevo gobernante militar de Pakistán, el general Pervez) Musharaf, Guei está diciendo algunas de las cosas adecuadas".

"Sin embargo, debemos ver cómo resulta la política antes tomar las decisiones económicas", agregó.

Estados Unidos suspendió esta semana toda la ayuda bilateral y las transferencias de armas a Costa de Marfil, y el Departamento de Estado dijo que Washington reconsideraría su apoyo a préstamos internacionales del Banco Mundial, el FMI y otras instituciones financieras internacionales.

Sin embargo, esas son medidas automáticas establecidas por la ley de Estados Unidos y fuentes políticas dijeron que ya comenzaron gestiones más matizadas para evaluar la situación.

Francia, ex gobernante colonial de Costa de Marfil, pidió a la Unión Europea que negociara con Guei el retorno a la democracia. Según funcionarios franceses, se podrían aplicar sanciones si no se llegara a un acuerdo satisfactorio en un plazo de 30 días.

Diplomáticos europeos también señalaron que el acuerdo de Lomé establece mecanismos para detener la ayuda luego de acontecimientos como el golpe de Estado de la semana pasada.

Aunque los funcionarios del FMI y del Banco Mundial no comentaron la situación, integrantes del personal de operaciones dijeron que seguían de cerca los acontecimientos.

Los funcionarios esperan avances tangibles respecto de la corrupción y la transparencia y el cumplimiento del compromiso con las medidas de restructuración económica acordadas con el FMI, que el gobierno de Bedie no cumplió. Estas incluyen una revisión general de las finanzas estatales y la liberalización de los sectores del cacao y el café, orientados a la exportación.

Las reuniones entre las autoridades de Costa de Marfil y las instituciones de Bretton Woods fueron fijadas para marzo.

Sin embargo, en lo que parece ser una señal de la confusión que sobrevendrá, dos delegaciones rivales de Costa de Marfil se presentaron en Mali el miércoles para una reunión de los cancilleres de ECOWAS, convocada para discutir el golpe.

La nueva junta envió una delegación encabezada por su segundo oficial, el general Abdoulaye Coulibaly. Sin embargo, también se presentaron representantes del gobierno derrocado, liderados por el ex ministro de defensa, Vincent Baudanna N'Gatta.

Igual que Bedie, N'Gatta y el depuesto primer ministro Daniel Kablan Duncan huyeron a Togo bajo protección francesa el fin de semana.

También el miércoles, el candidato presidencial exiliado y ex subdirector general del FMI Allassane Ouattara regresó a Abidjan desde Francia.

Ouattara se convirtió en un símbolo de la profunda crisis política de Costa de Marfil este año, cuando Bedie le prohibió presentarse como candidato e hizo que lo encarcelaran brevemente argumentando que no había nacido en el país. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/at-mlm/ip-dv/99

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