Los bosques protegidos por gobiernos de los países en desarrollo están cada vez menos protegidos, según un informe divulgado esta semana.
El estudio, realizado por la Unión Mundial por la Naturaleza (UICN), reveló que apenas uno por ciento de las áreas protegidas son administradas de manera adecuada y están seguras contra cualquier amenaza previsible, en diez países en desarrollo muy importantes desde el punto de vista ambiental.
Los expertos de la UICN evaluaron en el estudio dado a conocer el jueves el estado de bosques protegidos en Brasil, China, Gabón, Indonesia, México, Papua Nueva Guinea, Perú, Rusia, Tanzania, y Vietnam.
Alrededor de 11 por ciento de las áreas protegidas en esos países están profunda o considerablemente degradadas según el informe, realizado por encargo de la Alianza Banco Mundial/Fundación Mundial para la Naturaleza (WWF), creada para promover la conservación y el uso sustentable de los bosques en el mundo en desarrollo.
"Esta nueva investigación destaca la urgente necesidad de administrar las áreas protegidas en forma más eficaz, a fin de preservarlas para las personas y la vida salvaje que dependen de ellas para su supervivencia", dijo Kathryn Fuller, presidenta de WWF Estados Unidos.
Fuller y el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, realizaron una evaluación de la alianza entre sus instituciones en la sede del banco, en Washington, junto a dirigentes de varios grupos ambientalistas.
"Esto es un desafío mundial", dijo Wolfensohn, cuya agencia fue duramente criticada en el pasado por financiar proyectos y políticas que dañaban los bosques, en especial en las áreas tropicales.
Wolfensohn y Fuller señalaron que las alarmantes comprobaciones de la UICN harán que se agregue a la agenda de la Alianza el objetivo de asegurar que 50 millones de hectáreas de bosques ya protegidos pero muy degradados sean administradas de manera eficaz antes del 2005.
Los bosques de zonas templadas y tropicales están siendo talados a razón de 23 hectáreas por minuto. Se talan 12 millones de hectáreas por año, una superficie equivalente a la de Grecia.
Las principales amenazas a los bosques de los países pobres incluyen la explotación forestal, la minería, la agricultura y la cría de ganado. Unos 350 millones de pobres que habitan áreas rurales e indígenas de los bosques del mundo todavía dependen de ellos para vivir, según el informe.
La Alianza, una sociedad poco frecuente entre el Banco Mundial y una importante organización no gubernamental (ONG) ambientalista, incluye a otras ONG.
Entre ellas están Conservación Internacional, Conservación de la Naturaleza, el Instituto Internacional para el Ambiente y el Desarrollo, el Instituto de Recursos Mundiales, Recursos para el Futuro y la UICN. También participan diversas instituciones forestales nacionales e internacionales.
Alemania, Holanda, Suiza y el Fondo Global de Medio Ambiente han realizado aportes económicos a la Alianza, que el año próximo también recibirá apoyo financiero de Finlandia y Noruega.
Los dos principales objetivos iniciales de la Alianza para el 2005 fueron convencer a los gobiernos participantes de que protegieran 50 millones de hectáreas más de bosques, y lograr que 200 millones de hectáreas ya explotadas de bosques fueran administradas de modo sustentable, bajo supervisión independiente.
El primer objetivo ya fue alcanzado. Los gobiernos de Brasil, Perú y las seis naciones de la Cuenca del Congo, el área donde se encuentran los mayores bosques tropicales de Africa, acordaron proteger unos 34 millones de hectáreas de sus tierras.
La Alianza también trabajó en estrecha colaboración con los gobiernos de Camboya, China, Georgia, Indonesia, Laos, Letonia, Madagascar y Vietnam, que son algunos de los 22 países que participan de la organización.
Sin embargo, la declaración de que un área está protegida no significa que lo esté, como mostró la investigación de la UICN.
Ese informe reveló que casi 25 por ciento de las áreas protegidas están degradadas o muy degradadas, y que 60 por ciento de ellas enfrentarán amenazas en el futuro, aunque en la actualidad sean seguras debido a su ubicación alejada.
Menos de 25 por ciento de las áreas protegidas se consideran "bien administradas y con buena infraestructura" y la administración de 69 por ciento de los bosques protegidos se consideró inadecuada o inexistente.
Según la UICN, la mayor amenaza inmediata para la mayoría de los bosques protegidos surge de las operaciones de explotación forestal y minería.
La agricultura, el pastoreo excesivo, los asentamientos humanos, la caza, el comercio de animales exóticos, los incendios, la guerra, el turismo y la introducción e invasión de especies no nativas también fueron mencionados como factores de riesgo.
Nigel Dudley, autor del informe, declaró que la mayoría de las operaciones de explotación forestal y minera en las áreas protegidas son realizadas por compañías locales, las cuales venden con frecuencia los productos que obtienen a firmas transnacionales occidentales.
"Gran parte de la madera obtenida en forma ilegal termina en Occidente", afirmó.
Wolfensohn apuntó que el Banco Mundial intenta convencer a las compañías madereras locales de que pongan fin a la tala depredadora, y agregó que algunos de los países asiáticos más grandes y otros europeos llevan a cabo esa actividad, en especial en Africa.
Según el informe, entre las causas de la explotación forestal ilegal en áreas protegidas están los altos niveles de consumo en los países más ricos.
Otra razón es la pobreza persistente en los países en desarrollo, causada por múltiples factores.
Entre elos están el endeudamiento, la presión para aumentar el crecimiento económico y el comercio y el desarrollo, la estructura de tenencia de la tierra, el auemnto de la población, la corrupción, la falta de capacitación y las relaciones sociales, en especial la discriminación contra la mujer. (FIN/IPS/tra- en/jl/mk/at/mp/en ip/99