EUSEBIO LEAL: La reinvención de La Habana Vieja

La ciudad del futuro es uno de los mayores desafíos a la humanidad, afirma Eusebio Leal, un historiador empeñado en restaurar el patrimonio cultural de la capital de Cuba para salvar el alma de la nación.

Puesto al frente de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana desde 1969, Leal carga con la responsabilidad de rescatar casi de las ruinas y para el disfrute de todos el centro histórico de la capital.

Primero fue un Palacio, después las fortalezas coloniales españolas y poco a poco se fueron sumando casas, templos y calles enteras, salvadas de años y años de abandono. Ahora, La Habana Vieja se abre al turismo en busca de recursos para salvar el patrimonio histórico local y mejorar la vida de su gente.

A la voluntad y capacidad de gestión de Leal se debe, en gran medida, que la ciudad antigua, declarada en 1986 Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco), viva el momento de mayor dinamismo en materia de construcción de las últimas cuatro décadas.

"La Habana Vieja para sus habitantes", es la máxima de Leal, que insiste en que los ingresos del turismo contribuyan a restaurar escuelas, mantener un centro materno o convertir un antiguo convento en el primer asilo de ancianos que tendrá esa zona de la capital de Cuba.

Leal es profesor invitado en universidades europeas y de América, catedrático de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, maestro de Arqueología, asesor de instituciones científicas internacionales y diputado al parlamento cubano.

Es miembro correspondiente de tres Reales Academias de España: la de Historia, la de la Lengua y la de Bellas Artes de San Fernando. Ha recibido, entre otras, la Medalla Víctor Hugo de la UNESCO y la Orden de las Artes y las Letras de Francia.

Sueña con salvar lo rescatable, pero sabe que no llegará a tiempo para recuperar todo lo que quisiera. Pero de algo está seguro: La Habana debe conservar su alma.

IPS: ¿Cómo concibe usted las ciudades del futuro, las grandes urbes de América Latina?

LEAL: La ciudad futura es uno de los más grandes desafíos de la humanidad. La ciudad es una invención del hombre. Cada ciudad tiene su personalidad, su identidad, se va reinventando por generaciones.

Algunas padecen enfermedades incurables, otras están deformadas o cambiadas. En muchos casos son campamentos inseguros e invivibles.

Todo eso lo he visto. Pero hay en el continente un fuerte movimiento que busca restaurar y salvar, precisamente para evitar que perezca la identidad, como en ciudad México, la más grande ciudad de este continente, o en Santo Domingo.

Es un movimiento que ha sido heroico en Puerto Rico, conducido por Ricardo Alegría. Allí, la defensa del centro histórico ha sido tambien el símbolo del rescate de la identidad de la nación puertorriqueña.

Se hace exactamente igual en Bogotá. Hay inquietudes enormes en ciudades en que todo o casi todo se ha perdido, como Caracas o Santiago de Chile. Hay una voluntad compartida en el continente.

IPS: Esa voluntad, ¿se traduce en una conciencia social?

LEAL: Yo salgo a la calle en esta ciudad y todo el mundo me habla de La Habana Vieja y de una u otra forma se habla del tema, de modo que La Habana Vieja se ha convertido en el corazón, ha vuelto a latir como corazón. En otros lugares, ese latido no se percibe. No alcanza, como aquí en Cuba, a convertirse en una conciencia social

IPS: Uno de los grandes problemas de las grandes urbes es la agresión al ambiente, el alto grado de contaminación que sufren muchas de ellas. ¿Cree usted que hay conciencia de la gravedad del asunto?

LEAL: En muchos casos solamente se toma en cuenta (los problemas) cuando ocurre la catástrofe, cuando el televisor anuncia dramáticamente que esta mañana se superan los límites de lo que puede ser soportado en cuanto a contaminación.

Llegado ese momento hay que tomar decisiones terribles, para hacer que no salgan una cantidad de automóviles a la calle, porque es demencial la propuesta de la sociedad de consumo de vender miles y miles de automóviles en espacios urbanos. ¿Qué pasaría si cada ciudadano de China tuviese un automóvil?

Hay que tratar de resolver las cuestiones esenciales de la dignidad humana, pero hay que hacer una apelación profunda, grande y salvadora, a los valores espirituales.

IPS: ¿Qué nos deja de bueno y malo el siglo que ya despedimos?

LEAL: Ha sido un siglo de grandes calamidades, pero también deja grandes adelantos, inventos, grandes sueños y grandes utopías, e ideas que no han sido derrotadas.

Porque el sueño de una sociedad más solidaria, más comprometida, más humana, el sueño de la justicia social, el sueño de la paz no puede ser de ninguna forma desestimado. Podemos morir nosotros, que tenemos una vida limitada, pero las ideas no.

IPS: Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo, dijo el sabio griego Arquímedes de Siracusa. ¿Cuál fue el punto de apoyo para rescatar el patrimonio cultural de La Habana Vieja?

LEAL: Yo pienso que el punto de apoyo para nosotros fue realizar un proyecto institucional de recuperación de la memoria social de la historia, en La Habana Vieja, que no ha sido sólo para este pequeño espacio, sino que es también un discurso para Cuba y otros países.

Hoy ya podemos decir que la recuperación de La Habana Vieja es un empeño para el futuro y se va cumpliendo el sueño de una ciudad para todos. En eso estoy, ese es el sentido de la palanca, un punto de partida. (SIGUE/2-E

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