La Constitución que entrará en vigencia en Venezuela en el 2000 formaliza el reclamo de casi dos tercios del territorio de Guyana, detalla la soberanía sobre islas y reivindica los derechos nacionales sobre el "espacio ultraterrestre suprayacente".
"Planteamos volver al territorio que tenía Venezuela cuando era una capitanía general" antes de 1810, en tiempos de la colonia española, comentó esta semana el vicepresidente de la Asamblea Constituyente, Isaías Rodríguez.
El artículo 10 del proyecto que redacta la Asamblea Constituyente establece ese propósito, aunque reconoce las modificaciones por tratados y laudos "no viciados de nulidad" firmados posteriormente.
Esto explica buena parte de la reducción del territorio en casi dos siglos, de 2,8 millones a 916.000 kilómetros cuadrados, pero mantiene vigente, ahora con rango constitucional, el reclamo de Esequibo, que forma parte de Guyana.
El artículo 10 "nos permite discutir y reclamar", dijo Rodríguez. Venezuela considera "nulo e írrito" el laudo arbitral de 1899 que concedió a la entonces Guayana Británica el territorio de Esequibo, de 159.000 kilómetros cuadrados.
El ministro de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel, consideró positiva la decisión de los constituyentes. "Siempre hemos desconocido ese laudo", comentó.
Rangel, sin embargo, precisó que el ánimo de Venezuela no es "avasallar a nadie". Este país ha manifestado que le interesa reanudar las conversaciones con Guyana, en el marco de un acuerdo de 1966 que compromete a los dos países a buscar "soluciones prácticas".
Los 131 miembros de la Asamblea comenzaron a trabajar el 3 de agosto en la elaboración de la Constitución, y el 18 de este mes se inició la discusión en sesión plenaria de un borrador de más de 400 artículos.
Las reivindicaciones territoriales acapararon el debate en la tercera jornada, que estuvo lleno de argumentaciones y precisiones sobre el espacio geográfico de Venezuela y salpicado de llamados nacionalistas a defender a toda costa la soberanía.
El artículo 11 del proyecto de Constitución, que define los espacios de soberanía, fue el más extenso entre los aprobados hasta el momento, pues no sólo menciona el "espacio insular", sino que enumera islas y archipiélagos.
Los medios de comunicación no dejaron de notar que en primer lugar aparece el archipiélago de Los Monjes, que ha figurado en algunas disputas territoriales con Colombia.
La nueva carta fundamental también reivindicará "el espacio atlántico, amazónico y andino", que los constituyentes vinculan "al concepto estratégico nacional y sus objetivos".
Por primera vez, una Constitución de este país contendrá referencias más allá del espacio aéreo, para reclamar derechos en el "espacio ultraterrestre suprayacente", que fueron extensamente argumentados por los constituyentes.
La Constitución se refiere específicamente al uso de la órbita geoestacionaria, donde giran numerosos satélites, y al del espectro electromagnético, esencial para las telecomunicaciones.
En la nueva carta fundamental se precisa que el uso de la órbita geoestacionaria se reglamentaría "en los términos, extensión y condiciones que determinen los acuerdos internacionales y las leyes de la República".
Todas estas precisiones dan una visible prioridad a la definición territorial del país, que en la Constitución a reemplazarse, vigente desde 1961, ocupa apenas un breve artículo de dos párrafos, poco específico. (FIN/IPS/lc/mj/ip/99
