El embarazo precoz es un problema creciente y doblemente perverso en Brasil, al afectar de manera especial a las adolescentes pobres y menos escolarizadas, revela un estudio divulgado hoy por el diario Folha de Sao Paulo.
Hay una relación directa entre nivel de escolaridad y maternidad infantil o juvenil, según el trabajo elaborado por la Sociedad Civil Bienestar Familiar.
Entre las mujeres de 15 a 19 años de edad encuestadas, 34 por ciento de las que estudiaron hasta tres años ya son madres o están embarazadas. Este índice baja a 18 por ciento si estuvieron en la escuela por cinco a ocho años, y a solo seis por ciento en caso de 9 a 11 años de frecuencia escolar.
Eso es inversamente proporcional al uso de anticonceptivos, cinco veces más elevado entre las adolescentes de mayor escolaridad, en comparación con las que tuvieron menos acceso a la enseñanza.
Pero en el origen del fenómeno están la pobreza y actividad sexual cada día más precoz.
Una encuesta hecha por el Centro Brasileño de Análisis y Planificación para el Ministerio de Salud entre mujeres de 16 a 65 años registró que 32 por ciento de las consultadas dijeron haberse iniciado sexualmente antes de los 15 años.
La evolución fue acelerada, ya que un estudio similar de 1984 apuntó solo 14 por ciento de mujeres que tuvieron experiencias sexuales con menos de 15 años, mientras entre los hombres el avance fue de 35 para 47 por ciento.
Ese adelanto sexual preocupó al ministro de Salud, José Serra, por los problemas sociales que involucra y por el riesgo de enfermedades sexualmente transmisibles. La investigación se hizo para orientar campañas contra el síndrome de inmunodefinciencia adquirida (sida).
Serra acusó a la televisión de estimular el sexo desde tierna edad "como en ningún otro país del mundo", por exhibir demasiadas imágenes de sensualidad, incluso en horarios de gran audiencia infantil.
Una famosa presentadora de televisión y protagonista de numerosas películas infantiles, Xuxa Meneghel, fue blanco de ataques de Serra, por haber alabado públicamente la "producción independiente", es decir la crianza de hijos por mujeres solas.
La televisión y la prensa hicieron del nacimiento del hijo de Xuxa, el año pasado, un tema de permanente cobertura en los mínimos detalles, lo que habría contribuido, según el ministro, a aumentar la cantidad de niñas embarazadas en el país.
De los 2,6 millones de partos ocurridos en 1998 en los hospitales públicos, 1,22 por ciento correspondió a niñas de 10 a 14 años y 25,47 por ciento a adolescentes de 15 a 19 años.
Los datos indican que el fenómeno de las madres adolescentes ocurre principalmente entre los pobres. Las regiones más pobres de Brasil, como el nordeste y el norte, registran los más elevados índices de embarazo precoz.
La causa no es tanto la escasez de información sino la falta de horizontes, de buenas escuelas, esparcimiento y, principalmente, empleos para la juventud pobre, indican expertas como Albertina Duarte, coordinadora del Programa del Adolescente de Sao Paulo.
Duarte, que dirige más de 100 centros de orientación para la vida y atención sanitaria a adolescentes, asegura que en muchos casos la maternidad llega a ser deseada como la única vía para un cambio de vida.
Muchos de los graves problemas brasileños se concentran en la juventud. Cerca de mitad de los desempleados del país tienen menos de 24 años y es también la población de mayor incidencia de muertes violentas.
Para enfrentar esos problemas el gobierno trata últimamente de formular políticas específicas para los jóvenes y adolescentes del país, incluyendo una amplia reforma de la enseñanza secundaria.
Los problemas se multiplican para las niñas y adolescentes embarazadas o ya madres. En general dejan de concurrir a la escuela, son abandonadas por las familias pobres y quedan sin condiciones de ingresar en el mercado de trabajo.
Sin perspectivas en la vida, 40 por ciento de ellas vuelven a embarazarse en los tres años siguientes al nacimiento de su primer hijo, señaló las estadísticas del Ministerio de Salud. (FIN/IPS/mo/dm/dv hd/99
