/BOLETIN-DD HH/ SALUD: El Nobel premia la ley del desprendimiento

En mayo de 1996, en el centro de la capital haitiana, flaco y sin afeitar, cubierto por unos jeans gastados y una camiseta gris, el joven médico argentino disfrutaba de un vaso de agua mineral como de un licor exótico, y anunciaba sus planes: "me voy de aquí tan pronto termi ne mi misión".

La misión secreta de Jorge, voluntario de Médicos Sin Fronteras (MSF) en un policlínico provincial de Haití, veterano de Bosnia y Angola, consist ía en criar a una niña abandonada, enferma, desnutrida y sola, como casi todo s en esa isla heroica y abandonada del Caribe. Una misión generosa y sin fin .

Aparte de eso, atendía los problemas sin fondo de centenares de personas que jamás antes habían visto un médico. Mucho menos gratis.

El premio Nobel de la Paz concedido el viernes a la organización Medicins Sans Frontiers (MSF) sólo reconoce apenas el empeño de centenares de personas como Jorge, que ven en el sufrimiento anónimo y la injusticia la razón de su oficio.

El salario de Jorge en Haití era de 500 dólares. Una fortuna para los ciudadanos de ese país desventurado, y una miseria para todos los demás. El Premio Nóbel alcanza casi a un millón de dólares, mientras el presupu esto anual de MSF alcanza a 270 millones de dólares.

Con una modestia que recuerda a Jorge, el secretario general de MSF, Jean-Marie Kindermans, dijo que "con ese dinero trabajaremos más por las poblaciones olvidadas, para quienes es más difícil conseguir fondos".

"Estamos muy contentos y honrados", agregó.

Los médicos de MSF no van a los conflictos rodeados de cámaras de televisión, ni son los más activos en la difusión de comunicados de prensa.

No se meten en política, hacen pocas relaciones públicas, y generalme nte se quedan hasta el final, como Jorge, que contaba de una operación hecha e n el suelo en un hopsital cerca de Sarajevo, mientras por encima de sus cabezas circulaban las balas de los enemigos de turno.

MSF fue fundada en París en 1971, y su objetivo es aliviar la suerte de los que quedan atrapados en las guerras y desastres naturales que parecen marcar la globalización. En otras palavras, dondequiera que hay violencia y abusos, hay un Jorge de MFS para cuidar de la gente.

En Colombia, que sufre una guerra civil desde 1948 -informa la corresponsal de IPS- Médicos Sin Fronteras trabaja desde 1994 con grupos españoles, belgas y holandeses.

Marina Swiatkowski, de la delegación de MFS en Colombia, dijo a IPS que el premio es un reconocimiento a la labor de atención que han llevado a cabo para favorecer a la población meno favorecida, y en el caso de las zonas en conflicto, como el de Colombia, atendiendo el principio de neutralidad.

"La violencia aún domina las estadísticas de mortalidad y morbilidad en Colombia, donde la población está sujeta a los atropellos de las Fuerzas Armadas, las guerrillas, los grupos paramilitares y los narcotraficantes," dice MSF en un documento.

MSF subraya el viernes que "este premio Nobel llega en un tiempo en que más y más civiles spn objetivos de guerra, y cuando los principios humanitarios están bajo ataque".

"Lo más importante es que, para los voluntarios de MSF en todo el mundo, este premio Nobel porporciona un apoyo público de alto nivel para el derecho de las personas comunes a la asistencia humanitaria".

"Mentras familias enteras son expulsadas de sus casas en Timor Oriental y miles más son convertidos en objetivo militar en conflictos de todo el mundo -que no llegan a los títulos periodísticos- este premio Nobel es una importante confirmación de alto nivel del derecho fundamental de la gente a la asistencia humanitaria", dijo James Orbinski, presidente de MSF.

MSF considera el premio como una oportunidad para exigir libertad absoluta e irrestricta para llevar a cabo su mandato en más de 80 países , donde normalmente los agitadores de guerra lo consideran una molestia.

En Angola, país africano destrozado por más de 20 años de guerra ci vil, los médicos de MSF están trabajando en la rehabilitación del sistema de salud en dos tercios de las provincias.

La contribución de MSF en Angola incluye la asignación de médicos en los hospitales provinciales y municipales, incluyendo la supervisión de todas las salas en el hospital de Kuito, una ciudad en el centro de Amngola y escenario constante de la guerra, que cuenta con 300 camas.

Los programas de MFS en Angola incluyen también capacitación, prevenc ión de la tuberculosis, abastecimiento de medicamentos y asistencia administrativa. Más de 30.000 personas fueron vacunadas por los enviados d e MSF en la provincia angolana de Bie en abril último, cuando estalló una crisis de meningitis.

Los médicos de MSF estuvieron también presentes en el las labores humanitarias tras el terremoto que azotó en agosto a la región noroccidental de Turquía , que dejó centenares de miles de personas sin hogar, y cerca de 15.000 muertos.

En Timor Oriental, MFS organizó clínicas móviles para visitar áre as inseguras, tales como Liquisa, a 40 kilómetros de Dili, la capital. En la parte occidental de la isla timorense, bajo contro, indonesio, MSF está elaborando planes para reducir las enfermedades venéreas y la transmisió n del virus del Sida.

El programa incluye transmisiones de siscusión y educación por radio, y proyectos de distribución de agua potable a cerca de 800 mil personas.

En el sur de Sudán, una zona sometida a una cruenta guerra civil por m ás de 15 años, cerca de un millón de personas sufre de hambruna a raíz de las malas cosechas, para quienes MFS gestiona nueve centros de alimentación. (FIN/IPS/eu wd hd/ts/ak/99

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