Los pueblos indígenas de Venezuela lanzaron hoy una ofensiva ante la Asamblea Constituyente para lograr que sus intereses se vean reflejados por primera vez en la historia en la carta fundamental.
"No podemos seguir siendo invisibles", dijo este lunes Nohelí Pocaterra, miembro de la Constituyente, al advertir que los representantes indígenas ante este cuerpo desplegarán "toda la fuerza" para defender los derechos de sus pueblos.
Unos 200 delegados indígenas procedentes de toda Venezuela están reunidos desde el fin de semana en Caracas con el propósito de darle los "toques finales" a sus propuestas, para que sean consideradas en la nueva Constitución.
Los 131 miembros de la Asamblea Constituyente de Venezuela comenzaron a trabajar el 3 de agosto, con la misión de redactar una nueva Constitución en un máximo de seis meses.
El proceso cuenta con una representación sin precedentes de las etnias indígenas, que tienen seis delegados. Tres de ellos fueron elegidos en los comicios generales del 25 de julio, donde fueron seleccionados 128 delegados.
Los otros tres representantes, incluída Pocaterra, fueron designados por sus propias comunidades tras un amplio proceso de consulta que fue concebido para asegurar la participación de los indígenas en el proceso.
En Venezuela hay 28 etnias que agrupan a unos 500.000 indígenas. "Queremos que nuestros derechos sean reconocidos", reiteró este lunes Pocaterra, de la etnia wayúu, que habita en el noreste venezolano, en la frontera con Colombia.
La constituyente mencionó prioridades para los indígenas como el derecho a la cultura, a poseer los territorios donde habitan, así como derechos ambientales, socioculturales y a la doble nacionalidad para quienes viven en zonas limítrofes.
El punto de partida es el reconocimiento constitucional de Venezuela como una nación multicultural.
El Consejo Nacional Indígena de Venezuela (Conive), que participó activamente en el proceso de selección de delegados para la Asamblea Constituyente, ha planteado que aspiran a tener un capítulo especial en la nueva carta fundamental.
Ese sería un avance respecto de la Constitución vigente desde 1961, que hace una breve mención a los pueblos indígenas en uno de sus artículos, el 77, pero sólo para establecer un régimen de excepción cuando fuera necesario proteger las comunidades o promover "su incorporación progresiva".
Activistas indígenas han criticado esa Constitución porque promueve la asimilación como virtud y porque su régimen de excepción no se ha traducido en realidades, ni ha evitado la postergación de sus comunidades.
El presidente venezolano Hugo Chávez, que asumió el poder en febrero esgrimiendo la convocatoria a la Constituyente como su principal proyecto político, ha impulsado la participación de los indígenas en este proceso.
En un proyecto de Constitución que presentó a la Asamblea, el mandatario plantea el reconocimiento de la diversidad étnica y propone cinco artículos relacionados con los derechos de los pueblos indígenas.
Territorios inalienables de propiedad colectiva, lenguas oficiales en las zonas donde sean habladas, reconocimiento a la diversidad y el derecho y estímulo a la participación política están incluidos en el proyecto de Chávez.
Una comisión de la Asamblea deberá analizar las recomendaciones indígenas, las del mandatario y las de otros proyectos antes de incorporar el asunto a su anteproyecto.
Sin embargo, los primeros artículos de ese anteproyecto entregados al pleno de la Constituyente ya abordan la situación de los indígenas en dos artículos del título I.
"El Estado venezolano protege la diversidad étnica y cultural de la nación venezolana", dice el artículo 9.
El artículo 14, tras indicar que el español es idioma oficial, dice que "se respetan las lenguas y dialectos de los pueblos indígenas y sus formas de cultura autóctona". (FIN/IPS/lc/mj/ip hd pr/99
