GINEBRA – Un organismo de la ONU admitió su impotencia ante la gravedad de la violencia en Colombia y expresó comprensión con los esfuerzos del gobierno para eliminar la discriminación racial.
El Comité sobre la Eliminación de la Discriminación Racial estimó que ese país atraviesa una situación extremadamente delicada debido a la guerra civil y a sus consecuencias sobre los derechos humanos de sus 37 millones de habitantes.
El experto Theodoor Van Boven, de Holanda, reconoció que "al comité le resulta difícil decir lo que se puede hacer" ante la proliferación "de todo tipo de actividades militares y paramilitares arduas de controlar".
De todos modos, el comité dictaminó que las comunidades indígenas y negras afrontan marginalización política, pobreza extrema y sufren de manera desproporcionada los efectos de la violencia dominante en el país.
Pastor Murillo, asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, reconoció ante el comité problemas graves y estructurales que afectan el desarrollo y la igualdad de comunidades indígenas y negra. —-
