VENEZUELA: Una conquista indígena puede trocarse en burla

Los indígenas de Venezuela lograron tener tres representantes directos en la Asamblea Constituyente que se instalará en agosto, pero esa conquista histórica amenaza con trocarse en una burla por "maniobras del hombre blanco".

Los tres delegados de las 28 etnias que sobreviven en Venezuela fueron escogidos en un congreso extraordinario a fines de marzo "de acuerdo a sus usos y costumbres", como establecían inicialmente las bases comiciales para la Asamblea.

Pero en abril el Consejo Nacional Electoral (CNE) añadió a esas normas que la selección debía ser reglamentada por ese organismo. Hasta ahora el CNE no acogió el pedido de refrendar lo decidido por el congreso, que contó con la participación de 330 delegados y 60 organizaciones indígenas.

"Pedimos que se respeten nuestros acuerdos, nos sentimos indefensos y en incertidumbre", dijo a IPS José Poyo, presidente del Consejo Nacional Indígena de Venezuela (Conive), el organismo que desde hace dos décadas agrupa a las asociaciones indígenas y coordinó todo el proceso constituyente interno.

Poyo es uno de los siete dirigentes indígenas que aspiran a ocupar alguno de los otros 128 puestos que tendrá la Asamblea, en la elección nacional del 25 de julio, tras no resultar escogido como uno de los tres representantes directos por el congreso.

Una de las delegadas seleccionadas, Noelí Pocaterra, calificó la situación como "una falta de respeto del CNE, porque ellos fueron informados de que el congreso se iba a realizar, se les pidió participación y pudieron decir: paren el proceso".

Pocaterra pertenece a la etnia wuayúu, que agrupa a 53 por ciento de los casi 400.000 habitantes originarios del país, está situada en el noroccidental y petrolero estado de Zulia y comparte la región de la Guajira con Colombia.

Los otros dos representantes escogidos fueron el kariña Guillermo Guevara, coordinador de las organizaciones indígenas del Amazonas, al sur del país, y el pemón José Luis González, dirigente de la Gran Sabana y el resto del oriente del país.

Los tres son activistas destacados en las luchas indígenas, tienen gran ascendencia en sus regiones y mantienen proyección internacional. Pocaterra es vicepresidenta del Consejo Mundial de Pueblos Indígenas y Guevara vicepresidente del regional Consejo Indígena de la Cuenca Amazónica.

González dijo que "se pretende que la selección sea según los usos y costumbres del CNE y no los de nuestros pueblos", después de integrar una delegación de indígenas llegdos de todo el país hasta Caracas, para reunirse con las autoridades comiciales y demandarles que "homologuen la decisión del congreso".

Guevara explicó por teléfono desde el estado de Amazonas, a 1.000 kilómetros al sur de Caracas, que "sentimos que con esos tres puestos había el interés por primera vez de saldar una deuda de participación con nuestros pueblos".

"Pero 'el hombre blanco' quiere desconocer la decisión porque los partidos e intereses ajenos pretenden imponer figuras que se han 'criollizado' y sirven a su juego", afirmó el líder kariña.

En un documento en que Conive, decenas de otras organizaciones y caciques de los diferentes pueblos demandan al CNE respeto para sus derechos, se planteó que una nueva elección "haría el juego a algunos indígenas y supuestos indigenistas vinculados a los sectores más corruptos de AD y Copei".

AD (Acción Democrática) y Copei son los dos partidos que mantuvieron la hegemonia del poder por 41 años y fueron barridos del poder por el actual presidente, Hugo Chávez, un teniente coronel retirado de 44 años que mantiene una alta popularidad.

El proyecto de una Asamblea Constituyente que rediseñe políticamente el país fue la gran bandera de Chávez durante la campaña electoral que lo condujo al gobierno el 2 de febrero, y desde que era candidato prometió que los indígenas tendrían una represntación especial, algo inédito en Venezuela.

La Constitución de 1961, que será reescrita por la Asamblea durante 180 días de funcionamiento, estableció un régimen de excepción y otros mecanismos para proteger los derechos índigenas. Pero, pese a ello, los pobladores originarios soportan una dramática postergación y el irrespeto a sus derechos.

La idea de Chávez de dar representación a los indígenas fue respaldada ampliamente en las consultas que el gobernante hizo para lanzar las bases comiciales de la Asamblea, refrendadas con más de 80 por ciento en un referendo, el 25 de abril.

Los indígenas habían comenzado un proceso constituyente desde que ganó la presidencia Chávez, quien llegó al poder con el fervoroso apoyo de los más desposeidos, gracias a un discurso nacionalista y de hondo contenido social, al frente de una alianza de casi toda la izquierda y antiguos oficiales golpistas.

La Corte Suprema de Justicia ordenó al CNE, poco antes del referendo, la revisión de las bases propuestas por el presidente, ante una demanda para restringir los poderes de la Asamblea. Pero pocos advirtieron en que entre las modificaciones se introdujeron cambios en el parágrafo especial para los indígenas.

Inicialmente, se debían elegir 103 constituyentes, de los cuales tres serían indígenas, lo que el CNE amplió a 131 miembros, sin aumentar los representantes aborígenes.

La primera redacción indicaba que en atención al régimen de excepción y a los tratados internacionales suscritos por el país, los indígenas tendrían tres delegados "escogidos de acuerdo a sus usos, costumbres y prácticas ancestrales".

El CNE puntualizó que los tres indígenas serán "electos de acuerdo a la previsión reglamentaria que a los efectos dicte" el organismo, "tomando en cuenta sus costumbres y prácticas".

"Cuando el CNE modificó la norma, sabía que nosotros ya habíamos culminado el proceso de escogencia", dijo Pocaterra desde la ciudad de Maracaibo, 800 kilómetros al oeste de Caracas.

Los líderes indígenas insistieron en que el CNE fue invitado al congreso de tres días y que, de hecho, participó una delegada de la junta electoral de la región en que se realizó la reunión.

También explicaron que el congreso requirió gastos y esfuerzos de organización para movilizar a todos los delegados hasta la sudoccidental y ancestral Gran Sabana, con indígenas caminando por días y otros viajando en algún avión que se logró prestado.

"Tanto esfuerzo no puede perderse, fue una experiencia hermosa que marca un hito en nuestra historia y no aceptamos que por politiquería se desconozca", comentó el yekuana José Estaba, directivo de Conive y cacique de una comunidad de su pueblo.

Pocaterra contó que fueron jornadas de hablar día y noche, de acuerdo a su tradición oral, en conciliabulos destinados a decidir como escoger los tres delegados, de forma que representasen a las tres grandes regiones de sus pueblos y se tuviese en cuenta a las minorías y a la pluralidad de culturas.

Algunos dirigentes wuayúu pretendían que esa etnia tuviese dos delegados, por su población mayoritaría. Pero Pocaterra indicó su desacuerdo porque "eso sería hacer a las minorías lo que pedimos que no nos haga a nosotros la sociedad criolla (blanca)". (Fin/IPS/eg/pr la/99

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