Un grupo de mujeres policías de Argentina se acuarteló en reclamo del pago de salarios adeudados a maestros, médicos, policías y funcionarios de la provincia de Corrientes, y arrastró hoy en su acción a numerosos agentes varones.
"No queremos salir a reprimir a la ciudadanía. Queremos acompañarla en sus reclamos porque los policías también somos personas y tenemos hijos que desde hace dos meses que no tienen escuelas ni médicos", denunció una de las insubordinadas.
La decisión de seis agentes de la comisaría de la mujer de la provincia de Corrientes, al noreste de Buenos Aires, puso de relieve el severo conflicto financiero que arrastra ese distrito, donde el gobierno adeuda salarios a toda la administración pública.
El gobernador Pedro Braillard admitió que intenta sin éxito hace un año y medio refinanciar pasivos de la deuda provincial que vencían en 1998 y 1999. La deuda asciende a 1.000 millones de dólares y 230 millones se deben cancelar este año.
"Esta es la realidad de numerosas provincias. Tenemos una retención feroz de nuestros recursos y no tenemos dinero para cumplir con compromisos mínimos como el pago de sueldos", reconoció Braillard.
A raíz del pago de la deuda, acumulada por los sucesivos gobiernos de esa provincia desde 1983, la administración no abonó en 1998 la segunda mitad del sueldo extraordinario que se abona por ley en todo el país. El atraso salarial de 1999 es de dos meses.
La demora en el pago de salarios mantiene en protesta casi permanente a los maestros, que están en huelga hace dos meses sin dictar cursos, y con varias decenas de tiendas de campaña en la plaza frente a la Casa de Gobierno provincial.
Tampoco los médicos y enfermeros reciben sus salarios, ni el personal del Poder Judicial, el de la administración pública y el de la Policía provincial. Este martes comenzó la protesta en la Comisaría de la Mujer.
La Legislatura provincial sufrió este miércoles la interrupción de la corriente eléctrica por falta de pago, y el servicio de salud que atiende a los trabajadores públicos provinciales y a sus familias se declaró en quiebra por falta de apoyo financiero.
La oficial Marta Quiroz, una de las uniformadas acuarteladas, advirtió que su protesta sólo concluirá cuando se pongan al día los salarios de todos los sectores, y aseguró que ya son seis las comisarías que se plegaron a la medida de fuerza.
Las mujeres policías admitieron que hubieran preferido que la plana mayor de la fuerza se colocara al frente de la protesta, pero denunciaron que la cúpula policial no sólo se niega a avalar el reclamo sino que las denunció ante la justicia penal por la rebelión.
"El pueblo nos está pidiendo apoyo. Nuestros jefes no ven esto porque ellos tienen relaciones políticas con el gobierno, pero nosotras pensamos en nuestros hijos y en los de nuestros subalternos, y no vamos a bajar los brazos", añadió Quiroz.
La oficial admitió que en 14 años en la policía nunca había percibido tal malestar en su provincia, y aseguró que pese a la protesta su comisaría continúa atendiendo las denuncias de la población. (FIN/IPS/mv/mj/ip lb/99
