El año pasado se produjo el promedio de temperaturas más alto de que se tenga registro, además de un aumento en el número y la gravedad de tormentas e inundaciones en todo el mundo, destacó el Worldwatch Institute.
"El año pasado todo se salió de los gráficos", afirmó Lester Brown, presidente de Worldwatch y coautor de "Signos Vitales 1999", el informe anual del grupo de investigación con sede en Washington sobre tendencias mundiales.
"En 1998, la temperatura promedio del planeta literalmente se salió del gráfico que hemos utilizado por años", agregó.
Las temperaturas récord, que causaron más lluvias y evaporación y tormentas más destructivas, también hicieron disparar otras cifras, de acuerdo con el informe publicado en Washington este sábado.
Los daños materiales causados por fenómenos climáticos, por ejemplo, totalizaron 92.000 millones de dólares en 1998, lo que representa un aumento de 53 por ciento frente a la cifra de 1996, de 60.000 millones.
"Esta línea no sólo se salió del gráfico, sino también de la página", dijo Brown.
Los daños causados el año pasado excedieron el total de toda la década de 1980, aun ajustándolos a la inflación, de acuerdo con el informe.
Las tormentas e inundaciones de 1998 desplazaron de sus hogares a unos 300 millones de personas -más que toda la población de Estados Unidos-, señaló Worldwatch. La mayor parte de esas personas vivían en el valle del río Yangtzé, China, en Bangladesh y en el este de India.
"Algunos fueron evacuados sólo por unos días, otros por semanas o meses y otros definitivamente", sostiene el informe de 197 páginas.
Varios millones también quedaron desplazados en América Central y el Caribe por dos de los más poderosos huracanes jamás surgidos del océano Atlántico, el Georges y el Mitch.
Worldwatch sugirió que los crecientes niveles de "gases de invernadero", que atrapan el calor en la atmósfera terrestre (como el dióxido de carbono derivado de la quema de combustibles fósiles), son la causa de este descontrol del clima.
"No podemos saberlo con certeza, pero los modelos de simulación climática sugieren que los fenómenos de 1998 podrían ser un indicador sobre lo que vendrá en el futuro como consecuencia de la falta de control de las emisiones de carbono", dice Signos Vitales.
Una buena noticia es que el mundo tiende a sustituir el petróleo y el carbón por fuentes renovables de energía, según Worldwatch.
"Mientras el uso de energía eólica aumentó 22 por ciento y el de la fotovoltaica 16 por ciento al año entre 1990 y 1998, la utilización de petróleo creció menos de dos por ciento y la de carbón se mantuvo estable", señala el informe.
Además, la capacidad mundial de generación de energía eólica creció 26 por ciento al pasar de 7.600 a 9.600 megavatios entre 1997 y 1998.
Alemania estuvo a la cabeza, con un agregado de 790 megavatios de capacidad, seguida por España con 380 megavatios, Dinamarca con 308 y Estados Unidos con 226.
En el mundo en desarrollo, India llevó la delantera con más de 900 megavatios de capacidad efectiva de generación, mientras que China comenzó en 1998 la operación de su primera granja comercial de energía eólica, un proyecto de 24 megavatios en Mongolia Interior.
Así mismo, la venta de paneles solares aumentó 21 por ciento y alcanzó 152 megavatios gracias a un nuevo material fotovoltaico para techos que genera electricidad. En Japón se instalaron 7.000 de estos sistemas durante 1998.
Por otra parte, Worldwatch señaló que los precios de los granos cayeron en 1998 a su nivel más bajo en dos décadas, en parte debido a la crisis financiera de Asia pero principalmente por el sobrebombeo para irrigación en China e India.
"Desafortunadamente, en los mayores países productores de alimentos que dependen de la irrigación (China e India), así como en el norte de Africa y en Medio Oriente, las reservas de agua dulce están en disminución", advirtió Vital Signs. (FIN/IPS/tra- en/dk/mlm/en/99
